Metamorfosis de la crisis económica
Por German Alarco Tosoni
Es un hecho que la crisis económica internacional ya se está manifestando negativamente sobre la economía peruana. Los resultados en las exportaciones y en el producto del mes de abril son sus primeras evidencias estadísticas. La crisis 2012-2013 comparte un origen común con la detonada en 2008. Sin embargo, como toda crisis, ha mutado en el tiempo tanto internacional como localmente. Ahora la situación previa a la crisis, los canales de transmisión y sus impactos van a ser diferentes respecto de lo ocurrido antes. Las autoridades deben estar muy atentas a todas las señales que vayan apareciendo en el camino.
La caída de las exportaciones peruanas, a diferencia de otras crisis previas, se ha manifestado más en la reducción de los volúmenes de exportación que en los precios internacionales. Esto es un mal síntoma, ya que lo común es que caigan primero los precios. También, su contracción ha sido seria, ya que son US$ 900 millones mensuales, aunque sólo US$ 500 millones sin componente estacional. Las mayores caídas se dieron en los volúmenes exportados de cobre, zinc y oro. La contracción en las exportaciones no tradicionales es principalmente en textiles y confecciones. La tasa de crecimiento anualizada del producto en abril fue 4.4% anual, explicada por la mayor expansión en la construcción, comercio y servicios, la caída de la pesca y de la manufactura.
Al parecer, por el momento, no habrá un detonante claro de la crisis, como ocurrió en 2008. Los resultados electorales de Grecia retrasan la ruptura del Euro. Esta crisis internacional ya se trasladó de Europa a EE.UU. y al Asia con menores niveles de demanda y producción, que generarían una disminución de las exportaciones tradicionales y no tradicionales peruanas. Esta nueva crisis es más silenciosa. Asimismo, a diferencia de 2009, la posibilidad de que las economías desarrolladas implementen políticas fiscales anticíclicas es casi nula y la abundante liquidez internacional limita la posibilidad de aplicar políticas monetarias expansivas.
Por el lado del Perú, es cierto que hay más reservas internacionales y fondos públicos ahorrados para hacer frente al shock externo, pero la actual coyuntura se caracteriza por dos fenómenos peligrosos: presencia de enfermedad holandesa y niveles de crédito personal y de vivienda elevados. LA PRIMERA, asociada a la apreciación de la moneda nacional, impacta negativamente en las exportaciones no tradicionales y en toda la producción local competitiva de las importaciones. Asimismo, con una mayor penetración de importaciones se neutraliza el efecto de las políticas monetaria y fiscal expansivas. Los niveles de sobreendeudamiento son el ambiente perfecto para que se desate una crisis financiera. El resultado final puede ser una crisis internacional mediana pero con una crisis interna más severa.
Es un hecho que la crisis económica internacional ya se está manifestando negativamente sobre la economía peruana. Los resultados en las exportaciones y en el producto del mes de abril son sus primeras evidencias estadísticas. La crisis 2012-2013 comparte un origen común con la detonada en 2008. Sin embargo, como toda crisis, ha mutado en el tiempo tanto internacional como localmente. Ahora la situación previa a la crisis, los canales de transmisión y sus impactos van a ser diferentes respecto de lo ocurrido antes. Las autoridades deben estar muy atentas a todas las señales que vayan apareciendo en el camino.
La caída de las exportaciones peruanas, a diferencia de otras crisis previas, se ha manifestado más en la reducción de los volúmenes de exportación que en los precios internacionales. Esto es un mal síntoma, ya que lo común es que caigan primero los precios. También, su contracción ha sido seria, ya que son US$ 900 millones mensuales, aunque sólo US$ 500 millones sin componente estacional. Las mayores caídas se dieron en los volúmenes exportados de cobre, zinc y oro. La contracción en las exportaciones no tradicionales es principalmente en textiles y confecciones. La tasa de crecimiento anualizada del producto en abril fue 4.4% anual, explicada por la mayor expansión en la construcción, comercio y servicios, la caída de la pesca y de la manufactura.
Al parecer, por el momento, no habrá un detonante claro de la crisis, como ocurrió en 2008. Los resultados electorales de Grecia retrasan la ruptura del Euro. Esta crisis internacional ya se trasladó de Europa a EE.UU. y al Asia con menores niveles de demanda y producción, que generarían una disminución de las exportaciones tradicionales y no tradicionales peruanas. Esta nueva crisis es más silenciosa. Asimismo, a diferencia de 2009, la posibilidad de que las economías desarrolladas implementen políticas fiscales anticíclicas es casi nula y la abundante liquidez internacional limita la posibilidad de aplicar políticas monetarias expansivas.
Por el lado del Perú, es cierto que hay más reservas internacionales y fondos públicos ahorrados para hacer frente al shock externo, pero la actual coyuntura se caracteriza por dos fenómenos peligrosos: presencia de enfermedad holandesa y niveles de crédito personal y de vivienda elevados. LA PRIMERA, asociada a la apreciación de la moneda nacional, impacta negativamente en las exportaciones no tradicionales y en toda la producción local competitiva de las importaciones. Asimismo, con una mayor penetración de importaciones se neutraliza el efecto de las políticas monetaria y fiscal expansivas. Los niveles de sobreendeudamiento son el ambiente perfecto para que se desate una crisis financiera. El resultado final puede ser una crisis internacional mediana pero con una crisis interna más severa.
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