PETROPERÚ en la producción - Parte I
Es una decisión política del gobierno del Presidente de la República Ollanta Humala la modernización y fortalecimiento de PetroPerú, y constituye una responsabilidad histórica de la actual administración hacer posible este mandato de la mejor manera, pues en razón de una cuestionada privatización aplicada en la década de los noventa del siglo pasado, PetroPerú es una de las pocas empresas petroleras en el mundo que no produce ni un barril de crudo ni una molécula de gas.
La petrolera estatal adquiere a precios internacionales toda la producción que procesa a través de sus refinerías, con el agravante que los precios del crudo ligero de sus más importantes abastecedores que operan el lote X y del Z-2B está indexado al crudo Brent, marcador del petróleo del Medio Oriente que desde inicios del 2011 tiene un precio mayor en relación al WTI, marcador internacional para esta parte del hemisferio.
En conjunto en Talara casi 30 mil barriles diarios son producidos por empresas estatales de terceros países (Petrobras en el lote X, Ecopetrol y Corea del Sur en Z-2B, y Sapet de la China Comunista en el VI/VII) y no se requiere ser gurú para profetizar que una profundización de la crisis del Golfo Pérsico elevaría los precios del crudo, y éstos se disparen por encima de los 150 dólares el barril, con lo cual el crecimiento de la economía mundial y la del Perú en particular experimentaría un fuerte impacto negativo.
Desde el punto de vista técnico la forma más eficiente de operar en el negocio petrolero es la integración vertical de sus operaciones que van desde la exploración, explotación, refinación, transporte, distribución y comercialización mayorista y minorista.
Sirva de ejemplo, la petrolera estatal ENAP de Chile que administra eficientemente sus refinerías, opera como distribuidor mayorista en dicho país, explora y explota por medio de su filial Sipetrol en Ecuador, Colombia, Libia etc., y en el Perú controla una participación del 55% de la cadena de combustibles PRIMAX en sociedad con el Grupo Romero, constituyéndose en el principal distribuidor mayorista en nuestro mercado, más con su importadora de combustibles Manu Holding accede al subsidio del Fondo de Estabilización de Combustibles. Por ello mismo, es el principal comprador de combustibles de PetroPerú, en razón del principio pragmático de “negocios son negocios”
Con muletas, sin campos de producción ni grifos propios, ni buques, ni camiones cisternas Petroperú en la actualidad solamente opera en las actividades de refino con Talara, Conchán, Iquitos, El Milagro (Bagua); en el transporte solamente opera el Oleoducto Norperuano con una capacidad subutilizada, pues transporta un poco más de 30 mil barriles del crudo proveniente de los lotes de la selva nororiental 1-AB y 8 operados ambos por la empresa argentina Pluspetrol Norte.
En el transporte marítimo PetroPerú en las actividades de carga, y descarga de crudo y derivados la petrolera estatal no cuenta con ningún buque propio, y tiene que contratar servicios de terceros a precios alzados, con contratos cuestionados con empresas privadas. De allí, la necesidad de reconstruir la unidad de transporte marítimo de lo que fue alguna vez Transoceánica, empresa que fue privatizada a favor de capitales chilenos. Por ello, PetroPerú con buques propios de carga de crudo y en asociación estratégica con el SIMA para la construcción de tanqueros que reactivarían la economía interna, se tendría además una reserva naval frente a un posible conflicto con nuestro vecino del sur.
Por último, PetroPerú como empresa de distribución mayorista abastece a una serie de empresas de distribución de combustibles a través de sus terminales propios y concesionados, aprovechando al máximo las ventajas de la Refinería de Conchán, la principal productora de asfaltos del país que le permite el almacenamiento y la realización de la producción de la Refinería de Talara para abastecer los requerimientos del principal mercado que es Lima.
Esto significa que PetroPerú a diferencia de su competencia Repsol/YPF, no tiene estaciones de servicios (grifos) propios, contando con una cadena de estaciones de servicios más conocidos como “grifos de bandera” que comercializan los combustibles de PetroPerú gozando de una serie de descuentos para poder ganar posicionamiento en el mercado de combustibles. Es más, al no tener grifos propios tiene relaciones comerciales con grandes distribuidoras de combustibles como la cadena Primax, Pecsa, Petroamérica y otras.
En conclusión, PetroPerú reducida a su mínima expresión poco es lo que puede hacer para incrementar su rentabilidad, pues no controla la renta petrolera; adquiere el petróleo crudo abonando precios internacionales y obtiene su márgenes de refino y distribución con utilidades franciscanas. Sin embargo, su participación en el mercado de combustibles promedia el 48% y es la empresa que tiene el liderazgo en la economía en cuanto a los ingresos por ventas con más de 13,400 millones de nuevos soles en el 2011, pero con una tasa de rentabilidad neta menor al 4%, sus acciones listadas en Bolsa no resultarían atractivas para los inversionistas bursátiles.
En el año 2011 con resultados preliminares las utilidades netas superan los 412 millones de nuevos soles aproximadamente 150 millones de dólares, superando los 299 millones de nuevos soles obtenidas en el 2010 y las utilidades netas del 2009 que sumaron los 268 millones. En verdad, sus excedentes resultan mayores si se suman las obligaciones pensionarias por más de 100 millones de nuevos soles anuales, cuestión que ninguna empresa petrolera en el mundo asume, más las llamadas “partidas inusuales” que le recargan por ser empresa estatal, como los costos de remediación ambiental de los lotes que fueron privatizados en el pasado.
Es decir, con estas utilidades netas PetroPerú no está en capacidad de financiar la serie de proyectos de envergadura, propios y encargados por el gobierno, de allí la importancia de aplicar con creatividad la ingeniería financiera, apostar por los pequeños negocios rentables y el aprovechamiento de los mercados en crisis, para conseguir las mejores condiciones en créditos con el respaldo de la producción y la renta petrolera de los lotes cuyos contratos están por terminar.
Esto exige y supone superar las anteojeras de la ideología neoliberal y privatizadora aplicada en el sector en el hidrocarburos, que justificó el descuartizamiento de PetroPerú en 1995 cuando la producción de crudo era de 125 mil barriles diarios y en el presente no superan los 75 mil barriles.
El interés nacional y público apuesta por el retorno de PetroPerú a las actividades de explotación de crudo asociado con el sector privado, maximizando los compromisos de inversión para incrementar la producción interna de petróleo y gas natural que debiera ser una política de Estado para superar nuestra dependencia energética y masificar el gas natural. Si no fuera por el efecto Camisea, el fracaso de la privatización en el sector petrolero sería más evidente, por ello resulta curioso por decir lo menos la presencia de rentables empresas estatales de terceros países que operan en nuestro país.
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