Tipo de cambio, inflación y regalías
Por German Alarco Tosani
En 2009 el tipo de cambio promedio fue ligeramente superior a S/. 3.01 por dólar norteamericano, S/. 2.82 en 2010, S/. 2.75 en 2011 y en la cuarta semana de abril del 2012 se encuentra en S/. 2.65. Solo en el último año el tipo de cambio se ha reducido en -5.4%, afectando negativamente los ingresos de los exportadores, abaratando las importaciones y generando mayor competencia para los productos nacionales que tienen competencia externa. El problema de los menores ingresos de la exportación, sin tomar en cuenta la evolución de los precios internacionales de esos productos, es que los costos internos están creciendo a una tasa por encima del 4% anual. Esta situación no es relevante para los productos de exportación tradicional con amplio margen bruto, pero sí lo es para los productos de exportación no tradicional.
Nuevamente en marzo del 2012 la inflación al consumidor anualizada fue 4.2%, mientras que al por mayor 4.1%. Este resultado se produce en circunstancias en que los precios internacionales de las importaciones vienen creciendo menos. En febrero solo lo hicieron a tasas anualizadas del 2.2%. Estos resultados aunados a la caída del tipo de cambio de -5.4% no podrían explicar de manera alguna el crecimiento de los precios de los bienes transables del 3.6% y menos aún el de los no transables que aumentaron al 4.6% anual. Lo que hay atrás es un crecimiento importante de los márgenes de ganancia y de comercialización. Quizás también alguna contribución del incremento en los precios de los combustibles.
Todo lo anterior es parte del síndrome de la enfermedad holandesa, que erosiona el poder de compra de los exportadores no tradicionales y eleva los precios de los bienes no transables. A este fenómeno contribuyen las importantes entradas de divisas, especialmente por el saldo positivo de la balanza comercial y de la cuenta financiera de la balanza de pagos, aunque hay que reconocer que la cuenta de servicios y la renta de factores por remesas de las empresas extranjeras al exterior neutralizaron parte de estos efectos. Para este año y el 2013 el presidente del BCRP proyecta entradas de capital de corto plazo.
La enfermedad holandesa puede ser considerada como una externalidad negativa. La actividad exportadora en auge genera efectos negativos sobre los otros sectores económicos. Estas externalidades se pueden enfrentar más eficientemente a través de impuestos que promueven su internacionalización. Hay que elevar las regalías a las actividades mineras y los Hidrocarburos, garantizando una rentabilidad razonable al productor. Asimismo, es necesario explorar mecanismos más efectivos para la regulación de las entradas de capital de corto plazo. El MEF y el BCRP deben actuar.
En 2009 el tipo de cambio promedio fue ligeramente superior a S/. 3.01 por dólar norteamericano, S/. 2.82 en 2010, S/. 2.75 en 2011 y en la cuarta semana de abril del 2012 se encuentra en S/. 2.65. Solo en el último año el tipo de cambio se ha reducido en -5.4%, afectando negativamente los ingresos de los exportadores, abaratando las importaciones y generando mayor competencia para los productos nacionales que tienen competencia externa. El problema de los menores ingresos de la exportación, sin tomar en cuenta la evolución de los precios internacionales de esos productos, es que los costos internos están creciendo a una tasa por encima del 4% anual. Esta situación no es relevante para los productos de exportación tradicional con amplio margen bruto, pero sí lo es para los productos de exportación no tradicional.
Nuevamente en marzo del 2012 la inflación al consumidor anualizada fue 4.2%, mientras que al por mayor 4.1%. Este resultado se produce en circunstancias en que los precios internacionales de las importaciones vienen creciendo menos. En febrero solo lo hicieron a tasas anualizadas del 2.2%. Estos resultados aunados a la caída del tipo de cambio de -5.4% no podrían explicar de manera alguna el crecimiento de los precios de los bienes transables del 3.6% y menos aún el de los no transables que aumentaron al 4.6% anual. Lo que hay atrás es un crecimiento importante de los márgenes de ganancia y de comercialización. Quizás también alguna contribución del incremento en los precios de los combustibles.
Todo lo anterior es parte del síndrome de la enfermedad holandesa, que erosiona el poder de compra de los exportadores no tradicionales y eleva los precios de los bienes no transables. A este fenómeno contribuyen las importantes entradas de divisas, especialmente por el saldo positivo de la balanza comercial y de la cuenta financiera de la balanza de pagos, aunque hay que reconocer que la cuenta de servicios y la renta de factores por remesas de las empresas extranjeras al exterior neutralizaron parte de estos efectos. Para este año y el 2013 el presidente del BCRP proyecta entradas de capital de corto plazo.
La enfermedad holandesa puede ser considerada como una externalidad negativa. La actividad exportadora en auge genera efectos negativos sobre los otros sectores económicos. Estas externalidades se pueden enfrentar más eficientemente a través de impuestos que promueven su internacionalización. Hay que elevar las regalías a las actividades mineras y los Hidrocarburos, garantizando una rentabilidad razonable al productor. Asimismo, es necesario explorar mecanismos más efectivos para la regulación de las entradas de capital de corto plazo. El MEF y el BCRP deben actuar.
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