En las cadenas del valor global
Por Humberto Campodónico
La UNCTAD acaba de dedicar su último Informe sobre la Inversión
Mundial al tema de las Cadenas de Valor Globales (CVG). Lo primero que
nos dice es que el valor de las ventas de estas CVG equivale a US$ 15
billones (trillones, en inglés), lo que representa el 20% del PBI
mundial.
La CVG es un concepto que ya tiene sus años (Porter lo utiliza
mucho), pero que había estado centrado en el análisis de las cadenas de
valor a nivel nacional. Con el avance del proceso de globalización lo
que ahora tenemos es que una mercancía no solo tiene insumos de
diferentes partes del mundo, sino que su producción se ha
“deslocalizado” y las partes se hacen en diferentes países. Por eso, el
concepto de CVG trata de determinar de qué manera los países (y las
empresas dentro de los países) participan del proceso de producción
mundial.
El Informe mide qué porcentaje de las exportaciones de un país tiene
un valor agregado que viene del extranjero. Así, por ejemplo, a nivel
mundial, el % de valor extranjero presente en las exportaciones llega al
28%. En el Asia están por encima, con el 31% y en América del Sur
estamos por debajo, con solo el 14%. El promedio global de los países en
desarrollo es de 25%.
Esto significa que en el Asia las industrias de capital extranjero
que proveen insumos representan una parte importante del valor agregado
presente en sus exportaciones. Por el contrario, en América del Sur el
número es bajo porque exportamos gran cantidad de materias primas
(petróleo, minerales), que tienen pequeñas cantidades de insumos y/o
procesos de valor agregado provisto por empresas extranjeras de las CVG.
Ei Informe también dice que la participación de los países en
desarrollo en las CVG ha venido creciendo rápidamente, pasando de 20% en
1990 a 30% en el 2000 y a 40% en el 2010. Sin embargo, al desagregar
encontramos que los países asiáticos han crecido más rápidamente (China,
Corea del Sur, Hong Kong, Singapur, India y Taiwan) que los países de
América Latina (México, Brasil, Chile, Argentina, Colombia y Perú, en
ese orden).
Una cuestión central es que el 80% del comercio mundial está ligado a
las redes de producción internacionales de las empresas
multinacionales, ya sea como comercio intra-firma o a través de
modalidades que no implican la propiedad directa de los activos (tales
como contratos industriales, franchising, contratos de administración y
licencias, entre otros). Al controlar una cantidad tan grande del
comercio, estas empresas influyen fuertemente sobre los precios de las
mercancías, ya que disminuye los efectos de la competencia en la
formación de precios.
Casi todos los países participan de hecho en las CVG. Por ejemplo el
Perú forma parte de la CVG de las grandes empresas multinacionales de
la industria minera que provee de insumos a los países industrializados y
también a aquellos de industrialización reciente (en primer lugar los
asiáticos). La cuestión es determinar si es que tenemos interés en
participar de las CVG de otro tipo de industrias.
Esta política fue adoptada, por ejemplo, por Costa Rica (a través de
CINDE) a fines de los años 90, promoviendo la venida al país de Intel,
empresa que fabrica los microprocesadores (chips) de las computadoras.
En el 2012 las exportaciones de Intel ascendieron a US$ 2,000 millones,
lo que equivale al 20% de las exportaciones totales y a 6% del PBI de
Costa Rica. Después llegó Hewlett Packard; otras empresas están
exportando prótesis y otros dispositivos médicos.
En el Perú es necesario un debate acerca de la política de
integración a nivel regional e internacional, lo que incluye determinar
sectores donde el país se pueda integrar a las CVG de manera consciente y
predeterminada. Para lograr ese objetivo no sirve dirigir decenas de
cartas a todos los inversionistas (como hizo Alan García).
Menos aún ser espectadores pasivos de la forma en que las empresas
extranjeras deciden qué hacer y qué no hacer en el país con los recursos
naturales. Es el caso de Xstrata y Glencore que están vendiendo Las
Bambas a una empresa china. O ahora que Petrobras está vendiendo el Lote
58 de Camisea –se dice que la adquirirá la china CNPC– y no sabemos si
el comprador estará de acuerdo con que el gas de ese lote abastezca el
gasoducto andino del sur.
En este mundo de las CVG claramente estamos en retraso porque
dejamos que las “fuerzas del mercado” –es decir, las empresas
multinacionales– decidan sobre nuestra inserción internacional. Lo que
se necesita es tener una clara visión de futuro del país. Nada más, pero
tampoco nada menos.
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