Cambio estructural neoliberal en la economía peruana
Por Félix Jiménez
Las brechas de productividad entre los
sectores modernos y tradicionales, junto al bajo nivel de desarrollo industrial
y a la escasa diversificación productiva, siguen siendo las características
estructurales de la economía peruana. El cambio estructural de la economía
peruana causado por las políticas neoliberales, ha agravado estas brechas con
el reforzamiento de la especialización en la producción y exportación de
minerales. Hoy somos un país exportador
de minerales, menos industrial y más productor de servicios de baja
productividad, y cuyo crecimiento económico no requiere del aumento de la
capacidad de compra de los salarios.
La estructura productiva del
subdesarrollo
La economía subdesarrollada --para
teóricos como Kalecki (1960), Rao (1952) y otros--, se caracterizaba por tener
un escaso desarrollo industrial y un sector agrícola atrasado que concentra un alto
porcentaje de la PEA ocupada de baja productividad y calificación. Así, según
estos autores, el subempleo y la falta de oportunidades de trabajo no se
originan en la insuficiencia de demanda efectiva, sino en la insuficiencia de
oferta efectiva, es decir, en la presencia de una estructura productiva poco
diversificada, con notorias brechas de productividad y especializada en la
producción de materias primas para la exportación.
El neoliberalismo ha restaurado, en lo
fundamental, estas características del subdesarrollo de la economía peruana. Lo
poco avanzado en industrialización fue desandado. La economía peruana actual tiene
prácticamente los mismos problemas estructurales de los años 1950. La industria
manufacturera perdió participación en la generación del PBI. De 14.8% en 1954
subió a 17.8% en 1975 y bajó a 14.8% en 2011. También perdió participación en
la generación de empleo. De 9.4% en 1954 subió a 13.0% en 1975 y bajó a 10.8%
en 2011.
El escaso desarrollo industrial y la
existencia de un sector agropecuario atrasado, siguen siendo las
características del subdesarrollo peruano. Aunque este sector ha perdido
participación en la generación del PBI (de 12.1% en 1950-1960 bajó a 8.5% en
2001-2011), sigue empleando a cerca de la tercera parte de la PEA ocupada (de
55.5% en 1950-1960 pasó a 30.7% en 2001-2011).
La única diferencia con el subdesarrollo de los años 1950, es que el grueso de la PEA ocupada de baja calificación
y productividad ya no se concentra en el sector agropecuario, sino en el sector
terciario de comercio y servicios. Estos sectores aumentaron su participación
en la «generación» de empleo: de 30% en 1950-1960 a 53.8% en 2001-2011.
Los sectores Comercio, Servicios
y Agropecuario dan empleo al 84.5% de la
PEA ocupada, porcentaje similar al que se registró en 1950-1960 (85.5%). El
neoliberalismo produjo un proceso de reasignación de la PEA hacia sectores
terciarios de baja productividad, al mismo tiempo que desindustrializaba la
economía, incrementaba su dependencia de importaciones y reducía el mercado
interno para la producción nacional. El porcentaje de las importaciones
respecto a la producción nacional para el mercado interno aumentó de 13.1% en
1990 a 22.5% en 1997 y a 28.2% en 2912.
Brechas de productividad del trabajo y
los salarios
En 1954 la productividad de la minería
era 5.7 veces mayor que la productividad del sector agropecuario. Esta relación
aumentó a 14.8 veces en el año 2010. La productividad de la manufactura era 1.2
veces mayor que el de la minería en 1954 y en 2010 se redujo a solo el 30.5% de
la productividad de la minería. Los sectores terciarios de comercio y servicios
(excluyendo telecomunicaciones y la actividad financiera) tienen
productividades menores que el de la manufactura y, por supuesto, que el de la
minería. Por otro lado, los sectores agropecuario, comercio y servicios –los
tres de productividades bajas--, son los que emplean al 84.5% de la PEA ocupada,
que en su mayoría tienen poca calificación. Los tres sectores generan el 73.4%
del PBI.
La economía peruana de hoy es,
entonces, una economía con un sector agropecuario atrasado y productora de servicios
de baja productividad. Pero también es una economía primario exportadora: el
77.8% de las exportaciones son tradicionales y el 78.5% de estas últimas corresponden
a productos mineros. Este predominio primario exportador (con cambios en su
composición), es una característica estructural que se ha mantenido en el tiempo.
La minería explicando solo el 14.8% del PBI, domina las exportaciones y es,
además, la responsable de la enfermedad holandesa, que es una de las causas de
la desindustrialización.
La opción neoliberal por el mercado
externo descuidando el mercado interno, fue la opción por las ganancias de
competitividad de las exportaciones a costa de la capacidad adquisitiva de los
ingresos de los trabajadores. El salario real promedio se mantuvo durante
1990-2009 en un valor equivalente al 37.2% del registrado en el año 1987. El
crecimiento económico de los últimos años no mejoró la capacidad adquisitiva de
los trabajadores del sector privado.
A modo de conclusión
Los neoliberales no leyeron a Adam
Smith. Este brillante economista del siglo XVIII, decía: «Nuestros comerciantes
y fabricantes se quejan generalmente de los malos efectos
de los salarios altos (…). Pero nada dicen sobre las malas consecuencias de los
beneficios altos. Guardan un silencio profundo por lo que respecta a los
efectos perniciosos de sus propios beneficios, y solo se quejan de los ajenos»
(Riqueza de las Naciones, FCE, 2006,
página 96).
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