IED y Desindustrialización
Por Félix Jiménez
Perú logra máximo histórico en inversión extranjera directa (IED) en 2012, dicen periodistas y analistas económicos a propósito del informe de la CEPAL «La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe». En efecto, la Cuenta Financiera del Sector Privado de la Balanza de Pagos de nuestro país registra el monto de 12.240 millones de dólares por concepto de IED el 2012, cifra equivalente al 6.1% del PBI del mismo año y superior en 48,7% al monto registrado en el año 2011.
Repatriación de utilidades y rentabilidad del capital extranjero
Lo que no destacan estos periodistas y analistas es que de los 12,240 millones de dólares de IED, 8.263 millones correspondieron a reinversiones de las utilidades obtenidas por el capital extranjero que opera en nuestro país; tampoco informan que en el mismo año 2012 salieron del país por concepto de repatriación de utilidades, 11.743 millones de dólares, cifra equivalente al 95.9% del citado monto de IED (véase Gráfico 1).
Perú logra máximo histórico en inversión extranjera directa (IED) en 2012, dicen periodistas y analistas económicos a propósito del informe de la CEPAL «La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe». En efecto, la Cuenta Financiera del Sector Privado de la Balanza de Pagos de nuestro país registra el monto de 12.240 millones de dólares por concepto de IED el 2012, cifra equivalente al 6.1% del PBI del mismo año y superior en 48,7% al monto registrado en el año 2011.
Repatriación de utilidades y rentabilidad del capital extranjero
Lo que no destacan estos periodistas y analistas es que de los 12,240 millones de dólares de IED, 8.263 millones correspondieron a reinversiones de las utilidades obtenidas por el capital extranjero que opera en nuestro país; tampoco informan que en el mismo año 2012 salieron del país por concepto de repatriación de utilidades, 11.743 millones de dólares, cifra equivalente al 95.9% del citado monto de IED (véase Gráfico 1).
La
IED acumulada en el período 2003-2012 ---que incluye los años del boom de
precios de las materias primas--- fue de 56.751 millones de dólares, y el monto
de utilidades repatriadas durante el
mismo período fue de 74.078 millones de dólares, es decir, 17.326 millones por
encima del total de la IED. Además, 39.336 millones de dólares correspondieron
a utilidades reinvertidas que se
contabilizan como IED.
La
IED aumentó 9.2 veces en nueve años: pasó de 1.335 millones de dólares en 2003
a 12.240 millones de dólares en 2012. En esos mismos nueve años las utilidades repatriadas aumentaron en
10.6 veces y las utilidades reinvertidas
en 13 veces. Según la CEPAL «las empresas transnacionales repatrían a sus casas
matrices una proporción de sus utilidades ligeramente superior (55%) a la que
reinvierten en los países de la región donde fueron generadas (45%)». En Perú
los porcentajes se ubican en 53% y 47%, respectivamente.
Además,
según la CEPAL la rentabilidad del capital extranjero aumentó notablemente
desde el año 2003, «debido al alza de precios de los productos básicos de
exportación (para las empresas que exportan recursos naturales». Nuestro país destaca
por haber sido la plaza con mayor rentabilidad durante el periodo 2007-2011.
Según la CEPAL la tasa anual de
rentabilidad promedio del stock de IED en nuestro país fue de
aproximadamente 25%, casi 10 puntos por encima de la tasa de rentabilidad en
Chile y más de 20 puntos respecto a la tasa de rentabilidad en México (véase
Gráfico 2).
Efectos
de la IED y de la repatriación de utilidades
La
IED en nuestro país refuerza la especialización productiva debido a que se orienta
fundamentalmente a la explotación de recursos naturales. La manufactura no constituye
el sector más atractivo para la IED. Este tipo de especialización productiva mantiene
el dominio de las exportaciones tradicionales (75% a 77% del total), reduce las
posibilidades de diversificación productiva y, por lo tanto, la generación y
multiplicación de empleos de calidad y bien remunerados. Tal como dijo la
Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, no hay «indicios muy claros
de un aporte relevante de la IED a la generación de nuevos sectores o a la
creación de actividades de alto contenido tecnológico, considerando que uno de
los principales desafíos que enfrenta la región es un cambio en su estructura
productiva».
El
boom de precios de las materias primas fomenta el «rentismo» y el extractivismo
en los grupos de poder económico y político. Este boom favorece al sector
exportador tradicional y afecta a la industria manufacturera que compite con
las importaciones. El fenómeno simultáneo de apreciación monetaria y de creciente influjo de divisas extranjeras,
abarata las importaciones y fomenta la desindustrialización. Los grupos de
poder que usufructúan de este boom exportador, refuerzan su dominio y bloquean
la innovación y la diversificación. El extractivismo político y el
extractivismo económico, o rentista, se refuerzan generando un círculo vicioso.
La
orientación reprimarizadora de la IED, entonces, afecta la sostenibilidad del
crecimiento futuro. La concentración de las exportaciones en productos
primarios pone en permanente riesgo a la sostenibilidad del crecimiento, porque
hace más dependiente a la economía de los shocks externos adversos. Pero no es
la única causa. El alto crecimiento de las utilidades repatriadas de IED, como
también lo señala la CEPAL, «tiende a neutralizar el efecto positivo que
produce el ingreso de la inversión extranjera directa sobre la balanza de pagos».
Tal como hemos señalado más arriba el monto de utilidades repatriadas durante
2003-2012 fue mucho mayor que el monto de las entradas de IED en el mismo
período.
A
modo de Conclusión
Sobre
los efectos de la IED en el mercado de trabajo, la CEPAL, --«basándose en los
empleos directos anunciados por los inversionistas para proyectos de ampliación
de la capacidad productiva»-- dice: «Las actividades de comercio y de
construcción son las que crean más empleo (siete puestos por cada millón de
dólares de inversión), seguidas por la industria manufacturera y los servicios
(tres puestos). Las actividades mineras (incluido el petróleo) crean un puesto
de trabajo por cada dos millones de dólares. Desafortunadamente poco o nada
hacen los gobiernos para mejorar la matriz productiva de nuestros países
mediante gravámenes destinados a fondos de desarrollo agrícola e industrial.
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