Harineros de Perú y Chile: socios en la depredación
Por Juan Rebaza Carpio
Las depredaciones de la Anchoveta en el Perú y el Jurel en Chile, se han venido produciendo durante décadas, ante la indiferencia e inacción de sus autoridades gubernamentales, privilegiando la fabricación de harina, postergando la actividad artesanal, y la alimentación de millones de sus habitantes.
as exportaciones de las mejores embarcaciones industriales y fábricas harineras a Chile, por representantes de la SNP (Sociedad Nacional de Pesquería), en los inicios de los años 80´, y la implementación del sistema de cuotas, copiada de la legislación Chilena, son algunos de los ejemplos, que nos demuestran que la identificación con los intereses del país, no cuentan para nuestros industriales harineros. Mientras la Sub Secretaría de Pesca y Acuicultura de Chile, anuncia que su especie principal, el Jurel, se encuentra en situación de sobreexplotación y agotamiento, PRODUCE ya ha venido tomando medidas para salvaguardar nuestra Anchoveta, y ante la falta de argumentos técnicos y científicos, los voceros de los harineros nacionales, ignorantes e incoherentes, pero con inusitada y millonaria cobertura periodística, ensayan continuas falsedades y difamaciones, en sus propósitos de mangonear el sector pesquero como antaño.
Chile como asociado de la CONVEMAR (Convención del Mar) desde 1997, reconoce su mar territorial y soberano hasta las 12 millas marinas, por lo que las 188 restantes están expuestas, a la aplicación y consentimiento de los acuerdos que se tomen en la OROP-PS (Organización Regional de Ordenamiento Pesquero del Pacífico Sur). La biomasa de Jurel estimada en 30 millones de toneladas hace 2 décadas, ha descendido en forma angustiosa a menos de 3 millones actualmente. Nuestro país al no ser parte de la CONVEMAR, mantiene sus derechos soberanos plenamente vigentes, respecto a la exploración, conservación y ordenamiento de todos los recursos marinos vivos. La discusión de las cuotas de Jurel, se refieren en el caso del Perú, a zonas más allá de las 200 millas, mientras que para Chile incluye sus 200 millas, luego de las primeras 12, que le son reconocidas como soberanas.
Las participaciones del Perú en sesiones de la OROP-PS, son en calidad de observadores al no pertenecer a la CONVEMAR, pero pese a ello, ha mostrado su disconformidad por las cuotas internacionales, a pesar que se nos ha asignado 18,636 toneladas de Jurel, muy superior a las 5,318 toneladas anteriores. El Perú no ha cedido pues parte alguna de su cuota a Chile, como embusteramente afirman algunos mercenarios. La dación del D.S. 005-2012, aún pendiente de su plena aplicación, marca una gran diferencia con Chile, donde aún sus propios harineros determinan las cuotas a pescarse, además de imponer la extracción dentro de las primeras 5 millas, para lo cual destruyen los organismos sindicales, y cuentan con la complicidad de sus autoridades. Nuestro país tiene que orientar su desarrollo pesquero pues, sin tomar ejemplos de nuestros vecinos, y con objetivos propios.
Las depredaciones de la Anchoveta en el Perú y el Jurel en Chile, se han venido produciendo durante décadas, ante la indiferencia e inacción de sus autoridades gubernamentales, privilegiando la fabricación de harina, postergando la actividad artesanal, y la alimentación de millones de sus habitantes.
as exportaciones de las mejores embarcaciones industriales y fábricas harineras a Chile, por representantes de la SNP (Sociedad Nacional de Pesquería), en los inicios de los años 80´, y la implementación del sistema de cuotas, copiada de la legislación Chilena, son algunos de los ejemplos, que nos demuestran que la identificación con los intereses del país, no cuentan para nuestros industriales harineros. Mientras la Sub Secretaría de Pesca y Acuicultura de Chile, anuncia que su especie principal, el Jurel, se encuentra en situación de sobreexplotación y agotamiento, PRODUCE ya ha venido tomando medidas para salvaguardar nuestra Anchoveta, y ante la falta de argumentos técnicos y científicos, los voceros de los harineros nacionales, ignorantes e incoherentes, pero con inusitada y millonaria cobertura periodística, ensayan continuas falsedades y difamaciones, en sus propósitos de mangonear el sector pesquero como antaño.
Chile como asociado de la CONVEMAR (Convención del Mar) desde 1997, reconoce su mar territorial y soberano hasta las 12 millas marinas, por lo que las 188 restantes están expuestas, a la aplicación y consentimiento de los acuerdos que se tomen en la OROP-PS (Organización Regional de Ordenamiento Pesquero del Pacífico Sur). La biomasa de Jurel estimada en 30 millones de toneladas hace 2 décadas, ha descendido en forma angustiosa a menos de 3 millones actualmente. Nuestro país al no ser parte de la CONVEMAR, mantiene sus derechos soberanos plenamente vigentes, respecto a la exploración, conservación y ordenamiento de todos los recursos marinos vivos. La discusión de las cuotas de Jurel, se refieren en el caso del Perú, a zonas más allá de las 200 millas, mientras que para Chile incluye sus 200 millas, luego de las primeras 12, que le son reconocidas como soberanas.
Las participaciones del Perú en sesiones de la OROP-PS, son en calidad de observadores al no pertenecer a la CONVEMAR, pero pese a ello, ha mostrado su disconformidad por las cuotas internacionales, a pesar que se nos ha asignado 18,636 toneladas de Jurel, muy superior a las 5,318 toneladas anteriores. El Perú no ha cedido pues parte alguna de su cuota a Chile, como embusteramente afirman algunos mercenarios. La dación del D.S. 005-2012, aún pendiente de su plena aplicación, marca una gran diferencia con Chile, donde aún sus propios harineros determinan las cuotas a pescarse, además de imponer la extracción dentro de las primeras 5 millas, para lo cual destruyen los organismos sindicales, y cuentan con la complicidad de sus autoridades. Nuestro país tiene que orientar su desarrollo pesquero pues, sin tomar ejemplos de nuestros vecinos, y con objetivos propios.
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