¿Agenda económica concertable?

 Por German Alarco Tosoni



El diálogo entre las fuerzas económicas, sociales y políticas, siempre es positivo para coadyuvar a la buena marcha de cualquier país. Lo es más cuando incluye a todos. No es tan bueno cuando es oportunista para ganar tiempo, distraer o no conduce a resultados concretos. Es una buena práctica que debe ser continua y desde diferentes ámbitos: Acuerdo Nacional, Gobierno y Congreso. A pesar de que el recién iniciado debió realizarse presidido por el máximo titular del Gobierno, puede ser útil recordar algunos de los temas económicos que habría que conversar.
Hemos dividido la agenda en cinco materias. Obviamente, la lista por atender es más amplia, pero la dispersión no es adecuada. En primer lugar, se ubicaría la reforma y rebalanceo institucional donde habría que priorizar el planeamiento estratégico como el instrumento útil para la concertación de voluntades que permita dar rumbo. Es claro que en el actual gobierno cada sector va por su cuenta o es conducido por una perspectiva financiera, no económica, desde el MEF. Aquí habría que incorporar el sistema de ordenamiento territorial que opere bajo reglas técnicas y democráticas desde las regiones interesadas.

El segundo tema es el establecimiento de reglas para la política monetaria y fiscal anticíclica. Todos los agentes económicos deben conocer, con independencia de las autoridades de turno, que el Estado va hacer frente a las contracciones severas del nivel de actividad económica. Todos sabemos que el atraso histórico se origina a partir de coyunturas particulares. Con reglas transparentes y fondos específicos, tanto el MEF como el BCRP, podrían evitar que las expectativas y decisiones de inversión se modifiquen radicalmente, generando más recesión e inestabilidad. El tercer tema es la cruzada contra la desigualdad, donde habría que reactivar los proyectos de límites a la propiedad de la tierra, control de fusiones y adquisiciones, acceso a pequeños propietarios en las irrigaciones de la costa y reglas claras para los ajustes en el salario mínimo vital que ya lleva una pérdida real del 3.3% desde junio de 2012.

Es imprescindible actuar para promover la diversificación productiva. Hausmann (2011) nos habla de incrementar la complejidad económica a través de una canasta más diversificada y ubicua de bienes y servicios producidos y exportables. Hay que trabajar en serio con los programas de ciencia, tecnología e innovación. Crear la agencia nacional de competitividad o la Iniciativa para el desarrollo de los clusters y fortalecer PETROPERU. Por último, dar fuerza a INDECOPI y a los reguladores sectoriales, enfatizando la competencia y el bienestar de los consumidores. Con esto no solo se lucharía contra la inflación, sino que podría generar un capitalismo más competitivo, como el que hizo crecer a la economía mundial y al Perú entre los años cincuenta y sesenta. 

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