¿MILAGRO PERUANO?
Periodistas de Argentina y Chile me llamaron la semana pasada para preguntarme si podríamos hablar del milagro peruano. Parece que en la reunión de ALCUE el caso peruano fue visto como ejemplo a seguir e incluso se habló, supongo que en broma, que los griegos podrían tomar el ejemplo peruano para resolver su profunda crisis. En todo caso, la evolución económica del Perú despierta curiosidad internacional.
La verdad es que 8 años de crecimiento continuo con baja inflación es un fenómeno inédito en la historia económica del Perú. Aún más, las probabilidades que se siga creciendo en los próximos años son altas. Además, otros indicadores de inversión, de clasificación de riesgo y la continua mención del caso peruano por el FMI o el Banco Mundial, generan en el exterior la imagen de un país en carrera a otras ligas. Pero, ¿podemos hablar de un milagro, a la alemana o a la japonesa?
Tanto el milagro alemán como el japonés tuvieron tres características: 1. Tuvieron un rápido crecimiento económico, partiendo de una situación de devastación económica. 2. El crecimiento fue muy equitativo y repartió sus frutos a toda la población, con distintas formas de intervención del Estado, pero con un rol fundamental del sector privado. 3. El crecimiento generó una actividad tecnológica y científica que les sirvió para renovar sus fuentes de crecimiento.
El Perú ha logrado lo primero, pero no lo segundo y en el tercer aspecto estamos en nada. El sólo crecimiento sostenido es un logro, pero la duda es si este crecimiento es capaz de mejorar la equidad de manera endógena. Hasta el momento no lo parece, pues el modelo de crecimiento primario exportador y de servicios (PESER) no reparte automáticamente sus frutos porque no genera todavía “empleo decente” de manera masiva. Esto obliga a que el redistribuidor sea el Estado, pero éste es relativamente chico e ineficiente. Aquí, hay dos soluciones o se perfecciona el modelo o se reforma el Estado. La discusión está abierta.
En lo que si estamos muy atrasados es en la innovación tecnológica y la investigación científica aplicada. Aquí ni el Estado ni el sector privado han interiorizado la importancia de promover una política de Ciencia y Tecnología, por ejemplo dándole recursos para la investigación a la buenas Universidades.
En resumen, cuando la pobreza se haya reducido a menos del 10%, la desigualdad social y territorial tenga Gini’s de menos del 0.4, cuando la tasa de asalariamiento sea superior al 65% (entonces los peruanos no querrán irse del Perú), cuando el gasto/inversión en Ciencia y Tecnología sea 2% del PBI, entonces si podríamos estar frente al MILAGRO PERUANO.
AUTOR : Efraín Gonzales de Olarte ; ECONOMISTA
FUENTE : BLOG DEL AUTOR
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