CANON MINERO: CRÓNICA DE UNA ENAJENACIÓN ANUNCIADA
Investigador UNMSM
La
sustracción del canon minero a los gobiernos locales y regiones mineras
constituye una “bomba de tiempo” que el gobierno debe desactivar lo más
pronto posible, de lo contrario será una fuente renovada de mayores
conflictos sociales en un ciclo político adelantado por la proximidad
de las elecciones regionales y agravado por la proximidad de la crisis
económica internacional.
Es más, el
canon minero seguirá disminuyendo para el próximo período
correspondiente a julio 2014- junio 2015 de confirmarse la tendencia a
la baja en el precio de los minerales y los menores ingresos por ventas
que están obteniendo las principales empresas mineras, las cuales al
primer semestre del 2013 experimentan una disminución promedio del 20
por ciento, lo cual se traducirá en menores utilidades operativas con lo
cual la participación fiscal será aún menor.
Pero la
disminución del canon recientemente distribuido válido para el período
julio 2013 junio del 2014 correspondiente al año fiscal 2012 era algo
absolutamente previsible, tal como lo hemos sostenido en una serie de
artículos desde octubre del 2011 a la fecha, en razón de las
modificaciones introducidas en la determinación de las regalías, el
impuesto extraordinario y el gravamen especial minero que al tener la
consideración de gasto tributario deducible disminuye la utilidad
imponible de las empresas y por tanto afecta la participación fiscal del
impuesto a la renta que constituye la base del canon minero,
Por tanto,
la afirmación del primer mandatario realizadas recientemente en
Arequipa, uno de los departamentos más afectados conjuntamente con el
Cusco, Pasco y Tacna, (ver la relación de los departamentos más
impactados por la disminución del canon minero) en el sentido que el
gobierno no tiene “ni arte ni parte” en la reducción del canon minero,
no se ajusta a la verdad, y evidentemente el Presidente de la República
está sosteniendo una información distorsionada gracias al acrobático
ministro del sector Jorge Merino.
Para empezar
el canon minero recientemente distribuido corresponde al impuesto a la
renta de tercera categoría abonado por las empresas mineras por el
ejercicio fiscal 2012 que ha sido considerado un “buen año” para el
conjunto empresarial donde la economía peruana llegó casi al 7 por
ciento de crecimiento en su producción (PBI).
En el sector
minero, las empresas obtuvieron importantes ingresos y utilidades
extraordinarias gracias a los altos precios, en particular de los
precios del oro, plata y cobre que se mantuvieron por encima de los
niveles anteriores al año 2010. Es más, como en el caso del oro su
precio promedio superó los 1,669.84 dólares la onza, constituyendo el
pico más alto en todo el período para caer a niveles de 1,302 dólares
(promedio enero/agosto 2013) como se puede observar en el cuadro
correspondiente.
El precio
del cobre en el 2012 alcanzó un promedio de 360.55 centavos de dólar la
libra de cobre y las empresas que operan en nuestro país con costos de
producción menores a los 90 centavos (Mra. Cerro Verde) y hasta menos
como SPCC con costos de 60 centavos la libra, obtuvieron utilidades
extraordinarias, por tanto las mineras conformantes del “cogollo minero”
Mra. Antamina, Mra. Cerro Verde, y SPCC, y las auríferas como Mra.
Yanacocha y Mra. Barrick Misquichilca, obtuvieron ganancias
extraordinarias en el 2012, contradictoriamente el fisco experimentó una
sensible disminución del impuesto a la renta recaudado (1,308 millones
de soles menos en relación al 2011).
Como se
puede apreciar en el cuadro respectivo los precios de la plata
promediaron en el 2012 los 31.17 dólares la onza, es decir por debajo de
los 35.17 dólares alcanzados en el 2011 pero por encima de los niveles
logrados en los años anteriores como en el 2005 cuando se cotizaba a un
precio de 7.34 dólares la onza troy y las empresas argentíferas obtenían
con tales precios utilidades.
¿A DÓNDE SE APUNTA?
Siempre se
ha sostenido que la determinación del canon minero expresa asimetrías y
reproduce desigualdades entre los departamentos privilegiados con la
riqueza minera y otros que carecen de la misma. Este ha sido el discurso
de las Ongs, Iglesia, frentes antimineros, ecologistas y líderes de
opinión que consideran que los recursos naturales corresponden a la
Nación en su conjunto.
A ello se
suma las críticas sobre las distorsiones en el gasto de los gobiernos
locales y regionales en una serie de obras de cuestionable importancia
con una gran dosis de corrupción, nepotismo. Se podría responsabilizar a
los gobiernos municipales y regionales de una serie de errores, faltas
hasta de incapacidad de gasto en un largo aprendizaje que supone la
descentralización fiscal.
Mas ello no
justificaría la enajenación que han experimentado con esta sensible
disminución del canon minero que tenderá a ser mayor en los próximos
años, fortaleciendo el centralismo fiscal donde el poderoso ministro de
economía y finanzas (MEF) decidirá los destinos sobre todo del gravamen
especial y el impuesto extraordinario minero.
La lógica
del gobierno ha sido perversamente premeditada. Con la figura del
gravamen especial minero por ejemplo las empresas mineras con contratos
de estabilidad jurídica y tributaria en lugar de pagar el aporte
voluntario, el óbolo de Alan García, ahora gustosamente contribuyen con
el gravamen minero que en el 2012 sumó los 942 millones de nuevos soles
que resultan deducibles de la utilidad imponible de las empresas. Por
tanto, al ser menor la utilidad imponible resulta disminuido el impuesto
a la renta y ello arrastra hacia abajo el canon minero.
Por tanto,
con la sustracción del canon minero al pasar de 5,201 millones de nuevos
soles en el 2012 a niveles de 3,806 millones de soles en el 2013, es
decir los gobiernos regionales y locales mineros estarían percibiendo
1,395 millones de nuevos soles menos afectando una serie de proyectos de
infraestructura e inversiones sociales limitando el crecimiento y la
demanda derivada en las provincias.
Esta
sensible disminución de los recursos del canon minero por el contrario
para el centralismo fiscal ha significado concentrar en manos del MEF
942 millones de soles por concepto de gravamen especial y 442 millones
de soles por concepto del impuesto especial a la minería. Es decir,
1,384 millones de nuevos soles que han sido generados en las regiones
mineras, hoy son concentrados por el poder central supuestamente para
realizar inversiones públicas en los departamentos que carecen de la
riqueza minera.
En esta
tensión entre los intereses regionales y el centralismo fiscal el
gobierno se verá presionado por una serie de protestas sociales en el
sur, centro y norte del país, que tenderán agravarse con las
manifestaciones de los mineros artesanales que tienen una plataforma
definida de reclamos, más las demandas de maestros y otros.
Por ello, el
gobierno se verá obligado a compensar los ingresos enajenados a los
gobiernos locales y regionales para que éstos puedan ejecutar y terminar
los proyectos en marcha y así equilibrar sus presupuestos. Existen
varias fórmulas para restituir los ingresos regionales dejados de
percibir. Uno puede ser el análogo aplicado en el sector de
hidrocarburos respecto con la figura de la “renta ficta”, donde el canon
petrolero percibido en 1994 constituye el límite inferior para la
percepción del canon por la explotación del petróleo y gas.
Sin embargo,
la lógica económica e histórica para el desarrollo de las ventajas
competitivas en los departamentos mineros debiera apuntar a una
participación estable, previsible de los gobiernos locales y regionales
en el gravamen especial e impuesto extraordinario minero, algo así como
un mitad/mitad con el gobierno central, de lo contrario veremos el
“incendio de la pradera” en los Andes, que se agravará con el fin de la
bonanza de los precios de los minerales, los menores ingresos fiscales y
la postergación indefinida de los megaproyectos mineros.
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