La montaña rusa de la BVL
Por Humberto Campodonico
A fines de febrero de este año, el mercado de valores llegó a US$ 164,735 millones. Esta cifra se obtiene sumando el mercado de renta variable, que se transa en la Bolsa de Valores de Lima (US$ 148,872 millones) y los instrumentos de deuda (US$ 15,862 millones), sobre todo bonos.
Para tratar de entender los recientes movimientos de sube y baja de los índices de la BVL solo deben considerarse los US$ 148,872 millones de renta variable. A esta cifra se llega multiplicando el número de acciones de las empresas por su precio diario.
La cuestión es que el 100% de las acciones no se transa en la BVL, porque muchos accionistas prefieren guardar “en cartera” una proporción importante. A eso se le denomina “valor desmaterializado” (en febrero éste fue de 50.8%). Grosso modo, esto quiere decir que solo el 50% de los US$ 148,872 millones se transan (el resto está “en cartera”).
Quien se encarga de inscribir estos valores es la Caja de Valores de Lima (CAVALI). En sus estadísticas a febrero dicen que su valorización total de las acciones desmaterializadas (y excluyendo los instrumentos de deuda) alcanzó la suma de US$ 68,967 millones.
¿Quiénes son los propietarios de estas acciones? Dice CAVALI (www.cavali.com.pe): los residentes poseen US$ 40,144 millones, mientras que los extranjeros (no residentes) tienen US$ 28,823 millones.
¿Quiénes son los extranjeros? Inversionistas institucionales, tales como fondos mutuos, fondos de pensiones y, también, fondos especulativos (hedge funds). También personas naturales, aunque en menor proporción.
¿Quiénes son los residentes? Las estadísticas oficiales dicen que hay cerca de 300,000 partícipes (inversionistas). Pero, ojo, los especialistas advierten que “a pesar de la participación mayoritaria de personas naturales en el sistema –como número de inversionistas–, las personas jurídicas concentran una mayor proporción del patrimonio administrado en muchos de los fondos mutuos existentes”. Entendido.
Regresando al punto: es posible tener una aproximación más o menos certera del stock invertido por las AFP (unos US$ 8,000 millones) y los Fondos Mutuos (más o menos US$ 500 millones), a partir de data es proporcionada por ellos mismos. Más difícil es saber cuánto tienen los bancos, las financieras y las empresas de seguros, aunque analistas consultados dicen que es parecido al de las AFP: US$ 8,000 millones. Luego vendrían las personas naturales (por fuera de los fondos mutuos). Hemos dejado para el final a los socios que guardan en su poder acciones de sus empresas, cantidad que, dicen los analistas, es la más importante.
Ahora bien, ese es el stock, el patrimonio. La pregunta es, ¿qué sucede con el flujo, o sea, con el movimiento diario? Lo primero: el movimiento diario no es grande (S/. 30 a 40 millones en promedio), lo que quiere decir que relativamente poco dinero puede mover fuerte las acciones. De otro lado, hay que tener en cuenta que aquí también juega el EPU, que cotiza en la Bolsa de Nueva York y que intenta replicar el desempeño de la BVL. Si bien su monto es pequeño (US$ 250 millones), refleja las perspectivas de los inversionistas extranjeros respecto a la BVL. Dicho de otro modo, si allá, por ejemplo, comienzan a vender, aquí el mercado seguro se moverá en la misma dirección.
Dicho esto, y para terminar, quienes en verdad mueven el mercado son los inversionistas institucionales, de acuerdo con sus propios intereses. Pueden crear pánico si lo desean, poniendo a la venta acciones (sin que eso signifique enormes cantidades de dinero) que, luego de su caída, recompran (“recogen”) haciendo su agosto. Y viceversa cuando compran. Miren nomás lo que pasó el lunes.
A fines de febrero de este año, el mercado de valores llegó a US$ 164,735 millones. Esta cifra se obtiene sumando el mercado de renta variable, que se transa en la Bolsa de Valores de Lima (US$ 148,872 millones) y los instrumentos de deuda (US$ 15,862 millones), sobre todo bonos.
Para tratar de entender los recientes movimientos de sube y baja de los índices de la BVL solo deben considerarse los US$ 148,872 millones de renta variable. A esta cifra se llega multiplicando el número de acciones de las empresas por su precio diario.
La cuestión es que el 100% de las acciones no se transa en la BVL, porque muchos accionistas prefieren guardar “en cartera” una proporción importante. A eso se le denomina “valor desmaterializado” (en febrero éste fue de 50.8%). Grosso modo, esto quiere decir que solo el 50% de los US$ 148,872 millones se transan (el resto está “en cartera”).
Quien se encarga de inscribir estos valores es la Caja de Valores de Lima (CAVALI). En sus estadísticas a febrero dicen que su valorización total de las acciones desmaterializadas (y excluyendo los instrumentos de deuda) alcanzó la suma de US$ 68,967 millones.
¿Quiénes son los propietarios de estas acciones? Dice CAVALI (www.cavali.com.pe): los residentes poseen US$ 40,144 millones, mientras que los extranjeros (no residentes) tienen US$ 28,823 millones.
¿Quiénes son los extranjeros? Inversionistas institucionales, tales como fondos mutuos, fondos de pensiones y, también, fondos especulativos (hedge funds). También personas naturales, aunque en menor proporción.
¿Quiénes son los residentes? Las estadísticas oficiales dicen que hay cerca de 300,000 partícipes (inversionistas). Pero, ojo, los especialistas advierten que “a pesar de la participación mayoritaria de personas naturales en el sistema –como número de inversionistas–, las personas jurídicas concentran una mayor proporción del patrimonio administrado en muchos de los fondos mutuos existentes”. Entendido.
Regresando al punto: es posible tener una aproximación más o menos certera del stock invertido por las AFP (unos US$ 8,000 millones) y los Fondos Mutuos (más o menos US$ 500 millones), a partir de data es proporcionada por ellos mismos. Más difícil es saber cuánto tienen los bancos, las financieras y las empresas de seguros, aunque analistas consultados dicen que es parecido al de las AFP: US$ 8,000 millones. Luego vendrían las personas naturales (por fuera de los fondos mutuos). Hemos dejado para el final a los socios que guardan en su poder acciones de sus empresas, cantidad que, dicen los analistas, es la más importante.
Ahora bien, ese es el stock, el patrimonio. La pregunta es, ¿qué sucede con el flujo, o sea, con el movimiento diario? Lo primero: el movimiento diario no es grande (S/. 30 a 40 millones en promedio), lo que quiere decir que relativamente poco dinero puede mover fuerte las acciones. De otro lado, hay que tener en cuenta que aquí también juega el EPU, que cotiza en la Bolsa de Nueva York y que intenta replicar el desempeño de la BVL. Si bien su monto es pequeño (US$ 250 millones), refleja las perspectivas de los inversionistas extranjeros respecto a la BVL. Dicho de otro modo, si allá, por ejemplo, comienzan a vender, aquí el mercado seguro se moverá en la misma dirección.
Dicho esto, y para terminar, quienes en verdad mueven el mercado son los inversionistas institucionales, de acuerdo con sus propios intereses. Pueden crear pánico si lo desean, poniendo a la venta acciones (sin que eso signifique enormes cantidades de dinero) que, luego de su caída, recompran (“recogen”) haciendo su agosto. Y viceversa cuando compran. Miren nomás lo que pasó el lunes.
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