Nueva Etapa en el Gasoducto y la Petroquímica del Sur
Por Otra Mirada
Ayer jueves, por 98 votos a favor, 1 en contra y 3 abstenciones, el Congreso de la República aprobó el Proyecto de Ley 1396 de “Seguridad Energética”. En los últimos seis meses el gobierno, de manera errática, ha propuesto hasta tres proyectos energéticos distintos y contradictorios para el sur del país como hemos reseñado repetidamente en Otra Mirada (ver: aquí, aquí, aquí, y aquí).
El proyecto aprobado el día de ayer por el Congreso desactiva la propuesta levantada por el gobierno en su último mensaje de 28 de julio, el etanoducto costero y las cañerías de 8 pulgadas hacia Puno y Cusco que significaba el fin de la industrialización del sur en base al gas y sus derivados.
El proyecto aprobado desecha el etanoducto y establece la construcción de un gasoducto por las regiones del sur. El nuevo gasoducto estará dividido en dos tramos. El primero será financiado a través de la “garantía de red principal”, es decir será pagado por todos los peruanos a través de los recibos de luz. Como señala la congresista Verónika Mendoza, aún queda por ver si el aporte de los ciudadanos será capitalizado a través de la empresa pública Petroperú tal y como lo manda la ley 29690.
El tramo II será financiado a través de contratos de tipo “take or pay” con las empresas de generación eléctrica que se instalarán a lo largo del tendido del ducto la que sustentará su rentabilidad. En nuestra opinión esta es una seria limitación de lo aprobado ayer. En Otra Mirada creemos que la rentabilidad del conjunto del Gasoducto debe reposar en el desarrollo de la industria petroquímica y no en las termoeléctricas.
Cabe resaltar que el proyecto aprobado por el Congreso ayer establece la relación entre gasoducto y el llamado polo petroquímico, no sólo al dejar la puerta abierta para la construcción futura de un poliducto, sino al ratificar la naturaleza de bien público del etano y reafirmando a OSINERGMIN como el órgano público encargado de supervisar los contratos de provisión de esta importante materia prima y, en última instancia, como aquel que fijará su precio.
Por otro lado, según la propuesta aprobada, Petroperú y Electroperú participarán en este importante proyecto pero será el propio Ministerio de Energía y Minas quien determinará las formas en las que las empresas públicas, afectando la independencia de la cual gozan éstas de acuerdo a ley.
El proyecto aprobado ayer abre una nueva etapa en la cual el país está en condiciones de iniciar un proceso de industrialización de uno de sus recursos naturales más importantes. Si bien falta aún definir claramente las características del complejo petroquímico, los pasos dados ayer posibilitan su nacimiento. Nada de esto hubiera sido posible sin la intensa movilización de la ciudadanía, especialmente la del sur del país, la cual se expresó a través de sus organizaciones sociales y de sus autoridades regionales y locales, quienes se movilizaron y ejercieron presión para obligar al gobierno a desechar su antiguo proyecto y apoyar el Gasoducto Sur Peruano. En Otra Mirada hemos acompañado desde un inicio este proceso de movilización social. En esta nueva etapa tenemos por delante todavía más camino por recorrer y en Otra Mirada estamos decididos a avanzar hasta que se concluya el conjunto del proyecto, con la construcción del polo petroquímico y la masificación del gas.
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