¿Y la recuperación del lote 88?
Por Raul Wiener
A fines del mes de marzo se sabía que el gobierno anunciaría la recuperación del lote 88 para el mercado interno y los que, por la experiencia, nos hemos vuelto suspicaces con la manera como se cumplen finalmente las promesas electorales, nos preguntábamos sobre qué se entregaría a cambio. No conseguimos respuesta. Y todos presenciamos el momento patriótico en el que el presidente proclamó desde el Cusco el cumplimiento de su más importante ofrecimiento de campaña.
A algunos de la DBA les molestaron ciertamente las simetrías entre esta recuperación y la de los yacimientos de Talara hace 44 años, expresadas en la presencia de militares en el campamento de Camisea y en el tono reivindicativo del discurso central.
Pero la gran diferencia era que junto al presidente estaban muy bien ubicados los representantes del Consorcio Camisea y de Perú LNG, todos los cuales parecían felices con la recuperación de la parte del lote 88 (2.5 TCF) que se había colocado como garantía para los créditos y operaciones de exportación.
Desde hace mucho aprendí a desconfiar de las “recuperaciones” que dejan tan contentos a los que generaron el despojo. Pero el presidente Humala insiste en haber inventado una forma de hacerlo sin patear el tablero y con todo el mundo satisfecho.
Esa manera es una larga negociación para lograr que la otra parte reconozca la existencia del problema y manifieste su voluntad de hallar una solución.
Podríamos poner varios ejemplos, como el de hacer que Newmont asuma las responsabilidad por la suspensión del proyecto Conga en noviembre, o que la Confiep y las centrales ratifiquen el segundo tramo del aumento del salario mínimo.
Pero si se quiere una pieza acabada de este modelo se debe revisar obligatoriamente el DS 008-2012-EM, denominado de modificación del contrato de licencia del lote 88, cuya esencia está contenida en un solo considerando que da cuenta que luego de las gestiones realizadas con las empresas contratistas, se recibió una carta de fecha 16 de marzo de 2012, “por la cual las empresas integrantes del Contratista del lote 88 y la empresa Perú LNG hacen saber su decisión de sustituir el compromiso de reserva del lote 88 para la exportación… por un volumen igual procedente de otros lotes …”
Más abajo decreta que “Perupetro… deberá proceder a ejecutar las acciones necesarias para reflejar en el contrato de licencia del lote 88 la comunicación de fecha 16 de marzo del 2012…”
Y ahí está esa “recuperación”, que no es el levantamiento del embargo, o la entrega de las reservas alternativas, sino una mera carta de intención, que luego deberá reflejarse en nueva redacción del contrato.
Pero digámoslo claramente, la razón por la que PPK y otros le metieron mano al lote que estaba consignado para el uso nacional, fue que no había suficientes reservas probadas en otros lotes trabajados por los exportadores.
Hoy la situación sigue siendo básicamente la misma y nadie sabe cuándo habrá condiciones para liberar un poco más de la cuarta parte del lote 88, lo que limita los proyectos de desarrollo a partir del Gas Natural.
Puede que el presidente haya creído realmente que esto es un paso de recuperación. Pero estoy seguro que algunos ministros y viceministros habrán brindado en privado por la manera en que le sacaron la vuelta a la principal bandera de la Gran Transformación.
A fines del mes de marzo se sabía que el gobierno anunciaría la recuperación del lote 88 para el mercado interno y los que, por la experiencia, nos hemos vuelto suspicaces con la manera como se cumplen finalmente las promesas electorales, nos preguntábamos sobre qué se entregaría a cambio. No conseguimos respuesta. Y todos presenciamos el momento patriótico en el que el presidente proclamó desde el Cusco el cumplimiento de su más importante ofrecimiento de campaña.
A algunos de la DBA les molestaron ciertamente las simetrías entre esta recuperación y la de los yacimientos de Talara hace 44 años, expresadas en la presencia de militares en el campamento de Camisea y en el tono reivindicativo del discurso central.
Pero la gran diferencia era que junto al presidente estaban muy bien ubicados los representantes del Consorcio Camisea y de Perú LNG, todos los cuales parecían felices con la recuperación de la parte del lote 88 (2.5 TCF) que se había colocado como garantía para los créditos y operaciones de exportación.
Desde hace mucho aprendí a desconfiar de las “recuperaciones” que dejan tan contentos a los que generaron el despojo. Pero el presidente Humala insiste en haber inventado una forma de hacerlo sin patear el tablero y con todo el mundo satisfecho.
Esa manera es una larga negociación para lograr que la otra parte reconozca la existencia del problema y manifieste su voluntad de hallar una solución.
Podríamos poner varios ejemplos, como el de hacer que Newmont asuma las responsabilidad por la suspensión del proyecto Conga en noviembre, o que la Confiep y las centrales ratifiquen el segundo tramo del aumento del salario mínimo.
Pero si se quiere una pieza acabada de este modelo se debe revisar obligatoriamente el DS 008-2012-EM, denominado de modificación del contrato de licencia del lote 88, cuya esencia está contenida en un solo considerando que da cuenta que luego de las gestiones realizadas con las empresas contratistas, se recibió una carta de fecha 16 de marzo de 2012, “por la cual las empresas integrantes del Contratista del lote 88 y la empresa Perú LNG hacen saber su decisión de sustituir el compromiso de reserva del lote 88 para la exportación… por un volumen igual procedente de otros lotes …”
Más abajo decreta que “Perupetro… deberá proceder a ejecutar las acciones necesarias para reflejar en el contrato de licencia del lote 88 la comunicación de fecha 16 de marzo del 2012…”
Y ahí está esa “recuperación”, que no es el levantamiento del embargo, o la entrega de las reservas alternativas, sino una mera carta de intención, que luego deberá reflejarse en nueva redacción del contrato.
Pero digámoslo claramente, la razón por la que PPK y otros le metieron mano al lote que estaba consignado para el uso nacional, fue que no había suficientes reservas probadas en otros lotes trabajados por los exportadores.
Hoy la situación sigue siendo básicamente la misma y nadie sabe cuándo habrá condiciones para liberar un poco más de la cuarta parte del lote 88, lo que limita los proyectos de desarrollo a partir del Gas Natural.
Puede que el presidente haya creído realmente que esto es un paso de recuperación. Pero estoy seguro que algunos ministros y viceministros habrán brindado en privado por la manera en que le sacaron la vuelta a la principal bandera de la Gran Transformación.
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