Inversionistas en EE.UU. se preparan contra la inflación

Incluso cuando la deflación sigue latente en Estados Unidos, algunos inversionistas están tomando medidas para protegerse contra cualquier aumento en la inflación.

Temen que el banco central no actúe con la rapidez necesaria para revertir el enorme flujo de efectivo que inyectó en los mercados financieros en respuesta a la crisis económica global. Ahora que se considera que la recesión terminó, sienten que la Reserva Federal (Fed) podría estar preparando el terreno para un aumento significativo en la inflación a lo largo de los próximos años, al prometer mantener las tasas de interés prácticamente en cero durante el futuro cercano.

Para defenderse —y sacar ventaja— de un gran aumento en la inflación, los inversionistas han aumentado sus reservas de oro o bonos protegidos contra la inflación. En noviembre, volcaron US$2.000 millones en fondos mutuos protegidos contra la inflación y fondos que cotizan en bolsa, según Morningstar Inc. Otros US$3.900 millones fueron a fondos de materias primas y fondos de commodities que cotizan en bolsa, principalmente fondos de oro. En lo que va del año, esos tipos de fondos han atraído US$59.000 millones. En cambio, los inversionistas generaron US$52.000 millones de fondos bursátiles de EE.UU. y fondos que cotizan en bolsa que se especializan en acciones de ese país.

Pero las medidas van más allá de levantar salvaguardas en esos tradicionales refugios contra la inflación. Algunos inversionistas y estrategas están tomando en cuenta el resurgimiento de la inflación a la hora de elegir acciones y favorecen empresas con gran capacidad de fijar precios e incluso algunos bonos, como deuda con altos retornos.

"No estoy convencido de que la Fed pueda absorber la liquidez a tiempo", afirma John Longo, presidente del directorio del comité de inversión de MDE Group, una gestora de fondos para inversionistas acaudalados con sede en Nueva Jersey, y profesor de finanzas de la Universidad de Rutgers. Los directores de su firma agregaron fondos con partidas considerables para oro y materias primas, y redujeron su exposición a bonos en su portafolio modelo de 30% un año atrás, a 10%.

"En general, la inflación no es buena para las acciones, pero es bueno invertir en empresas que tienen la capacidad de fijar precios para poder adaptarse", afirma Longo. Cita a Coca Cola como un ejemplo y señala el reciente anuncio de FedEx sobre un aumento en sus cargos de envío, luego de que United Parcel Service hiciera lo mismo.

Por ahora, la inflación parece aún lejana y la deflación sigue siendo la realidad. Pocas empresas pueden aumentar los precios y en octubre, el índice de precios al consumo (CPI) en EE.UU. era 0,2% inferior a su valor de un año atrás. Hoy se conocerá el valor del CPI para noviembre.

El presidente de la Fed, Ben Bernanke, predijo recientemente que la inflación sería "controlada por un tiempo" y que en el futuro inmediato, la inflación podría caer aún más. En ese panorama, las tasas de interés podrían mantenerse bajas "durante un largo período de tiempo", señaló.

Algunos creen que hay pocas posibilidades de un repunte significativo en la inflación en EE.UU., incluso dentro de un par de años. El argumento es que el desempleo seguirá alto incluso cuando la economía del país se recupere. Cuando a esto se le suma la capacidad ociosa en el sector manufacturero, entonces la economía podría crecer sin una presión sobre los precios. Siendo así, los mercados bursátiles y de bonos no calculan un aumento de la inflación.

Según los precios de los Valores Protegidos contra la Inflación del Departamento del Tesoro de EE.UU. (TIPS por sus siglas en inglés), donde los pagos principales y de intereses se ajustan a los cambios en el CPI, la inflación sería de menos de 1% en 2010, señala Michael Pond, estratega de bonos del Tesoro y mercado inflacionario de Barclays Capital.

Dando un paso más allá, los precios de los TIPS sugieren que la inflación será de 1,5% anual durante los próximos cincos años y de alrededor de 2,1% durante los próximos 10 años, según Barclays.

Pero cuando muchos inversionistas culpan por lo menos en parte a la Fed por alimentar la burbuja inmobiliaria estadounidense con tasas de interés bajas en la primera mitad de esta década, hay menos confianza en la capacidad del banco central de evitar un brote inflacionario. Sostienen que aunque no ha habido inflación en los bienes de consumo, sí la hubo en los precios de los activos, como en los mercados bursátiles y de bonos.

Lo que más temen algunos es la enorme liquidez del sistema financiero. Creen que cuando los bancos reactiven el otorgamiento de crédito, esa liquidez actuará como un fósforo en gasolina, desatando la inflación.

AUTOR : Tom Lauricella
FUENTE : WALL STREET JOURNAL

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