Las estadísticas del PBI: ¿incompetencia o manipulación?

 
Por Félix  Jiménez
 
 
 
Tenía la intención de escribir sobre las razones que apoyan la hipótesis de un aumento de la fragilidad de nuestra economía a eventos externos adversos. Sin embargo, tuve que cambiar de idea porque, al examinar la respectiva información contable, me di con la sorpresa que entre los datos de la producción de los sectores y del PBI agregado no había consistencia. Los datos corregidos, como veremos enseguida, proporcionan un panorama de la economía distinto. Por ejemplo, la participación del sector agropecuario en la generación del producto, cae más con las cifras de producción corregidas (6.6%) que con las cifras sin corregir (7.3%); o, que la tasa de crecimiento del PBI en 2012 no habría sido de 6.3% sino de 6.1%.

Incongruencias en las estadísticas del PBI

La producción de tres de nueve sectores está sobrestimada. Estos son el Agropecuario, la Minería  y la Manufactura. En el cuadro adjunto puede verse que la producción de cada uno de estos sectores, no siempre es igual a la suma de la producción de sus componentes. La producción del sector Agropecuario es mayor desde el año 1966 que la suma de la producción de sus componentes Agrícola y Pecuario. La producción de Minería es mayor desde 1993 que la suma de la producción de sus componentes Minería Metálica e Hidrocarburos. Por último, la producción del sector Manufactura es mayor desde 2007 que la suma de la producción de sus componentes Procesadores de recursos primarios y Manufactura no-primaria. 



La magnitud de la sobrestimación puede calcularse tomando los datos de cualquier año. Por ejemplo, la producción agropecuaria de 2012 está sobreestimada en 9.9%; la producción minera de 2010 está sobreestimada en 10%; y, la producción de la Manufactura de 2012 está sobreestimada en 1.1%. Cuando se eliminan estas sobrestimaciones el PBI agregado disminuye. El lector puede calcular la sobreestimación del PBI de cualquier año, comparando las cifras del PBI-BCR y del PBI-Corregido que aparecen en el cuadro. Desde el 2001 al 2012 hay una sobreestimación de 1.2%. Este porcentaje puede parecer poco relevante, pero no lo es porque las participaciones de los sectores en la generación del PBI cambian notoriamente con las cifras corregidas. Por ejemplo, la participación del sector Agropecuario cae mucho más en los años 2001-2012. Los sectores Agropecuario, Manufactura y Pesca explican sólo el 21.3% del PBI; el resto le corresponde a los sectores Minería (4.3%), Electricidad (2%), y a los sectores no-transables Construcción, Comercio y Otros Servicios (72.4%). Se acentúa el carácter menos industrial y menos agropecuario de la economía peruana en los años del neoliberalismo. Además, el producto per cápita de estos dos sectores tiene un ritmo de crecimiento menor que el del producto per cápita de los sectores terciarios.

 
El uso de información falsa para gobernar
Es difícil dejar de ser suspicaz cuando, por asociación con este hallazgo, uno recuerda que hace poco el presidente afirmaba muy orondo que la minería da empleo directo e indirecto «a casi 2 millones de personas»; o, cuando a fines de 2011 decía que con la ley del gravamen minero que él firmó, el Estado recaudaría tres mil millones de soles. Sabemos que ninguna de estas afirmaciones del presidente es verdad. La minería dio empleo en 2010 a 177 mil personas y en 2012 a cerca de 180 mil (1.1% de la PEA ocupada total). Para generar 1 millón 820 mil empleos indirectos, ese nivel de empleo directo tendría que tener un efecto multiplicador cercano a 11. ¡Una barbaridad! puesto que estudios favorables al extractivismo minero mencionan un efecto multiplicador de sólo 4. Tampoco es verdad lo que dijo el presidente sobre el gravamen, pues en el año 2012 el monto recaudado por este concepto fue de únicamente 942 millones de soles. Una burla a los electores.
De paso hay que recordar que durante varios años de la década de 1990 las cifras del PBI estuvieron sobrestimadas en cerca de 17%. Es verdad que se corrigieron tanto los datos del PBI como las cifras de la producción de los sectores, pero la corrección se hizo demasiado tarde. La difusión de las cifras sobrestimadas, según comentarios de la época, perjudicó al país en la renegociación de la deuda pública externa. El ingreso per cápita resultante de estas cifras no nos hizo beneficiario de la condonación de la deuda, porque no calificamos como país de ingresos bajos.
A modo de conclusión
«Si torturas a los datos durante un tiempo suficiente, ellos confesarán». Esta frase, atribuida a Ronald Coase, es una crítica a los economistas que «confían» más en las técnicas estadístico-econométricas que en la realidad. Los datos confiesan lo que ellos quieren que confiese. Algo parecido ocurre con el trato y uso que le dan a los datos nuestros «gobernantes». No se preocupan por invertir en sistemas de generación de datos estadísticos confiables. Les importa más que «canten o confiesen» ante el público lo que ellos quieren, con lo cual pierde importancia el carácter de la información estadística como bien público.

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