Comentarios presupuestales
Por Carlos Alonso Bedoya
El Presupuesto Institucional de Apertura (PIA) 2014, reduce la participación en el gasto de los gobiernos subnacionales en 3 por ciento. En cambio, el presupuesto asignado al gobierno nacional pasa del 67 al 70 por ciento para el año que viene. Los gobiernos regiones y locales pierden 87.9 millones de soles para el 2014 respecto de este año, mientras que el gobierno nacional aumenta sus recursos en más de 10 mil millones soles, un poco más del incremento total en el presupuesto público.
Sin duda, el premier Villanueva ingresa en medio de una ofensiva de centralismo fiscal dada en la Ley 30099 y el PIA 2014, y sin poder hacer ningún cambio, pues su vocación descentralista no basta para romperle el codo a Castilla. Porque el poder del MEF incluye una estructura de poder que controla el gabinete y al parlamento.
Pero además de la concentración fiscal, debemos observar que es la primera vez en años que el presupuesto público peruano no presenta un superávit fiscal.
Si bien, el PIA crece en 10 mil millones de soles respecto del 2013 (9.7 por ciento adicional en términos corrientes), no ha alcanzado para encajonar nada en el fondo de tesorería del MEF, salvo la clásica Reserva de Contingencia (los imprevistos) que para el próximo año si bien cae un poco, se mantiene por encima de los 4 mil 500 millones de soles.
Por eso, los límites al gasto de la Ley 30099, garantizarán sí o sí una buena devolución de dinero de la fuente “recursos ordinarios” de los distintos niveles de gobierno para Economía y Finanzas. El MEF ha encontrado una fórmula para que el encajonamiento de recursos no sea tan evidente.
Y eso que hemos podido ir tranquilamente a un déficit fiscal razonable, que es permitido las reglas macroeconómicas multianuales, a fin de estimular la economía en un momento clave para el relanzamiento productivo del país. Hace rato que el país necesita que el gasto y la inversión se programen por una institución de planeamiento y no por el cajero.
Una ley que ha pasado casi desapercibida, y que fue promovida por un
proyecto enviado por el ministro Luis Miguel Castilla, atenta contra los
intereses de los gobiernos subnacionales. La Ley 30099 del 10 de
octubre pasado, pone un candado más a las regiones y municipios al
establecer que éstos no pueden incrementar sus gastos más allá del
promedio de lo que han ejecutado en los últimos años, acrecentando
groseramente el centralismo fiscal.
Esa ley, que no fue consultada ni con los presidentes regionales,
inaugura paradójicamente el premierato de César Villanueva, aún
presidente con licencia de la Región San Martín.
Castilla, que no recibe a autoridades regionales ni locales en su despacho, ha preparado también un presupuesto que recentraliza recursos y que está por aprobarse en estos días en el Congreso. Por lo menos ya está el dictamen aprobado en la comisión legislativa respectiva.
Castilla, que no recibe a autoridades regionales ni locales en su despacho, ha preparado también un presupuesto que recentraliza recursos y que está por aprobarse en estos días en el Congreso. Por lo menos ya está el dictamen aprobado en la comisión legislativa respectiva.
El Presupuesto Institucional de Apertura (PIA) 2014, reduce la participación en el gasto de los gobiernos subnacionales en 3 por ciento. En cambio, el presupuesto asignado al gobierno nacional pasa del 67 al 70 por ciento para el año que viene. Los gobiernos regiones y locales pierden 87.9 millones de soles para el 2014 respecto de este año, mientras que el gobierno nacional aumenta sus recursos en más de 10 mil millones soles, un poco más del incremento total en el presupuesto público.
Sin duda, el premier Villanueva ingresa en medio de una ofensiva de centralismo fiscal dada en la Ley 30099 y el PIA 2014, y sin poder hacer ningún cambio, pues su vocación descentralista no basta para romperle el codo a Castilla. Porque el poder del MEF incluye una estructura de poder que controla el gabinete y al parlamento.
Pero además de la concentración fiscal, debemos observar que es la primera vez en años que el presupuesto público peruano no presenta un superávit fiscal.
Si bien, el PIA crece en 10 mil millones de soles respecto del 2013 (9.7 por ciento adicional en términos corrientes), no ha alcanzado para encajonar nada en el fondo de tesorería del MEF, salvo la clásica Reserva de Contingencia (los imprevistos) que para el próximo año si bien cae un poco, se mantiene por encima de los 4 mil 500 millones de soles.
Por eso, los límites al gasto de la Ley 30099, garantizarán sí o sí una buena devolución de dinero de la fuente “recursos ordinarios” de los distintos niveles de gobierno para Economía y Finanzas. El MEF ha encontrado una fórmula para que el encajonamiento de recursos no sea tan evidente.
Y eso que hemos podido ir tranquilamente a un déficit fiscal razonable, que es permitido las reglas macroeconómicas multianuales, a fin de estimular la economía en un momento clave para el relanzamiento productivo del país. Hace rato que el país necesita que el gasto y la inversión se programen por una institución de planeamiento y no por el cajero.
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