¿Por qué fracasan las naciones?
Por José Oscátegui Arteta
Este es el título de un libro muy importante que acaba de ser publicado. Sus autores son Daron Acemoglu, economista del MIT y probable futuro Premio Nobel, y James A Robinson, economista e historiador y Profesor de Harvard.
Muchos economistas, sociólogos, historiadores han tratado de explicar este problema. Lo nuevo que contiene este libro son dos cosas, LA PRIMERA, es la fusión, hecha por los autores, de la Economía, la Historia y la Política con la finalidad de analizar el problema. La segunda, es lo raro, novedoso y refrescante que resulta ver a economistas de primerísimo nivel usando herramientas de análisis que los economistas “técnicos” se niegan a usarlas.
¿Cuál es el rol del mercado?
Muy importante, pero no como la única institución que impone una lógica mercantil a la sociedad, sino como una de las instituciones que funciona con reglas establecidas.
¿Cuáles son los motores del crecimiento? Siendo una institución, no son los mercados los que crean instituciones inclusivas, sino “instituciones económicas inclusivas crean mercados inclusivos”. Estas instituciones “también preparan el camino para otros dos motores de la prosperidad: la tecnología y la Educación”. La innovación necesita que existan derechos de propiedad y respeto a los contratos, que haya un piso parejo para todos y se aliente la creación de nuevas actividades y empresas.
¿Y qué hay con respecto a la Educación?
“El bajo nivel educativo de los países pobres es causado por instituciones (léase, Estados y Gobiernos. J.O.), que fallan en crear incentivos para los padres para que eduquen a sus hijos y por instituciones políticas que fallan en inducir a los gobiernos a construir, financiar y sostener escuelas y los deseos de los padres y alumnos”. ¡¡Los autores no culpan a los sindicatos!!
¿Qué rol han jugado las élites y grupos de poder?
“El conflicto sobre los recursos escasos, el ingreso y el poder se traduce en conflicto sobre las reglas del juego, es decir, sobre las instituciones económicas, que son las que determinarán las actividades económicas y quienes se beneficiarán de ellas”. Los autores se preguntan, ¿por qué es pobre Egipto?, y responden, “porque ha sido gobernado por una élite estrecha que ha organizado la sociedad para su propio beneficio, a expensas de la vasta mayoría de la población….los países pobres son pobres por las mismas razones que Egipto lo es”.
¿El crecimiento elimina la pobreza?
Afirmar, como lo hacen algunos, que el crecimiento resuelve automáticamente la pobreza no ayuda a entender nada. Es como afirmar que para viajar por la Vía Láctea se necesita una nave espacial avanzadísima, cuando el problema es saber cómo se construye dicha nave. Lo que se necesita saber es cómo se crece sostenida y equilibradamente: “…mientras que las instituciones económicas son fundamentales para determinar si un país es pobre o próspero, es la política y las instituciones políticas las que determinan qué instituciones económicas son las que tiene un país.”
Este es el título de un libro muy importante que acaba de ser publicado. Sus autores son Daron Acemoglu, economista del MIT y probable futuro Premio Nobel, y James A Robinson, economista e historiador y Profesor de Harvard.
Muchos economistas, sociólogos, historiadores han tratado de explicar este problema. Lo nuevo que contiene este libro son dos cosas, LA PRIMERA, es la fusión, hecha por los autores, de la Economía, la Historia y la Política con la finalidad de analizar el problema. La segunda, es lo raro, novedoso y refrescante que resulta ver a economistas de primerísimo nivel usando herramientas de análisis que los economistas “técnicos” se niegan a usarlas.
¿Cuál es el rol del mercado?
Muy importante, pero no como la única institución que impone una lógica mercantil a la sociedad, sino como una de las instituciones que funciona con reglas establecidas.
¿Cuáles son los motores del crecimiento? Siendo una institución, no son los mercados los que crean instituciones inclusivas, sino “instituciones económicas inclusivas crean mercados inclusivos”. Estas instituciones “también preparan el camino para otros dos motores de la prosperidad: la tecnología y la Educación”. La innovación necesita que existan derechos de propiedad y respeto a los contratos, que haya un piso parejo para todos y se aliente la creación de nuevas actividades y empresas.
¿Y qué hay con respecto a la Educación?
“El bajo nivel educativo de los países pobres es causado por instituciones (léase, Estados y Gobiernos. J.O.), que fallan en crear incentivos para los padres para que eduquen a sus hijos y por instituciones políticas que fallan en inducir a los gobiernos a construir, financiar y sostener escuelas y los deseos de los padres y alumnos”. ¡¡Los autores no culpan a los sindicatos!!
¿Qué rol han jugado las élites y grupos de poder?
“El conflicto sobre los recursos escasos, el ingreso y el poder se traduce en conflicto sobre las reglas del juego, es decir, sobre las instituciones económicas, que son las que determinarán las actividades económicas y quienes se beneficiarán de ellas”. Los autores se preguntan, ¿por qué es pobre Egipto?, y responden, “porque ha sido gobernado por una élite estrecha que ha organizado la sociedad para su propio beneficio, a expensas de la vasta mayoría de la población….los países pobres son pobres por las mismas razones que Egipto lo es”.
¿El crecimiento elimina la pobreza?
Afirmar, como lo hacen algunos, que el crecimiento resuelve automáticamente la pobreza no ayuda a entender nada. Es como afirmar que para viajar por la Vía Láctea se necesita una nave espacial avanzadísima, cuando el problema es saber cómo se construye dicha nave. Lo que se necesita saber es cómo se crece sostenida y equilibradamente: “…mientras que las instituciones económicas son fundamentales para determinar si un país es pobre o próspero, es la política y las instituciones políticas las que determinan qué instituciones económicas son las que tiene un país.”
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