Plan Bicentenario resucitado

 Por German Alarco Tosoni.


El denominado Plan Bicentenario, Perú hacia el 2021 fue aprobado al cierre del gobierno anterior, en junio del 2011, y previamente había superado las observaciones del Foro del Acuerdo Nacional.
 Es cierto que procurar la estabilidad requiere la continuidad en determinadas políticas, pero llama la atención que en el gobierno actual y en algunos medios de difusión se pretenda rescatarlo totalmente, olvidándose que como todo documento, era perfectible y que existían circunstancias nacionales e internacionales que justificaban su actualización. Asimismo, se omite el hecho de que es perfectamente legítimo que el nuevo gobierno haya pretendido incorporar algunos de sus nuevos contenidos, procurando un adecuado balance entre las políticas de Estado y las políticas del gobierno.

El documento anterior tiene elementos rescatables, no es malo y por eso se decidió formalmente su actualización. Se trataba de incorporar nuevos elementos de la coyuntura internacional, las exigencias de algunas organizaciones gremiales que no se sintieron representadas en el documento anterior. Se incorporaban los elementos clave del nuevo gobierno: énfasis en la inclusión efectiva y reducción de las desigualdades (no la simple igualdad de oportunidades), mayor relevancia para la ciencia-tecnología e innovación e integración andina, amazónica y latinoamericana con inserción soberana al mundo (no sólo más TLCs). También se corregían sus problemas técnicos. El plazo para esta actualización concertada y participativa vencía a finales del mes de abril del 2012. Ahora el futuro de esta actividad es incierto.

La versión actualizada consideraba la visión de todas las regiones del país, relievando la contribución al conjunto y resaltando las especificidades. Se concebía, a diferencia del documento anterior, como un plan de mediano plazo, no de largo, donde las acciones estratégicas se implementan en el corto plazo para concretar un futuro diferente. Incluía nuevos capítulos sobre necesidades de inversión, el detalle de objetivos y acciones por sector administrativo. Se establecían diversos criterios de priorización para las acciones estratégicas. No todos los objetivos específicos del Plan pueden ser prioritarios. En lo económico, las prioridades aludían al desarrollo de encadenamientos productivos, clusters, asociatividad y desarrollo rural, entre otros elementos.

El retomar plenamente el Plan Bicentenario es regresar al pasado. Es reconocer como vigente toda la visión del gobierno anterior. La otra ruta, la de ampliar los plazos para actualizarlo -si son excesivos- tiene el riesgo de que la planeación nuevamente sea decorativa, llegue tarde, convirtiéndola en un registro ex post de políticas ya implementadas.

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