Y ahora la crisis en China

 Por Oswaldo de Rivero



Por décadas la economía de China creció a tasas increíbles del 10%. Fue un crecimiento barato, sucio y excesivo, sustentado en los más bajos salarios industriales del mundo, en una colosal contaminación inigualable y en un exceso incontrolado de la capacidad instalada.
Este rústico crecimiento convirtió a China en una “factoría global” que hoy sufre una considerable baja de la demanda debido a la reducción del consumo en los Estados Unidos y la Unión Europea.

La “factoría global” comienza a sufrir también el alza de los costos de producción, debido al aumento de los salarios, los costos ecológicos y la mejora de la infraestructura.

Además, China enfrenta una colosal burbuja especulativa inmobiliaria y una capacidad industrial instalada excesiva, creadas ambas, por su sistema de crédito errático.

El nuevo gobierno chino quiere cambiar este modelo de crecimiento con una profunda reingeniería para pasar de la adicción exportadora al consumo interno, y al mismo tiempo, enfrentar la mega catástrofe ecológica. Sobre todo combatir la enorme contaminación del agua, la tierra agrícola y el aire de las ciudades que cuesta millones de vidas y miles de protestas.

También quiere reducir el exceso de la capacidad instalada, evitar el estallido de la burbuja inmobiliaria y reducir las incompetentes empresas estatales. Esto último, implicará confrontaciones dentro del Partido Comunista, puesto que la nueva dirigencia quiere hacer esta reducción luchando contra la corrupción y aplicando las “fuerzas del mercado”, es decir, con más capitalismo, pero no de Estado.

China está entrando en un periodo de turbulencia sociopolítica. En esto están de acuerdo los más distinguidos sinólogos.

Pocas regiones en el mundo se han beneficiado del crecimiento de China como Sudamérica. En 1990 China ocupaba el 17 lugar del destino de las exportaciones sudamericanas de materias primas y minerales y ahora es el principal destino de estas exportaciones para Brasil, Chile y Perú y el segundo para Argentina, Colombia, Uruguay y Venezuela.

China no solo hizo crecer enormemente la importación de minerales del Perú sino que creó un “superciclo” de bonanza de los precios de todas las materias primas, que hoy está terminando.

China va seguir desacelerando su crecimiento para cambiar su modelo de “factoría global”, y los precios de los minerales seguirán cayendo. Ya son hoy un 30% menos de lo que eran en el 2011.

En su reciente Mensaje el presidente Humala ha dicho que podemos hacer frente a este escenario “con las reservas internacionales, los bajos niveles de endeudamiento, la solidez de nuestro sistema financiero y la mayor capacidad adquisitiva de la clase media”.

Bueno, esto es solo una frase, pero ¿dónde está el plan anticíclico?

Los productores y consumidores del Perú quieren conocerlo.

¿Existe? 

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