La conspiración de la Fortuna

Por Felix Jimenez



Hay una herencia colonial que aún pesa en la cosmovisión de muchos políticos. El gusto por lo meteco, el desprecio íntimo a lo popular, la arrogancia y la endogamia cultural, el temor a lo diverso, y la práctica cortesana frente al poder del capital transnacional, son las características de los grupos políticos que defienden el modelo económico neoliberal. Ninguno de sus representantes connotados --Keiko Fujimori, PPK, Luis Castañeda y Alejandro Toledo—se compromete a cambiarlo y menos a revisar el régimen tributario minero para tener un sistema más equitativo.

El poder económico contra el bienestar social
Se dice que impedir la exportación del gas, abaratar su precio en el mercado doméstico, aplicar un impuesto a la sobreganancias mineras y generalizar el pago de regalías, son medidas que atentan contra la inversión extranjera. El hecho es que el gas se vende más caro aquí que en el extranjero y que la actividad minera tiene una serie de beneficios tributarios como la devolución anticipada del IGV e ISC y los contratos de estabilidad tributaria que le permite aplicar beneficios ya derogados.  Si tomamos en cuenta el monto que se dejó de recaudar por estos beneficios en los últimos años, la tasa implícita del impuesto a la renta se ubicaría por debajo del 30%. De otro lado, si aplicáramos el precio promedio de los años 1990-2003 para calcular el valor de las exportaciones mineras de los años 2004-2010, las sobreganancias generadas por el aumento espectacular de sus precios asciende a 52.3% del total exportado en dicho período. 

Sólo los que confunden su lealtad a un negocio con la lealtad al país, pueden sostener que la propuesta de abaratar el precio del gas o de aplicar un impuesto a las sobreganancias mineras, es la receta perfecta para que no venga más inversión extranjera.   

El inicio de la guerra sucia
El repunte en las encuestas de Ollanta Humala está generando una contracampaña que sin duda se intensificará en los próximos días. Como globo de ensayo han circulado la fábula de la influencia de la coyuntura electoral en la leve alza del precio del dólar, que efectivamente se aparta de la tendencia apreciatoria de las otras monedas de la región. Ni Humala ni su plan de gobierno son responsables de lo que ocurre y ocurrirá en el mercado cambiario. Los responsables son los mismos especuladores que, junto con PPK el año 2006, intentaron crear un pánico para impedir el repunte de Humala.

Tampoco se puede decir que el impuesto a las sobreganancias es la causa de la supuesta incertidumbre. Los inversionistas extranjeros saben que este impuesto lo tuvo Estados Unidos, lo tiene Canadá y Australia, y ha sido adoptado recientemente por Chile.

La motivación es política. Hay una connivencia reverencial de la derecha económica con los especuladores nativos para impedir la Gran Transformación del país. Esperemos que el BCRP haga su trabajo.

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