Madre de Dios y la minería
La semana pasada se conoció el Decreto de Urgencia por el que se declara de necesidad pública y de ejecución prioritaria el ordenamiento de la minería aurífera en Madre de Dios.
La medida impulsada por el ministro Antonio Brack ha generado un debate que puede ser útil para Madre de Dios y para el resto del país. A continuación sugerimos algunos aspectos a tomar en cuenta:
– La iniciativa podría ser un primer paso para corregir lo que desde el Estado se ha venido desordenando. Como se sabe la política de entrega de concesiones mineras en el Perú ha sido caótica; se han entregado, y se siguen entregando, concesiones sin mayor criterio, en zonas que deberían ser protegidas. Un ejemplo precisamente de Madre de Dios: en la Reserva Nacional Tambopata, zona protegida, se han entregado 27 concesiones tituladas y 58 denuncios mineros están en trámite.
–Se necesita reforzar las estrategias que apunten a ordenar nuestro territorio. Al suspenderse la entrega de derechos mineros en una zona se abre un debate sobre el catastro no minero: hasta el momento solamente en este catastro estaban incluidas las áreas naturales protegidas, las de protección del Instituto Nacional de Cultura y también zonas urbanas.
–Algunos consideran que el catastro no minero es insuficiente y que se debería iniciar un debate serio para ordenar el territorio: apuntar a procesos de zonificación económica y ecológica, que con la rigurosidad del caso protejan zonas que están destinadas a prestar servicios ambientales o en las que se desarrollan actividades económicas que por diferentes motivos podrían no ser compatibles con la minería.
– La minería artesanal y en pequeña escala (MAPE) es una realidad que se ha venido expandiendo en casi todo el país. Es urgente que se revise el marco legal de la MAPE para adaptarlo a las actuales circunstancias, tomando en cuenta aspectos sociales y ambientales.
–En la misma línea es urgente fortalecer la capacidad de gestión de los gobiernos regionales para fomentar y supervisar las actividades de la pequeña minería y la minería artesanal. A partir de la mejora de la capacidad de los gobiernos regionales se podrían implementar un conjunto de programas de control y fiscalización.
–Se deben iniciar experiencias de protección de ecosistemas ya afectados con la participación de pobladores. Por ejemplo, es urgente la recuperación ambiental de las microcuencas de Huepetuhe y Caychive en Madre de Dios y que en estos procesos se incluyan programas de reforestación con especies nativas asociadas, el retiro de sedimentos de los ríos, entre otras medidas.
–Finalmente, allí donde se considere que puede haber actividad minera en pequeña escala, se deben promover mejoras tecnológicas: por ejemplo, se debe promover la investigación y difusión de técnicas de beneficio del oro sin mercurio; aprender de las mejores experiencias en el Perú y en el extranjero; vinculándose además a los circuitos que hoy en día promueven los productores en el sistema de Comercio Justo de Oro para la minería artesanal y en pequeña escala.
Estas y otras medidas podrían ser el inicio de un proceso de ordenamiento del crecimiento de la minería en sus diferentes estratos, con mecanismos de regulación que sean efectivos en lo ambiental y en lo social. Esperemos que sea así.
AUTOR : José de Echave
FUENTE : ACTUALIDAD ECONOMICA
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