El neoliberalismo y el plan de industrialización
Por Félix Jiménez
Ollanta
Humala ha dicho que su gobierno está diseñando un «Plan Nacional de Desarrollo
Industrial» con el objetivo de diversificar la producción y fomentar el «valor
agregado». ¿Serán elementos de este plan la despetrolización de la matriz
energética, utilizando el gas natural y las energías renovables? ¿El gas será
prioritariamente para el Perú?¿Se incluirá como parte de ese Plan el gasoducto
del sur y otros proyectos para masificar el consumo del gas en el norte y
centro del país? ¿Se renegociará, entonces,
definitivamente el contrato del Lote 88? ¿Será parte de ese Plan el
desarrollo de la industria petroquímica y el fortalecimiento de Petroperú? Finalmente,
¿cuáles serán las tipos de políticas industriales orientadas a la
diversificación productiva?
El
neoliberalismo es contrario a la política industrial
Si
la idea del Plan Industrial nació con el sello neoliberal del equipo económico
liderado por Castilla, no hay duda que será sólo un remedo, una parodia. Este ministro es el autor del retiro de la web
de Petroperú de su documento «Objetivos
anuales y quinquenales: 2013-2017» aprobado el pasado 31 de julio por
resolución ministerial de Energía y Minas. En este documento se planteaba la
recuperación para Petroperú de los lotes
ubicados en la zona noreste y en la selva peruana para su explotación directa o
en asociación; asimismo, se proponía la modernización de la refinería de Talara
y la ampliación de la red de grifos o estaciones de servicio de la empresa.
Para
los neoliberales, las empresas públicas –-no importa la actividad en que operen---
y la política industrial, generan distorsiones en el mercado. Las
intervenciones de política sólo pueden justificarse para superar las fallas de
mercado. Por eso proponen la minimización del Estado y rechazan sus
intervenciones en la economía. Les es difícil entender que estas intervenciones
pueden contribuir al desarrollo y diversificación de los mercados, a la
generación de estrategias de colaboración entre el sector privado y el gobierno
para remover los obstáculos a la diversificación productiva.
A
los neoliberales no les importa la diversificación porque es contraria al
principio de las ventajas comparativas. La lógica de este principio es la
lógica de la especialización que resulta del libre comercio. Los neoliberales
creen que las restricciones al comercio no permiten que nuestras economías se
especialicen de acuerdo a sus ventajas comparativas; por eso promueven tratados
de libre comercio. La clave para lograr el desarrollo es exponer la economía al
mercado internacional. No han asimilado la experiencia histórica de los países
que hoy participan en el comercio internacional con exportaciones
manufactureras diversificadas. De acuerdo con Imbs y Wacziarg (2003), los
países pobres se hacieron ricos y desarrollados cuando diversificaron su
producción y empleo sectorial, es decir, cuando superaron la especialización. Muestran.
asimismo, que la diversificación no fue ni puede ser un proceso natural.
El
neoliberalismo promueve el rentismo extractivista
Las
políticas neoliberales aplicadas en nuestro país han fomentado el rentismo
extractivista. Las exportaciones siguen, como antes, concentradas en productos
primarios. El actual estilo de crecimiento es, por lo tanto, contrario a la
industria. Los altos precios de los minerales y el libre comercio orientaron
los recursos hacia las exportaciones primarias y no hacia la industria.
Jeffrey
G. Willamson, en su reciente libro «Trade
and Poverty.
When the Third World fell Behind», muestra que
los períodos de boom de los términos del intercambio provocaron la
desindustrialización y el atraso de los países de la periferia, junto a un
comportamiento rentista. Se trata de la «enfermedad
holandesa». La economía responde al boom de precios y al «descubrimiento de
nuevos recursos naturales», atrayendo recursos hacia la producción y
exportación de materias primas (commodities).
El consecuente boom de los commodities
acrecienta la oferta de moneda extranjera y aprecia la moneda doméstica,
abaratando de este modo las importaciones de bienes manufacturados. Ambos
procesos desindustrializan y/o impiden el desarrollo de las actividades
manufactureras.
El crecimiento primario exportador en el contexto de la
globalización, también genera un comportamiento rentista en los empresarios. No
solo aumenta el comportamiento rentista de los que explotan los recursos naturales,
sino también del resto de la clase empresarial que busca ganancias rápidas en
los mercados internacionales con salarios bajos. La flexibilización del mercado
laboral y el abaratamiento del costo del trabajo, es la otra cara del
comportamiento rentista. El neoliberalismo no promueve la cultura empresarial
innovadora y el aumento de la productividad, sino la fácil extracción de
rentas, explotando recursos naturales o abaratando los costos salariales.
A modo de conclusión
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