¿Regulación financiera o cambio cosmético?

¿Cómo evitar una nueva crisis financiera? Ese es el dilema.

La Unión Europea, Estados Unidos y el Reino Unido están barajando diferentes planes.

En una cumbre en Bruselas los 27 países de la UE están analizando la creación de dos agencias paneuropeas para supervisar a los bancos, las aseguradoras y el mercado de valores.

Por su parte el presidente Barack Obama presentó ayer un plan calificado de "socialista" por sus detractores y de "cambio insuficiente o cosmético" por otros.

En Londres, en un discurso ante la City, el ministro de finanzas británico Alistair Darling dijo que había que cambiar las pesonas, pero no el sistema financiero, mientras que a su lado, el presidente del Banco Central de Inglaterra, Mervyn King, afirmó exactamente lo contrario en el curso del mismo evento.

¿Hay alguien que tenga en claro cómo controlar ese monstruo financiero que dejó libre la desregulación de los últimos 25 años?

El trasfondo

En la pasada cumbre del G20 el dos de abril en Londres, se acordó ajustar la regulación del sistema financiero para recobrar la confianza de los consumidores y restaurar el crédito internacional.

El comunicado era la parte declarativa del asunto: la más sencilla.

Ahora con la práctica, se ven los problemas.

En la UE la situación bancaria de varios paises - Reino Unido, Alemania, Austria, Suecia, Italia, Hungría y países bálticos - es delicada, pero hay diferencias todavía sobre los límites que podría tener una autoridad supranacional.

En Bruselas se estudia un doble mecanismo: un consejo que supervise el riesgo financiero y otro que se encargue del funcionamiento del sistema en los 27 países europeos.

La principal objeción proviene de la City de Londres, uno de los dos grandes centros financieros mundiales.

El gobierno británico quiere limitar las atribuciones de los reguladores paneuropeos para que no eclipsen a la autoridad regulatoria nacional.

Dado su lugar central en el sistema financiero mundial, el Reino Unido es crucial en cualquier acuerdo, pero las autoridades tienen sus propias divisiones en torno al tema.

En relación al tamaño de los bancos y su contínua creación de instrumentos financieros complejos y muchas veces ininteligibles, el ministro Darling y la principal autoridad monetaria, Mervyn King, expresaron ideas antagónicas.

Si se tiene en cuenta que el primer ministro Gordon Brown fue el anfitrión de la última cumbre de G20 y que proclamó a los cuatro vientos la necesidad de una fuerte regulación del sistema financiero, cabe preguntarse si el gobierno empieza a ceder a la presión de la City.

Como publica en su última edición la revista "The Economist", las ganancias de los bancos en los últimos meses los ha llevado a presionar para diluir todo tipo de regulación y hasta reescribir la historia de la crisis responsabilizando al gobierno de lo sucedido.

La reforma Jazz

En este complejo mosaico regulatorio mundial, el presidente Obama planteó ayer una reforma basada en el otorgamiento de más poder al Banco Central para regular el funcionamiento de los mercados y más protección al consumidor para evitar abusos como los de las hipotecas sub-prime cuando se vendió a gente sin recursos hipotecas que sólo podían pagar si los precios de la vivienda subían contínuamente.

En medio de la otra gran crisis económica de los últimos 80 años, en 1933, el Congreso estadounidense aprobó la ley Glass-Steagall que transformó las reglas de juego financieras al separar nítidamente los bancos comerciales (del ahorrista común y corriente) de los de inversión (bancos especulativos).

Para los críticos, la presencia de dos baluartes de la desregulación financiera del período Clinton-Bush como Timothy Geithner y Lawrence Summers abre serios signos de interrogación sobre el plan que ha presentado Obama.

En todo caso, por el momento, el plan Obama es el más concreto desde la cumbre del G20, aunque todavía tiene que atravesar los escollos que aparezcan en el congreso.

Los diferentes planes muestran las dificultades de establecer un sistema regulatorio internacional eficiente.

La desregulación de los últimos 25 años y la revolución informática han convertido al sector financiero en el más globalizado de toda la economía mundial.

Sin una clara coordinación entre los distintos países y regiones, sin una homogeneización de las reglas de juego, no hay garantías de que se pueda evitar otra crisis.

FUENTE : BBC MUNDO

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