¿Explota la burbuja del fraude?
Cuando los periodistas preguntaron este miércoles al Fiscal General de Estados Unidos, Eric Holder, si podrían presentarse más casos de fraude financiero de la magnitud de los de Bernard Madoff y el recién destapado Robert Allen Stanford, el funcionario respondió: "Es difícil decir. Me gustaría pensar que estos van a ser los más grandes".
Es que, dos meses después de la conmoción que generó las acusaciones lanzadas contra Madoff por llevar a cabo el mayor fraude de inversiones en la historia de EE.UU., las autoridades estadounidenses se esfuerzan por calmar los temores del público sobre este nuevo escándalo financiero en momentos en que el país atraviesa por la peor crisis económica en décadas.
Pero es inevitable comparar el caso del supuesto fraude de US$50.000 millones de Madoff con el de Stanford, cuando ambos atrajeron miles de millones de dólares de numerosos inversionistas que ahora han caído en desgracia justo en momentos en que el sistema financiero estadounidense enfrenta serias dificultades.
Aunque la alegada estafa de Stanford se diferencia de la de Madoff en cuanto al esquema financiero en el que fundamentó sus operaciones, ambos casos se asemejan en cuanto a la forma aparentemente fraudulenta en que atrajeron a los inversionistas.
En los dos casos, las operaciones tenían ramificaciones internacionales.
Ambos se las arreglaron para burlar durante años la vigilancia de las autoridades de la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC por sus siglas en inglés) que se encarga, precisamente, de proteger a los inversionistas y mantener la integridad de los mercados de valores.
Fraude "impresionante"
Stanford, un multimillonario originario de Texas, fue acusado de un fraude "de una magnitud impresionante" por la SEC que presentó cargos civiles contra el empresario por un presunto fraude de US$8.000 millones.
Las acusaciones se refieren a un esquema de vender certificados de depósito de US$8.000 millones, basado en falsas promesas de elevados beneficios que no estaban garantizados por la Corporación Federal de Seguro de Depósitos de EE.UU., y a un separado vehículo de inversión de US$1.200 millones.
La SEC asegura que Stanford International Bank, con sede en la isla caribeña de Antigua, a través de una red de consejeros, vendió los certificados de depósitos a inversionistas prometiéndoles ganancias "improbables e insostenibles".
Por su parte, Madoff administraba un fondo de cobertura que acumuló US$50.000 millones en pérdidas fraudulentas mediante un esquema Ponzi o pirámide financiera. Se le acusa de haber utilizado dinero de nuevos inversionistas para financiar los intereses de aquellos que ya estaban participando, a los cuales inicialmente se les ofrecía una rentabilidad bastante alta.
Entre las numerosas víctimas de Madoff figuran el banco más importante de España, el Santander, el Royal Bank of Scotland y el HSBC en el Reino Unido, el principal banco de Francia, BNP-Paribas, Reichmuth & Co, en Suiza y el Nomura en Japón.
Serias implicaciones
La revelación de las acusaciones contra Stanford provocó mucha preocupación en organizaciones financieras internacionales, sobre todo en América Latina, donde su grupo financiero tiene varios negocios.
Stanford tiene afiliados en México, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela. Sólo en el Stanford Bank de Antigua hay depósitos de venezolanos por US$2.300 millones, según indicó el superintendente de bancos en Venezuela, Edgar Hernández Behrens. Otras fuentes estiman que son US$3.000 millones.
Nick Davis, corresponsal de la BBC en la región del Caribe, explicó que Robert Allen Stanford es el principal empleador privado de Antigua. Tiene doble nacionalidad de EE.UU. y de Antigua y Barbuda y sus intereses empresariales abarcan toda la isla.
"La investigación a la empresa más prominente del país provocó una rápida respuesta del gobierno de Antigua y Barbuda", explicó Davis. "En un discurso televisado a la nación, el primer ministro, Baldwin Spencer, dijo que las acusaciones tienen 'implicaciones profundamente serias' para el país".
Muchos de los detalles sobre el presunto fraude de Stanford permanecen confusos, pero la SEC asegura que en sus operaciones el magnate texano siguió un patrón de misterio, incluyendo el que el banco no revelara a sus clientes que aparentemente perdió miles de millones de dólares en inversiones en el supuesto esquema Ponzi de Madoff.
Madoff permanece bajo arresto domiciliario en su apartamento en Manhattan tras pagar una fianza de US$10 millones.
Sin embargo, se desconoce el paradero de Stanford, cuyos bienes fueron congelados por la SEC. Medios de prensa estadounidenses aseguraron que el financista texano trató de arrendar un jet privado para salir de Houston hacia Antigua, pero que la compañía rechazó su tarjeta de crédito.
AUTOR : REDACCION
FUENTE : BBC MUNDO
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