Desde adentro hacia los TLC
Por César Huamanchumo
Para ir a un mundial de fútbol es obligatorio salir airoso de las eliminatorias. Una vez clasificada, la selección competirá con los mejores del planeta por lo cual debe armar un equipo con sus más hábiles jugadores.
Algo similar ocurre con los TLC, donde los equipos negociadores se miden buscando los mayores beneficios para su país, en un proceso parecido a las eliminatorias. Y, al ponerse en ejecución un TLC, los exportadores usarán las facilidades comerciales para introducirse en el mercado de la contraparte ofertando bienes y servicios de alta calidad, a un precio atractivo. Igual que los chiquillos en el fútbol, los pequeños empresarios abrigarán la esperanza que, algún día, exportarán sus productos al mercado global.
Muchos economistas proponen aperturar la economía (Rodrik, 2001), incentivando la exportación. Perú lo viene logrando desde hace poco más de diez años. Pero la teoría del libre mercado suele tener defectos en su aplicación. Por ello, algunos sectores ganadores del libre comercio cooperan con los perdedores y los preparan a disfrutar las ventajas del “free trade”. Tal cooperación se efectúa en el ámbito del mercado, facilitando la inversión privada y el comercio, creadores de empleos y salarios, cruciales en reducir la pobreza.
Al respecto, se propone:
a. Aprovechar integralmente los TLC firmados por Perú, activando las cláusulas donde algunos países socios ofrecen cooperación técnica-económica, por ejemplo para capacitar a mypes y modernizar los parques industriales y parques tecnológicos.
b. Promover negocios inclusivos, que ocurren cuando una gran empresa (“ancla”) abre su cadena de valor para incluir a los pobres (base de la pirámide), sea como proveedores, trabajadores, vendedores, distribuidores o consumidores. Esta práctica recorre el mundo con marcado suceso, gracias a grandes corporaciones que hacen negocios de mutuo beneficio con pequeños productores. En Perú tal modalidad muestra resultados positivos.
c. Fortalecer la diversidad de proveedores incentivando a compañías poderosas que compren suministros a las mypes (asociadas, mejor), siempre y cuando cumplan los requisitos de calidad y otras exigencias comerciales. Estas redes empresariales son escuela de aprendizaje donde las mypes adquieren experiencia productiva y comercial,que les permitirá, luego, lanzarse solos al mercado mundial.
d. Fomentar las industrias creativas (incluyendo las industrias culturales), cuyos gestores nacionales están logrando éxitos resonantes como la “Teta Asustada”. Desde Claudia Llosa hasta Diego Flórez pasando por Marco Zunino, Mario Testino, y el Nobel Mario Vargas Llosa podrían vigorizar el posicionamiento universal de la creatividad peruana.
e. Dar resuelto apoyo a emprendedores de base tecnológica, incubando una nueva camada de empresarios, que cambien la estructura productiva del país y, por ende, la matriz exportable.
Estos cinco proyectos acatan la Agenda de Competitividad Nacional 2012-2013 que plantea en los tres primeros lugares: 1. Promoción de la ciencia, tecnología e innovación; 2. Desarrollo empresarial, calidad y Educación productiva y 3. Internacionalización. El mensaje es claro. Con innovación, tecnología y modernidad la empresa peruana debe lanzarse a conquistar el mercado global, donde casi 3,000 millones de potenciales compradores esperan la oferta peruana.
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