El modelo de crecimiento pro-exportador neoliberal y sus límites
Por Felix Jimenez
Las políticas neoliberales han cambiado la estructura productiva a favor de sectores productores de bienes no transables y sectores de extracción de recursos con alta renta natural; y, al mismo tiempo, han acentuado la dependencia de importaciones de la economía, exacerbando así la tendencia de la economía hacia una crisis de balanza de pagos.
Las políticas neoliberales han debilitado estructuralmente a la economía interna. Ahora es más dependiente de la economía internacional. Alan García restauró el estilo de crecimiento primario exportador del fujimorismo. Alteró los precios relativos en contra de las exportaciones no tradicionales, eliminando así el tímido cambio emprendido durante el gobierno de Alejandro Toledo. Estimuló la competitividad de estas exportaciones mediante el mayor abaratamiento del costo del trabajo (cholo barato), y abrió más el comercio a las importaciones bajando aranceles y firmando TLCs.
El estilo de crecimiento actual no fundamenta sus ganancias de competitividad en el crecimiento sostenido de la productividad, y es un crecimiento altamente dependiente de importaciones. Desafortunadamente el actual gobierno ha renunciado a su oferta electoral de generar las condiciones para la expansión de los mercados internos y propiciar los cambios técnicos endógenos mediante el desarrollo agrícola e industrial.
Las políticas neoliberales han cambiado la estructura productiva a favor de sectores productores de bienes no transables y sectores de extracción de recursos con alta renta natural; y, al mismo tiempo, han acentuado la dependencia de importaciones de la economía, exacerbando así la tendencia de la economía hacia una crisis de balanza de pagos.
Crecimiento
económico y estructura productiva
La economía ha
crecido en los últimos diez años a una tasa promedio anual de 6.4%. Sin
embargo, no es la primera vez que se registran tasas de crecimiento de esta
magnitud. Entre 1948 y 1957, durante nada menos que nueve años, nuestra
economía creció a una tasa promedio anual de 6.5%. Y, para no ir tan lejos, entre 1959 y 1967,
durante ocho años, crecimos a una tasa de 7.2% promedio anual.
El crecimiento
del período actual, comparado con el de 1959-1967, se sustenta no solo en los
altos precios de las materias primas sino también en el liderazgo de sectores
no transables de baja productividad. Los sectores que más crecen son: Comercio,
Otros servicios y Construcción. En el
año 2011, estos tres sectores explicaban el 72.7% del PBI y el 62.4% de la PEA
ocupada de un poco más de 15 millones. En estos tres sectores se encuentra la
mayor parte de las empresas de «1 a 10 trabajadores» que emplean a personas de
baja calificación y donde los ingresos mensuales son menores a los 800 soles.
El crecimiento no
está modernizando la estructura productiva. Somos ahora una economía menos
manufactura y más terciarizada con empleos de muy baja calificación y
productividad. Si a los sectores Comercio, Otros servicios y Construcción, le
agregamos la Agricultura, que sigue siendo predominantemente tradicional y
también de baja productividad, estos cuatro sectores explican el 80.4% del PBI
y el 87.9% de la PEA ocupada del año 2011. Se trata de una estructura
productiva que no se diferencia en lo sustancial de la que prevalecía a fines
de los años 1930: la agricultura y los sectores terciarios explicaban el 68%
del PBI y el 81% de la PEA ocupada.
La estrategia
neoliberal de basar el crecimiento de largo plazo exclusivamente en el
comportamiento de la economía internacional y en el mantenimiento de una
estructura productiva terciarizada y de baja productividad, está acentuando la
insuficiencia estructural de demanda interna asociada al reducido mercado
interno debido al descuido de la agricultura y de la manufactura, y a los bajos
ingresos de la inmensa mayoría de la población.
El espectacular
crecimiento de las importacionesLas políticas neoliberales han debilitado estructuralmente a la economía interna. Ahora es más dependiente de la economía internacional. Alan García restauró el estilo de crecimiento primario exportador del fujimorismo. Alteró los precios relativos en contra de las exportaciones no tradicionales, eliminando así el tímido cambio emprendido durante el gobierno de Alejandro Toledo. Estimuló la competitividad de estas exportaciones mediante el mayor abaratamiento del costo del trabajo (cholo barato), y abrió más el comercio a las importaciones bajando aranceles y firmando TLCs.
La estrategia
exportadora neoliberal descuidó la expansión y creación de mercados internos, y
renunció a las políticas sectoriales, como la de desarrollo industrial, al
aumento de los sueldos y salarios y al mantenimiento de un tipo de cambio real
estable y competitivo. De julio de 2006 a setiembre de 2012, el tipo de cambio
real cayó sistemáticamente: el bilateral se redujo en 16.3% y multilateral en
34.1%. El tipo de cambio real bilateral de setiembre de 2012 tiene un valor
parecido al registrado en enero de 1998, mientras que el tipo de cambio real
multilateral de setiembre de 2012 tiene un valor 11.1% menor que el registrado
en enero de 1998. Cabe preguntarse, entonces, si la reciente desaceleración de
las exportaciones se debe solo al actual estancamiento de la economía mundial o
si tiene responsabilidad, en parte, la notable caída del tipo de cambio real
ocurrida desde inicios del gobierno de Alan García.
La caída del
tipo de cambio real, al mismo tiempo que encarece nuestras exportaciones
no-tradicionales, abarata las importaciones. En general, las políticas
neoliberales han acentuado la dependencia de importaciones de nuestra economía.
Los insumos y bienes de capital importados representaban el 37.2% de la
producción manufacturera de 1987. Este porcentaje aumentó a 70.7% en el año
1997 y a 126.4% en el año 2008. Si a los insumos y bienes de capital importados
le agregamos los bienes de consumo duradero importados, estas importaciones superan en 38.1% a la
producción manufacturera del año 2008. Han crecido también las importaciones de
bienes de consumo no duradero con respecto a la producción agrícola y pesquera:
de 12.5% en 1987 pasaron a 27.3% en el año 2008. Hay ahora una notable penetración
de las importaciones en el mercado interno, junto al predominio de las
exportaciones de productos tradicionales (77.5%) en el total.
A modo de conclusión
El estilo de crecimiento actual no fundamenta sus ganancias de competitividad en el crecimiento sostenido de la productividad, y es un crecimiento altamente dependiente de importaciones. Desafortunadamente el actual gobierno ha renunciado a su oferta electoral de generar las condiciones para la expansión de los mercados internos y propiciar los cambios técnicos endógenos mediante el desarrollo agrícola e industrial.
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