Redistribución Regresiva del Ingreso en Países Desarrollados

Sabido es que la participación de las remuneraciones en el Ingreso Nacional ha caído paulatina y persistentemente en los países de la periferia desde la ‘Década Perdida’ de los ochenta y el proceso de globalización. Pero resulta que la resbaladera también ha sido la norma en los países del Norte, sin excepción. El gráfico siguiente, que abarca el extendido periodo que se inicia en 1960 hasta 2009., unque solo incluye las economías más importantes, permite rastrear la tendencia progresiva en la distribución funcional hasta 1974-75 y la regresividad que se impuso a partir de entonces.



Obviamente esa tendencia negativa es consecuencia, primero debido al primer choque petrolero y, posteriormente, a resultas del buen funcionamiento del mercado global de trabajo. Con la duplicación de la fuerza de trabajo a escala mundial (de 1.500 a 3.000 millones de empleados y obreros), era de esperarse la pérdida de influencia de los trabajadores en general y de los sindicatos en particular. Probablemente, también el progreso técnico ha jugado un papel importante en ese proceso, especialmente desde los años noventa.

Lo que también nos sugiere que, cuando menos parte, la crisis de los países centrales responde a una típica tendencia a la ‘sobreproducción’, como consecuencia de la compresión relativa del poder de compra de la clase trabajadora.







Fuente: European Commission (2009). Annual Macro-economic Database (AMECO)
En: http://ec.europa.eu/economy_finance/ameco/user/serie/SelectSerie.cfm?CFID=668234&CFTOKEN=cd757a8e6b735d0c-1B77B370-EF98-8BE7-E9F7C06FAD6A7CD7&jsessionid=240658b7a4667e577873
Elaboración: propia (Nótese que los porcentajes se refieren al PBI a precios de mercado).


Entrando en ciertos detalles (algunos de los que no se pueden observar en el Gráfico) tenemos lo siguiente:

1. La caída más espectacular en la participación de sueldos y salarios fue la que se dio en Italia, que era de 69,7% en 1975, para desplomarse a un promedio de 54% en esta primera década del siglo XXI; es decir, perdieron 16 puntos porcentuales o 23%. De cerca le sigue Japón, que mostraba un 75% a mediados de los años setenta y cayó a 60% en el último quinquenio; o sea, 15 p.p. o 20% menos. De 68% a 56% se desplomó, aunque con altibajos, la participación del trabajo en el caso de España (-12 p.p. o -18%). También Alemania, en parte por la unificación (1990), sintió el golpe: la participación cayó de 64,4% en 1974 a 55% (-15%) en los últimos años. Un caso que llama poderosamente la atención en ese sentido es el de Noruega, que cae de un 62% a mediados de los setenta a 45% en este segundo lustro del nuevo siglo.
2. Llama la atención la recuperación leve de la participación laboral en los últimos tres años de ‘crisis global’. Lo que se debería, más que al aumento real de las remuneraciones, a la caída de las ganancias en términos absolutos.
3. Durante el trienio pasado los países que tuvieron una participación superior al 60% fueron unos pocos, pero que tampoco llegaron a recuperar los niveles de mediados de los setenta: Bélgica, Corea, Dinamarca, Eslovaquia, EEUU, Gran Bretaña, Japón y Suiza. En cambio, la participación es menor al 50% en Bulgaria, Lituania, Luxemburgo, Malta, Polonia, Turquía, Nueva Zelandia y Noruega (sic); y aún menor al 40% en Eslovaquia, Macedonia y México (obviamente también gran parte del resto de América Latina, pero cuyos datos no presenta nuestra fuente).

AUTOR : JURGEN SCHULDT
FUENTE : MEMORIAS DE GREGORIO SAMSA

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