Coordinación de las políticas económicas y desarrollo


Es fundamental para el desarrollo la coordinación de las políticas económicas. Estas son de tres tipos: macroeconómicas, sectoriales y sociales. Los países que se han desarrollado han logrado que estas tres políticas funcionen de manera coordinada con objetivos de estabilidad, crecimiento y redistribución, de manera simultánea.

La idea central es que las políticas macroeconómicas deben generar estabilidad de precios relativos (tipo de cambio, tasa de interés, sueldos y salarios y precios públicos) que permitan previsibilidad en la inversión, el consumo y el endeudamiento. El problema es que tienen resultados uniformes para todos los sectores y regiones, o sea que no están diseñadas para corregir las desigualdades productivas, regionales y sociales existentes.

Para promover ciertos sectores productivos y/o corregir desigualdades productivas, están las políticas sectoriales, que, tomando en cuenta sus particularidades, utilizan instrumentos adecuados. Deben promover aquellos sectores capaces de incrementar la productividad y el empleo, que en el fondo son las metas esenciales del crecimiento.

Por su parte, las políticas sociales deben servir para compensar y disminuir las desigualdades sociales en el consumo de bienes y servicios esenciales para el desarrollo humano.

El Perú no ha logrado hasta ahora una adecuada coordinación entre políticas económicas. Por ello, solo se ha logrado estabilidad macroeconómica, pero con desigualdades productivas y sociales. Para ilustrar lo dicho, durante el gobierno de Fujimori la política macroeconómica generó estabilidad y crecimiento, pero con desigualdad y pobreza, frente a lo cual se utilizó mayor gasto social para compensar los resultados negativos de las primeras. En el balance, la situación de desigualdad persistió, pese a la política social. Hoy tenemos problemas parecidos, pues la política monetaria, permite la flotación sucia del tipo de cambio, sin embargo hay una tendencia ya duradera de sobrevaluación del sol, lo que promueve la importación de muchos productos que se podrían producir internamente, esto genera menos empleo, menos ingresos y más pobreza. Nuevamente, las políticas macro generan desigualdades que no se corrigen.

Esta situación se origina en dos planos: por un lado, la casi inexistencia de políticas sectoriales concordantes con los resultados de la política macro y la indefinición de los niveles de gobierno responsables políticamente del diseño y ejecución de cada una de ellas. Es decir, hay una doble descoordinación: entre objetivos e instrumentos de las políticas y entre niveles de gobierno.

Los objetivos de las políticas económicas deberían incorporar, aparte de la estabilidad macroeconómica, la promoción de los sectores que generan empleo, el incremento de las productividades, la promoción de la exportación no primaria y el suministro universal de servicios públicos básicos.

Pero, debe haber una variación en los instrumentos de la política macro. Se debe corregir progresivamente el tipo de cambio para favorecer nuevos sectores exportadores, promover tasas de interés bajas para la importación de maquinaria y tecnología para los sectores exportadores. Los instrumentos de las políticas sectoriales son: acceso a paquetes tecnológicos, a crédito de largo plazo, utilización de los tratados de libre comercio. Es decir, acceso a mercados externos. Además, acompañar de una política de formación laboral para los sectores escogidos.

Por el lado institucional, es necesario definir a los responsables de las políticas. La política macro es función del gobierno central, las políticas sectoriales deberían ser definidas y planificadas en una instancia mixta de gobierno central con gobiernos regionales, y las políticas sociales deberían ser diseñadas por el gobierno central, a la par de dotar de recursos financieros, y deberían ser ejecutadas por los gobiernos locales (municipalidades provinciales y distritales) y supervisadas por los gobiernos regionales, que deberían coordinar con todas las municipalidades de su jurisdicción. En verdad, se necesita un "salto adelante" en la descentralización, a una fase más compleja y exigente. En verdad, se requiere una maquinaria suiza en un país tropical como es el Perú. Un verdadero reto. Difícil, pero no imposible.

AUTOR : Efraín Gonzales de Olarte ; Profesor del Departamento de Economía - PUCP.
FUENTE : DIARIO GESTION

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