Inversiones para favorecer el buen vivir
Por Pedro Francke
A diversos analistas defensores de la minería contaminadora y el neoliberalismo les cuesta entender que la izquierda esté promoviendo inversiones privadas en Lima, y al mismo tiempo critiquen proyectos mineros que afectan el ambiente y tratan de imponerse violando derechos fundamentales.
A diversos analistas defensores de la minería contaminadora y el neoliberalismo les cuesta entender que la izquierda esté promoviendo inversiones privadas en Lima, y al mismo tiempo critiquen proyectos mineros que afectan el ambiente y tratan de imponerse violando derechos fundamentales.
Es simple: queremos inversiones y crecimiento económico, asegurando que sea a favor del desarrollo humano y resguardando el ambiente. Los negocios privados que favorecen a muy pocos y nos dejan corrupción, contaminación, y violación de derechos, no los queremos.
Por eso en Espinar buscamos el diálogo con el gobierno y la empresa minera Xstrata, con el objetivo de que la nueva mina Antapaccay opere pero evitando nuevos daños al ambiente y logrando aportes a favor del progreso económico y social de la provincia.
Por eso en Lima se promueve el proyecto Vía Parque Rímac que combina túneles y vías rápidas, con la recuperación de todo el espacio alrededor del río en un gran parque y espacio público. Por eso en Lima se promueven inversiones privadas en grandes vías que faciliten el transporte, lo que mejorará la calidad de vida y ayudará a descongestionar el tráfico. Por eso en Lima la reforma del transporte promueve inversión privada en buses grandes con el patrón Euro4 cuyas emisiones de gases son muchísimo menores, ayudando así a reducir la contaminación del aire en nuestra ciudad
Pero por eso mismo estamos en contra de Comunicore, una “empresa privada” que consiguió comprar una deuda de la Municipalidad de Lima de 35 millones de soles pagando solo 14 millones, cobrarla en un mes, embolsicarse 21 millones de soles y repartirlos incluyendo un jugoso pago al esposo de una sobrina de Castañeda Lossio. Esa inversión privada no nos gusta.
Tampoco aprobamos que en Kañaris se quiera hacer un proyecto minero sin la consulta a la población indígena como manda el derecho internacional, y con un Ministerio de energía y Minas que sospechosamente saca resoluciones contradictorias.
Así como muchas cosas de la vida, hay inversiones que son buenas y hay empresas corruptas y contaminadoras. El dinero no es un fin en sí mismo, como insistió hace años el Premio Nobel de Economía Amartya Sen. El objetivo es la Calidad de Vida y el Buen vivir y, para eso, queremos inversiones que sean buenas.
A diversos analistas defensores de la minería contaminadora y el neoliberalismo les cuesta entender que la izquierda esté promoviendo inversiones privadas en Lima, y al mismo tiempo critiquen proyectos mineros que afectan el ambiente y tratan de imponerse violando derechos fundamentales.
A diversos analistas defensores de la minería contaminadora y el neoliberalismo les cuesta entender que la izquierda esté promoviendo inversiones privadas en Lima, y al mismo tiempo critiquen proyectos mineros que afectan el ambiente y tratan de imponerse violando derechos fundamentales.
Es simple: queremos inversiones y crecimiento económico, asegurando que sea a favor del desarrollo humano y resguardando el ambiente. Los negocios privados que favorecen a muy pocos y nos dejan corrupción, contaminación, y violación de derechos, no los queremos.
Por eso en Espinar buscamos el diálogo con el gobierno y la empresa minera Xstrata, con el objetivo de que la nueva mina Antapaccay opere pero evitando nuevos daños al ambiente y logrando aportes a favor del progreso económico y social de la provincia.
Por eso en Lima se promueve el proyecto Vía Parque Rímac que combina túneles y vías rápidas, con la recuperación de todo el espacio alrededor del río en un gran parque y espacio público. Por eso en Lima se promueven inversiones privadas en grandes vías que faciliten el transporte, lo que mejorará la calidad de vida y ayudará a descongestionar el tráfico. Por eso en Lima la reforma del transporte promueve inversión privada en buses grandes con el patrón Euro4 cuyas emisiones de gases son muchísimo menores, ayudando así a reducir la contaminación del aire en nuestra ciudad
Pero por eso mismo estamos en contra de Comunicore, una “empresa privada” que consiguió comprar una deuda de la Municipalidad de Lima de 35 millones de soles pagando solo 14 millones, cobrarla en un mes, embolsicarse 21 millones de soles y repartirlos incluyendo un jugoso pago al esposo de una sobrina de Castañeda Lossio. Esa inversión privada no nos gusta.
Tampoco aprobamos que en Kañaris se quiera hacer un proyecto minero sin la consulta a la población indígena como manda el derecho internacional, y con un Ministerio de energía y Minas que sospechosamente saca resoluciones contradictorias.
Así como muchas cosas de la vida, hay inversiones que son buenas y hay empresas corruptas y contaminadoras. El dinero no es un fin en sí mismo, como insistió hace años el Premio Nobel de Economía Amartya Sen. El objetivo es la Calidad de Vida y el Buen vivir y, para eso, queremos inversiones que sean buenas.
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