¿Adecuada política de endeudamiento público?
Por German Alarco Tosoni
El Foro del Acuerdo Nacional aprobó el 19 de abril del 2004, entre otras, una política de Estado relativa a reducir gradualmente el coeficiente del endeudamiento público externo como porcentaje del PBI. Esta, a primera vista, parecía razonable. Quizás muy pertinente para esa coyuntura, pero de ninguna forma debería constituirse en una política de carácter permanente e inmutable en el tiempo. De manera similar, la máxima autoridad del MEF se vanaglorió, la semana pasada, que la deuda neta total del sector público del Perú se encuentra por debajo del 8% del PBI, si se le restan los activos que tiene el país. Al respecto, no se sabe cómo se obtiene este número, pero más allá del mismo, se pontifica una política de cada vez menores niveles de endeudamiento olvidando que una economía con potencial de crecimiento y capacidad de pago tiene márgenes para endeudarse.
El informe anual sobre deuda pública del MEF, al cierre del 2011, reporta un total de S/. 94,384 millones, equivalentes al 21.7% del PBI. El 57.7% de ese monto corresponde al externo (Multilateral, Club de París, Bonos y Banca Comercial principalmente). El otro 42.3% corresponde al endeudamiento interno principalmente por Bonos Soberanos. Sin embargo, esta información omite todo lo relativo al endeudamiento público con el sector privado a propósito de las asociaciones públicas-privadas. El importe absoluto de estas asciende a US$ 11,523.4 millones, incluyendo los pasivos en firme y los contingentes que se asocian a tráficos y volumen de operaciones esperados en las infraestructuras y otros activos concesionados. Al respecto, debe resaltarse que estos últimos son estimados por Proinversión y los ministerios sectoriales, pero sin supuestos transparentes.
No existe una regla teórica internacional relativa a que sea imprescindible reducir de manera continua los niveles de endeudamiento público de un país. Cuando se está sobre endeudado se enfrentan serios problemas y en el otro extremo, de poco endeudamiento se desaprovechan oportunidades para ampliar la capacidad productiva del país. Las reglas se asocian a parámetros internacionales de deuda respecto del PBI, capacidad de repago fiscal y en divisas, niveles de la tasa de interés respecto de la tasa de crecimiento económico, entre otras.
El total de la deuda pública peruana se ubicaría entre el 28.2% y el 30% del PBI considerando los conceptos anteriores. Nos ubicamos por debajo de los estándares internacionales si nos comparamos con otros países de la región (por ejemplo, Colombia, 62.7% y Brasil, 61%) y del mundo en la base de datos WDI del Banco mundial. Con estos resultados no habría mucho motivo para celebrar, sino por el contrario estamos desaprovechando oportunidades para ampliar la capacidad productiva nacional. Este es un tema en que todos debemos reflexionar.
El Foro del Acuerdo Nacional aprobó el 19 de abril del 2004, entre otras, una política de Estado relativa a reducir gradualmente el coeficiente del endeudamiento público externo como porcentaje del PBI. Esta, a primera vista, parecía razonable. Quizás muy pertinente para esa coyuntura, pero de ninguna forma debería constituirse en una política de carácter permanente e inmutable en el tiempo. De manera similar, la máxima autoridad del MEF se vanaglorió, la semana pasada, que la deuda neta total del sector público del Perú se encuentra por debajo del 8% del PBI, si se le restan los activos que tiene el país. Al respecto, no se sabe cómo se obtiene este número, pero más allá del mismo, se pontifica una política de cada vez menores niveles de endeudamiento olvidando que una economía con potencial de crecimiento y capacidad de pago tiene márgenes para endeudarse.
El informe anual sobre deuda pública del MEF, al cierre del 2011, reporta un total de S/. 94,384 millones, equivalentes al 21.7% del PBI. El 57.7% de ese monto corresponde al externo (Multilateral, Club de París, Bonos y Banca Comercial principalmente). El otro 42.3% corresponde al endeudamiento interno principalmente por Bonos Soberanos. Sin embargo, esta información omite todo lo relativo al endeudamiento público con el sector privado a propósito de las asociaciones públicas-privadas. El importe absoluto de estas asciende a US$ 11,523.4 millones, incluyendo los pasivos en firme y los contingentes que se asocian a tráficos y volumen de operaciones esperados en las infraestructuras y otros activos concesionados. Al respecto, debe resaltarse que estos últimos son estimados por Proinversión y los ministerios sectoriales, pero sin supuestos transparentes.
No existe una regla teórica internacional relativa a que sea imprescindible reducir de manera continua los niveles de endeudamiento público de un país. Cuando se está sobre endeudado se enfrentan serios problemas y en el otro extremo, de poco endeudamiento se desaprovechan oportunidades para ampliar la capacidad productiva del país. Las reglas se asocian a parámetros internacionales de deuda respecto del PBI, capacidad de repago fiscal y en divisas, niveles de la tasa de interés respecto de la tasa de crecimiento económico, entre otras.
El total de la deuda pública peruana se ubicaría entre el 28.2% y el 30% del PBI considerando los conceptos anteriores. Nos ubicamos por debajo de los estándares internacionales si nos comparamos con otros países de la región (por ejemplo, Colombia, 62.7% y Brasil, 61%) y del mundo en la base de datos WDI del Banco mundial. Con estos resultados no habría mucho motivo para celebrar, sino por el contrario estamos desaprovechando oportunidades para ampliar la capacidad productiva nacional. Este es un tema en que todos debemos reflexionar.
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