Petróleo, Amazonía, Consultas, Estrategias
Por Carlos Monge Salgado
Me surgen, al respecto, dos reflexiones.
La primera: el proceso en marcha se hace en el marco de un Reglamento y una Ley que han terminado siendo cuestionadas por las organizaciones nacionales indígenas y por diversas organizaciones de derechos humanos que apoyan a los pueblos indígenas en el ejercicio de sus derechos. ¿Hay garantías de que con este marco legal y con la actual dirección política de Perupetro y del Ministerio de Cultura se garantice efectivamente el derecho a una consulta previa que sea efectivamente “libre e informada”? ¿Contaran los pueblos asháninkas, ashéninkas, yaminahua y amahuaca con toda la información y el tiempo necesarios para efectivamente formarse una opinión? ¿Tendrán acceso una diversidad de puntos de vista sobre el tema?
La segunda: no conviene seguir extrayendo hidrocarburos de la Amazonía. Sí necesitamos sacar gas para limpiar la matriz energética interna, pero que no debemos exportar nuestro gas ni deberíamos sacar más petróleo de la Amazonía. Debemos más bien frenar la entrega de concesiones y los actuales procesos de exploración para petróleo e incluso considerar cerrar los pozos actualmente en producción. La quema de petróleo es gran contribuyente al calentamiento global y la Amazonía debe ser fuente de diversos servicios ambientales y no fuente de energía fósil. Capturar carbono, producir oxígeno y agua fresca, conservar y usar sosteniblemente nuestra biodiversidad, reconstituir los territorios indígenas debieran ser nuestras apuestas estratégicas para el espacio amazónico, y no seguir sacando petróleo para tener energía sucia y algo más de renta pública.
Luego del fracaso de la muy reciente Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático de Varsovia, a fines del 2014 el Perú será sede de la COP 20. Los ojos del mundo estarán puestos en lo que haga o deje de hacer el país anfitrión. Anunciar el fin de la extracción petrolera en la Amazonía sería un gesto de extraordinario liderazgo peruano para un proceso de negociación en crisis.
Perupetro está desarrollando la consulta a pueblos indígenas asháninkas,
ashéninkas, yaminahua y amahuaca que habitan la zona que sería
directamente impactada por la “conformación, extensión, delimitación y
nomenclatura del Lote 169” para la exploración y extracción de petróleo
en la Región Ucayali.
En octubre pasado Perupetro ha realizado una primera reunión
preparatoria para discutir un Plan de Consulta, mientras que en la
actualidad se vienen realizando los talleres informativos considerados
en dicho Plan. El Plan de Consulta y el Acta de esta primera reunión
pueden verse en la web de la entidad estatal
(http://www.perupetro.com.pe).
Me surgen, al respecto, dos reflexiones.
La primera: el proceso en marcha se hace en el marco de un Reglamento y una Ley que han terminado siendo cuestionadas por las organizaciones nacionales indígenas y por diversas organizaciones de derechos humanos que apoyan a los pueblos indígenas en el ejercicio de sus derechos. ¿Hay garantías de que con este marco legal y con la actual dirección política de Perupetro y del Ministerio de Cultura se garantice efectivamente el derecho a una consulta previa que sea efectivamente “libre e informada”? ¿Contaran los pueblos asháninkas, ashéninkas, yaminahua y amahuaca con toda la información y el tiempo necesarios para efectivamente formarse una opinión? ¿Tendrán acceso una diversidad de puntos de vista sobre el tema?
La segunda: no conviene seguir extrayendo hidrocarburos de la Amazonía. Sí necesitamos sacar gas para limpiar la matriz energética interna, pero que no debemos exportar nuestro gas ni deberíamos sacar más petróleo de la Amazonía. Debemos más bien frenar la entrega de concesiones y los actuales procesos de exploración para petróleo e incluso considerar cerrar los pozos actualmente en producción. La quema de petróleo es gran contribuyente al calentamiento global y la Amazonía debe ser fuente de diversos servicios ambientales y no fuente de energía fósil. Capturar carbono, producir oxígeno y agua fresca, conservar y usar sosteniblemente nuestra biodiversidad, reconstituir los territorios indígenas debieran ser nuestras apuestas estratégicas para el espacio amazónico, y no seguir sacando petróleo para tener energía sucia y algo más de renta pública.
Luego del fracaso de la muy reciente Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático de Varsovia, a fines del 2014 el Perú será sede de la COP 20. Los ojos del mundo estarán puestos en lo que haga o deje de hacer el país anfitrión. Anunciar el fin de la extracción petrolera en la Amazonía sería un gesto de extraordinario liderazgo peruano para un proceso de negociación en crisis.
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