Liberemos las reservas del Lote 88
Uno de los principales problemas que originan la actual crisis es que se va a exportar el gas del Lote 88, que es el gas más barato porque proviene de los “regalos de Dios” que nos dejó la Shell, lo que hace que su precio sea regulado.
El gobierno responde diciendo que ha obtenido un compromiso con el consorcio Camisea para que el gas del Lote 88 no se exporte por 5 años (hasta el 2014), lo que “soluciona” el problema. Agrega que en el Perú “hay más de 20 o 30 billones de pies cúbicos (bpc; TCF, en inglés) de reservas de gas”, dando a entender que el abastecimiento de gas para el mercado interno está asegurado en el largo plazo.
Vamos por partes y cucharadas. Las reservas probadas totales del Lote 88 y del Lote 56 ascienden a 8.795 bpc. En el contrato del 2000, los 6.851 bpc del Lote 88 estaban destinados exclusivamente al mercado interno.
Pero cuando vino la exportación a México (en el 2005), se comprometieron 4.09 bpc en los próximos 18 años, distribuidos así: el íntegro de las reservas del Lote 56 y 2.142 bpc del Lote 88. Por tanto, del 100% de las reservas, el 46.5% va para la exportación y el 53.5% “sobra” para el mercado interno. Increíble, pero cierto.
¿Cómo consiguió el consorcio exportador Perú LNG (Hunt Oil y Repsol) que el Lote 88 destinara 2.142 bpc para la exportación? Mediante la renegociación ilegal del contrato a principios del 2006, que García denunciara como delito el 28 de julio del 2009.
Aquí viene el problema: el consorcio Camisea que opera el Lote 88 solo puede firmar contratos para abastecer el mercado interno por las reservas probadas. Y sucede, también, que ya hay contratos firmados por el íntegro de los 4.709 bpc que “nos han dejado” para el mercado interno.
Sucede, también, que los 2.142 bpc del Lote 88 que van para la exportación están inmovilizados, encadenados, porque son la garantía del contrato de exportación, si bien no se van a utilizar para ello hasta dentro de varios años. Por ello, el “compromiso” para que no se exporten “por 5 años” no es más que un “saludo a la bandera”.
La cuestión es que si esos 2.142 bpc del Lote 88 fueran “liberados”, entonces el consorcio Camisea podría firmar de inmediato nuevos contratos para el mercado interno. Pero no. Lo que está haciendo ahora el Ministerio de Energía es negociar con Repsol los dos (2) bpc de reservas de gas de otro lote, el 57 (que es más caro), para que abastezca el mercado interno. De Ripley, el “regalo de Dios” del Lote 88 está encadenado porque va para México y se tiene que negociar (casi, casi, implorar) para nuestro mercado interno, el gas del Lote 57.
¿Por qué el gobierno no le dice a Repsol que exporte el gas del Lote 57 –tal como Repsol se comprometió en una carta al Ministerio de febrero del 2008– para que de inmediato se “liberen” los 2 bpc del Lote 88 para el mercado interno? ¿Por qué el “regalo de Dios” está encadenado para la exportación? Los lectores saben la respuesta: porque para este gobierno primero vienen los intereses del consorcio exportador.
Finalmente, si bien en la zona de Camisea puede haber mucho más gas, el tema central es que ese gas, de un lado, no se puede utilizar hoy (porque no hay la infraestructura), mientras que esta sí existe para el Lote 88. Y, de otro, que ese gas es mucho más caro que el del Lote 88.
Por eso, buena parte de los problemas de la crisis del gas se pueden solucionar de inmediato si se rompen las cadenas que inmovilizan los 2.142 bpc del Lote 88. Pero eso no lo quiere hacer el gobierno
AUTOR : HUMBERTO CAMPODONICO
FUENTE : CRISTAL DE MIRA
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