El presupuesto de Castilla
Por Carlos Alonso Bedoya
El poder de Castilla es enorme. No solo pone ministros como Villena en Trabajo o Von Hesse en Agricultura, o controla el holding empresarial del Estado a través de Almora en Fonafe. Sino que tiene la mesa servida en la aprobación de su presupuesto 2013 en el Congreso.
Ninguno de los más potentes cuadros del nacionalismo en el Parlamento, conocedores del tema fiscal, como Abugattás o Espinoza, está a la cabeza de la Comisión de Presupuesto. Más bien han puesto a un neófito en ese lugar. Me refiero al congresista Josué Gutierrez, que junto a los otros cinco nacionalistas que lo acompañan en la comisión, nunca han sido parte de la misma. Debe ser porque Marisol Espinoza, quien lideró la comisión el año pasado, introdujo cambios que no le hicieron gracia a Castilla.
Y eso que era lógico hacer modificaciones, toda vez que era el gobierno anterior el que dejó hecha la propuesta presupuestal. Lo que pasa es que Castilla también estuvo en el gobierno anterior, encargándose desde el MEF nada menos que de hacer el presupuesto.
Esta vez Castilla quería tener en esa comisión a alguien que además de no conocer el tema, no se compre ningún pleito y su presupuesto se apruebe tal cual.
Pero como bien dijo Mauricio Mulder en la sustentación del presupuesto a inicios de la semana, todo se trata de un simple ritual constitucional, y a fin de noviembre se aprobará el presupuesto de Castilla. Mulder se refiere a que el Congreso no tiene capacidad real de incidencia en el presupuesto. Y él lo sabe bien, porque en los cincos años recientes de gobierno aprista se aprobaron los presupuestos de Carranza, Valdivieso, Carranza II, Araoz y Benavides. Es decir, del MEF.
Esto data del Fujimorismo, cuando Boloña y los neoliberales (que son hegemonía en el MEF hasta ahora) acabaron con la influencia que podía ejercer la representación nacional en esta herramienta de gestión pública. Y lo hicieron vía la propia Constitución del 93, que es el tremendo candado presupuestal.
Todos saben que por más vueltas que se den los presidentes regionales, o los jefes de pliego en la Comisión de Presupuesto, si no tienen el visto bueno de Castilla, nada pasará. Y también saben que cuando, en cualquier momento del año, alguna institución pública pide una ampliación presupuestal al MEF, le responden que eso no figura en la ley de presupuesto. Y si figura, que no tiene fuente de financiamiento. Y si la tiene, que fue una imposición de último minuto en el Congreso y por tanto a esperar que haya un saldo. Y eso nunca pasa.
En esta ocasión Castilla fue a presentar al Congreso un presupuesto más conservador que de costumbre. Se encajonan, además de los más de 5 mil 273 millones de soles que están en la reserva de contingencia (de uso totalmente discrecional del MEF), 6 mil 982 millones de soles que no entran siquiera al presupuesto y se quedarán en la tesorería cuando se recauden, como concepto de aho-rro fiscal por el entorno de crisis. Claro que eso no lo dijo durante su sustentación.
Si a eso sumamos los más de 20 mil millones de soles que están en el Fondo de Estabilidad Fiscal en el Banco Central, podemos entender porque tene-mos a los maestros y médicos en la calle haciendo huelga. Seguiremos mendigando sentados en la banca de oro.
El poder de Castilla es enorme. No solo pone ministros como Villena en Trabajo o Von Hesse en Agricultura, o controla el holding empresarial del Estado a través de Almora en Fonafe. Sino que tiene la mesa servida en la aprobación de su presupuesto 2013 en el Congreso.
Ninguno de los más potentes cuadros del nacionalismo en el Parlamento, conocedores del tema fiscal, como Abugattás o Espinoza, está a la cabeza de la Comisión de Presupuesto. Más bien han puesto a un neófito en ese lugar. Me refiero al congresista Josué Gutierrez, que junto a los otros cinco nacionalistas que lo acompañan en la comisión, nunca han sido parte de la misma. Debe ser porque Marisol Espinoza, quien lideró la comisión el año pasado, introdujo cambios que no le hicieron gracia a Castilla.
Y eso que era lógico hacer modificaciones, toda vez que era el gobierno anterior el que dejó hecha la propuesta presupuestal. Lo que pasa es que Castilla también estuvo en el gobierno anterior, encargándose desde el MEF nada menos que de hacer el presupuesto.
Esta vez Castilla quería tener en esa comisión a alguien que además de no conocer el tema, no se compre ningún pleito y su presupuesto se apruebe tal cual.
Pero como bien dijo Mauricio Mulder en la sustentación del presupuesto a inicios de la semana, todo se trata de un simple ritual constitucional, y a fin de noviembre se aprobará el presupuesto de Castilla. Mulder se refiere a que el Congreso no tiene capacidad real de incidencia en el presupuesto. Y él lo sabe bien, porque en los cincos años recientes de gobierno aprista se aprobaron los presupuestos de Carranza, Valdivieso, Carranza II, Araoz y Benavides. Es decir, del MEF.
Esto data del Fujimorismo, cuando Boloña y los neoliberales (que son hegemonía en el MEF hasta ahora) acabaron con la influencia que podía ejercer la representación nacional en esta herramienta de gestión pública. Y lo hicieron vía la propia Constitución del 93, que es el tremendo candado presupuestal.
Todos saben que por más vueltas que se den los presidentes regionales, o los jefes de pliego en la Comisión de Presupuesto, si no tienen el visto bueno de Castilla, nada pasará. Y también saben que cuando, en cualquier momento del año, alguna institución pública pide una ampliación presupuestal al MEF, le responden que eso no figura en la ley de presupuesto. Y si figura, que no tiene fuente de financiamiento. Y si la tiene, que fue una imposición de último minuto en el Congreso y por tanto a esperar que haya un saldo. Y eso nunca pasa.
En esta ocasión Castilla fue a presentar al Congreso un presupuesto más conservador que de costumbre. Se encajonan, además de los más de 5 mil 273 millones de soles que están en la reserva de contingencia (de uso totalmente discrecional del MEF), 6 mil 982 millones de soles que no entran siquiera al presupuesto y se quedarán en la tesorería cuando se recauden, como concepto de aho-rro fiscal por el entorno de crisis. Claro que eso no lo dijo durante su sustentación.
Si a eso sumamos los más de 20 mil millones de soles que están en el Fondo de Estabilidad Fiscal en el Banco Central, podemos entender porque tene-mos a los maestros y médicos en la calle haciendo huelga. Seguiremos mendigando sentados en la banca de oro.
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