El curso inexorable del ciclo económico


Una de las características que convierten a la economía en ciencia es la presencia cíclica de auge y ruina económica, como se observa en el gráfico adjunto. El gobierno tiene un doble rol frente a los ciclos económicos, el primero es detectar cuándo se produce un cambio de tendencia, ya sea de auge para ruina o viceversa; el segundo es establecer políticas públicas que amortigüen la profundidad de la ruina económica y que hagan sostenibles los periodos de auge económico.

En la presente gestión presidencial se produjeron dos errores fundamentales. En la primera gestión de Luis Carranza como ministro de Economía, este señaló que el Perú había entrado a un ciclo virtuoso de crecimiento económico, es decir las crisis eran parte del pasado y nunca más tendríamos una contracción económica como las vividas en el pasado. Este error de naturaleza teórica asume de manera equivocada que en determinadas circunstancias el ciclo económico desaparece, cuando la realidad histórica nos muestra la evidencia de lo contrario.

En su segunda gestión como ministro de Economía, coludió con la fantasía presidencial del “blindaje económico”. Esta conducta cómplice implicó que ninguna medida correctiva fuese establecida por el gobierno, trayendo como consecuencia un crecimiento de la economía que por primera vez desde 2001 no será suficiente para reducir la pobreza, sino más bien la incrementará. Este error de naturaleza teórica, igual al anterior, supone que el mercado interno peruano es lo suficientemente grande (como el de la República China) para consumir todo aquello que no se puede exportar.

Cabe precisar que la contracción económica que empieza en agosto del 2000 es producto de la crisis política que implicó el inicio del efímero tercer periodo de Alberto Fujimori como presidente del Perú, y no de una crisis económica generalizada; que como se observa en los otros cuatro casos está acompañada por una crisis paralela de las importaciones. Por esta razón, la contracción del año 2000 estará excluida del análisis subsiguiente.

Con certeza, el año 2010 cerrará con una economía al alza, como parte del proceso natural de la economía, esto no será resultado de las políticas públicas. Y para ello basta ver los resultados del pasado, el auge que empezó en noviembre de 1996 solo duró 11 meses, el que empezó en abril de 1999 duró 18 meses, el siguiente que empezó en junio del 2004 también duró 18 meses. Pero el último ciclo de auge que empezó en febrero del 2006 tuvo una inusitada duración de 31 meses hasta setiembre del 2008.
El auge económico que empezará en 2010 tendrá en el mejor de los casos una duración de año y medio, pero lo más probable es que dada la débil recuperación de la economía mundial sea de solo un año. Al mismo tiempo las predicciones gubernamentales de un crecimiento del 5% para el año 2010 son ilusas porque no toman en cuenta el entorno mundial, y más bien en 2010 tenderemos un crecimiento económico tan débil que no permitirá reducir la pobreza, y siendo optimistas esta permanecerá estancada, ya que la economía crecerá alrededor del 3%.

La tabla adjunta cubre las contracciones económicas de los últimos 20 años, en esta se puede observar cómo nuestra economía cada día más está vinculada al sector externo de una proporción de 3 a 1 entre importaciones y producción a comienzos de los 90, a una proporción mayor de 4 a 1 en el presente, de esta manera la hipótesis presidencial del “blindaje” peca de ingenua en quienes creen en un gobierno benevolente, o de cínica para quienes creemos en un gobierno malevolente.

El argumento de que la crisis internacional no nos ha golpeado tan fuerte como a otros países de la región, es “consuelo de tontos”. Mientras en la gestión presidencial anterior la economía nunca creció menos de 3%, y por ello la pobreza se fue reduciendo año tras año desde 2001, ahora tenemos que de lo ganado en el combate a la pobreza este año habrá un retroceso.

Es el crecimiento desmedido por encima del 7% es lo que nos ha colocado en la situación de recesión presente, mientras el Estado no efectúe cambios estructurales en materia de salud y educación para transformar la calidad de la oferta de mano de obra peruana, crecimientos por encima de 7% son pasajeros como ya lo demostró la administración Fujimori dos veces consecutivas, y ahora nuevamente lo demuestra la segunda administración García.


AUTOR : FARID MATUCK

FUENTE : ACTUALIDAD ECONOMICA

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