El gas natural viaja por el mundo
Por Raul Wiener
El lunes último, LA PRIMERA informó al país la existencia de un desvío de una parte importante de los embarques de Gas Natural que señalaron como puerto de destino final puntos a los que nunca llegaron porque cambiaron la ruta en alta mar, para dirigirse a otros lugares no reportados.
El efecto de este desvío no declarado fue aplicar regalías sobre los precios de destino declarados, cuando en realidad el gas se comercializó a un monto más alto en los verdaderos destinos. Un cálculo aproximado indica que en 10 barcos analizados las regalías dejadas de pagar llegarían a 50 millones de dólares.
A raíz de nuestra publicación, Perúpetro (Agencia Nacional de Hidrocarburos) ha publicado un aviso para aclarar lo sucedido. De ese documento se desprende lo siguiente: (a) que la entidad estatal practica la transparencia porque publica información sobre la exportación de Gas Natural; (b) que contrató una consultora internacional para verificar los destinos de las exportaciones; (c) que determinó que en varios casos los destinos no eran los declarados, afectando las regalías; (d) que Perúpetro comunicó esta situación al Consorcio a cargo del lote 56, que habría opinado en sentido contrario, respaldándose también en una consultora internacional; (e) que el contratista solicitó pasar a un comité técnico de conciliación que está en implementación; (f) que si no se resuelve en ese nivel la controversia se acudirá a un arbitraje internacional.
Frente a este comunicado debemos subrayar, en primer lugar, que la transparencia a la que todos aspiramos se ha hecho mucho más ancha gracias a nuestra publicación, que ha permitido saber que existe desde hace semanas la denuncia de Perúpetro (Carta Notarial GGRL-SUPC-GFSA-0548-2012, del 4 de mayo del 2012), sobre incumplimientos al contrato de exportación, y que los embarques que han sido reportados y que figuran en la Web de Perúpetro, tienen en varios casos destinos falseados.
En segundo lugar, que la contratación de una consultora internacional denota que efectivamente Perúpetro tuvo indicios que se estaba violando el contrato, lo que fue comprobado, y que este diario cumplió con su deber al informar al país lo que está pasando. Hasta aquí todos de acuerdo.
El punto que el comunicado no esclarece es cómo se pasa de la posición inicial de cobranza de las regalías dejadas de pagar, planteada en la carta del 4 de mayo: “(Perúpetro) comunica su intención de dar por terminado el contrato al término del plazo de sesenta (60) días, contados a partir de la fecha de la presente notificación, salvo que dentro de este plazo el referido incumplimiento sea subsanado o que, a satisfacción de Perúpetro, se demuestre que está en vía de subsanación”, al retiro de LA PRIMERA carta y su reemplazo por otra (Carta Notarial GGRL-LEGL-0192-2012), que transforma el incumplimiento en “discrepancia”, y que remite el caso a la Conciliación.
Hasta donde se sabe no ha habido ninguna comunicación por escrito de los contratistas sobre este punto, salvo conversaciones con altos funcionarios de Perúpetro, lo que deja una sensación de debilidad en el trato con operadores privados.
Finalmente, la intención inicial de “dar por terminado el contrato”, ejerciendo las atribuciones otorgadas a Perúpetro, salvo que se subsane los incumplimientos, ahora ha sido reorientada hacia un eventual arbitraje internacional, si no se logra acuerdo en la conciliación, como parece casi obvio que ocurrirá. Transparencia también es explicar este cambio de posición.
El lunes último, LA PRIMERA informó al país la existencia de un desvío de una parte importante de los embarques de Gas Natural que señalaron como puerto de destino final puntos a los que nunca llegaron porque cambiaron la ruta en alta mar, para dirigirse a otros lugares no reportados.
El efecto de este desvío no declarado fue aplicar regalías sobre los precios de destino declarados, cuando en realidad el gas se comercializó a un monto más alto en los verdaderos destinos. Un cálculo aproximado indica que en 10 barcos analizados las regalías dejadas de pagar llegarían a 50 millones de dólares.
A raíz de nuestra publicación, Perúpetro (Agencia Nacional de Hidrocarburos) ha publicado un aviso para aclarar lo sucedido. De ese documento se desprende lo siguiente: (a) que la entidad estatal practica la transparencia porque publica información sobre la exportación de Gas Natural; (b) que contrató una consultora internacional para verificar los destinos de las exportaciones; (c) que determinó que en varios casos los destinos no eran los declarados, afectando las regalías; (d) que Perúpetro comunicó esta situación al Consorcio a cargo del lote 56, que habría opinado en sentido contrario, respaldándose también en una consultora internacional; (e) que el contratista solicitó pasar a un comité técnico de conciliación que está en implementación; (f) que si no se resuelve en ese nivel la controversia se acudirá a un arbitraje internacional.
Frente a este comunicado debemos subrayar, en primer lugar, que la transparencia a la que todos aspiramos se ha hecho mucho más ancha gracias a nuestra publicación, que ha permitido saber que existe desde hace semanas la denuncia de Perúpetro (Carta Notarial GGRL-SUPC-GFSA-0548-2012, del 4 de mayo del 2012), sobre incumplimientos al contrato de exportación, y que los embarques que han sido reportados y que figuran en la Web de Perúpetro, tienen en varios casos destinos falseados.
En segundo lugar, que la contratación de una consultora internacional denota que efectivamente Perúpetro tuvo indicios que se estaba violando el contrato, lo que fue comprobado, y que este diario cumplió con su deber al informar al país lo que está pasando. Hasta aquí todos de acuerdo.
El punto que el comunicado no esclarece es cómo se pasa de la posición inicial de cobranza de las regalías dejadas de pagar, planteada en la carta del 4 de mayo: “(Perúpetro) comunica su intención de dar por terminado el contrato al término del plazo de sesenta (60) días, contados a partir de la fecha de la presente notificación, salvo que dentro de este plazo el referido incumplimiento sea subsanado o que, a satisfacción de Perúpetro, se demuestre que está en vía de subsanación”, al retiro de LA PRIMERA carta y su reemplazo por otra (Carta Notarial GGRL-LEGL-0192-2012), que transforma el incumplimiento en “discrepancia”, y que remite el caso a la Conciliación.
Hasta donde se sabe no ha habido ninguna comunicación por escrito de los contratistas sobre este punto, salvo conversaciones con altos funcionarios de Perúpetro, lo que deja una sensación de debilidad en el trato con operadores privados.
Finalmente, la intención inicial de “dar por terminado el contrato”, ejerciendo las atribuciones otorgadas a Perúpetro, salvo que se subsane los incumplimientos, ahora ha sido reorientada hacia un eventual arbitraje internacional, si no se logra acuerdo en la conciliación, como parece casi obvio que ocurrirá. Transparencia también es explicar este cambio de posición.
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