Entre la recesión y la inflación
Entre planes de austeridad en Europa, cumbres mundiales de éxito limitado y rebajas en la calificación de riesgo de algunos estados europeos, los mercados financieros y cambiarios vienen mostrando nerviosismo.
Y aunque la economía global muestre ciertas señales de recuperación[i], las malas noticias de Grecia y otros países de Europa no ayudaron, y a pesar de los inmensos fondos de rescate, el nerviosismo de los mercados no ha podido ser calmado[ii]. En el corto plazo, las medidas para abordar la crisis griega fueron eficaces en evitar el contagio hacia otros países, pero todavía no se perfeccionan los ajustes estructurales de más largo plazo, y el mercado lo intuye. La crisis financiera se ha transformado, en última instancia, en una crisis de confianza. Y mientras esta no se recupere, el nerviosismo bursátil y la volatilidad cambiaria seguirán. Se anticipa, por ejemplo, que las monedas de América Latina seguirán atadas a los temores globales, lo que obligará a sus bancos centrales a continuar participando activamente en sus mercados cambiarios para contrarrestar su volatilidad.
En la última cumbre económica, de Toronto, Canadá, se enfrentaron dos posturas opuestas con respecto a la salida de la crisis: la primera, de corte más keynesiano es patrocinada por los EE.UU. y apoya continuar con las políticas de estímulo fiscal y monetario; y la segunda, de corte más ortodoxo es liderada por los europeos[iii], los que están más bien iniciando la aplicación de medidas de austeridad fiscal, y abogan por una limitación de sus déficits fiscales y deudas públicas, con la idea de emprender una recuperación económica más sostenible con la casa ya en orden. Sn embargo, los oponentes los critican de poner en peligro la recuperación mundial.
En los EE.UU. le tienen más temor a una segunda recesión, a pesar de la inmensa liquidez que se ha inyectado con los paquetes de rescate que, hasta ahora, no se manifiesta en mayores créditos bancarios. Pero es que el desempleo y la capacidad ociosa de planta siguen altos y con pocas señales de disminuir, y mientras estos dos indicadores no reviertan a la baja, se percibe que el riesgo de un rebrote inflacionario es todavía lejano[iv]. Además, desde el punto de vista de la disponibilidad de políticas económicas, la valija de herramientas aprovechables sería más amplia en caso de una inflación que de una recesión[v]. Y es por eso que en los EE.UU. prefieren prevenir una posible segunda recaída, ante la cual se sienten más vulnerables, que vacunarse contra una posible inflación, a pesar de que tanto el déficit fiscal como la deuda pública estén a niveles europeos[vi].
Pero, al final de cuentas, ¿quién tendrá la razón, los recesivos o los expansivos?
[i] Muchos países emergentes han comenzado a retirar los estímulos fiscales y monetarios ante las evidencias de recuperación. En las últimas semanas, los bancos centrales de India, Brasil, Corea, Tailandia, Malasia y Perú han aumentados sus tasas de interés, en una tendencia más contractiva de sus políticas monetarias.
[ii] Las bolsas mundiales, medidas por el MSCI World Index de 24 países desarrollados, sufrieron pérdidas de 9.5% en la primera mitad del 2010; mientras que las inversiones en bonos, medidas por el Bank of America Merrill Lynch Global Broad Market Index tuvieron ganancias de 4.2% en el mismo período, una diferencia de más de 13 puntos porcentuales, el margen más amplio desde el 2001.
[iii] Aunque contradictoriamente, Alemania es considerada por muchos como el mayor éxito keynesiano de recuperación económica de la última crisis recesiva (tema a tratarse en próxima nota).
[iv] La inflación norteamericana actual, excluyendo alimentos y energía, se encuentra cerca del 1% anual, por debajo de la meta de la FED de 1.5% a 2% (El Comercio, Lima, Perú, The Wall Street Journal of the Americas, 14-07-2010).
[v] Sobre todo en cuanto a políticas monetarias, en las actuales circunstancias de tasas de interés cercanas a cero.
[vi] A los EE.UU., por ser el país emisor de la principal moneda de reserva internacional, les depara el privilegio de poder seguir endeudándose, casi sin límites, gracias a China y otros países superavitarios que siguen invirtiendo en Bonos del Tesoro norteamericanos.
AUTOR : Luis Gamero Russo, economista
FUENTE : ACTUALIDAD ECONOMICA DEL PERU
Y aunque la economía global muestre ciertas señales de recuperación[i], las malas noticias de Grecia y otros países de Europa no ayudaron, y a pesar de los inmensos fondos de rescate, el nerviosismo de los mercados no ha podido ser calmado[ii]. En el corto plazo, las medidas para abordar la crisis griega fueron eficaces en evitar el contagio hacia otros países, pero todavía no se perfeccionan los ajustes estructurales de más largo plazo, y el mercado lo intuye. La crisis financiera se ha transformado, en última instancia, en una crisis de confianza. Y mientras esta no se recupere, el nerviosismo bursátil y la volatilidad cambiaria seguirán. Se anticipa, por ejemplo, que las monedas de América Latina seguirán atadas a los temores globales, lo que obligará a sus bancos centrales a continuar participando activamente en sus mercados cambiarios para contrarrestar su volatilidad.
En la última cumbre económica, de Toronto, Canadá, se enfrentaron dos posturas opuestas con respecto a la salida de la crisis: la primera, de corte más keynesiano es patrocinada por los EE.UU. y apoya continuar con las políticas de estímulo fiscal y monetario; y la segunda, de corte más ortodoxo es liderada por los europeos[iii], los que están más bien iniciando la aplicación de medidas de austeridad fiscal, y abogan por una limitación de sus déficits fiscales y deudas públicas, con la idea de emprender una recuperación económica más sostenible con la casa ya en orden. Sn embargo, los oponentes los critican de poner en peligro la recuperación mundial.
En los EE.UU. le tienen más temor a una segunda recesión, a pesar de la inmensa liquidez que se ha inyectado con los paquetes de rescate que, hasta ahora, no se manifiesta en mayores créditos bancarios. Pero es que el desempleo y la capacidad ociosa de planta siguen altos y con pocas señales de disminuir, y mientras estos dos indicadores no reviertan a la baja, se percibe que el riesgo de un rebrote inflacionario es todavía lejano[iv]. Además, desde el punto de vista de la disponibilidad de políticas económicas, la valija de herramientas aprovechables sería más amplia en caso de una inflación que de una recesión[v]. Y es por eso que en los EE.UU. prefieren prevenir una posible segunda recaída, ante la cual se sienten más vulnerables, que vacunarse contra una posible inflación, a pesar de que tanto el déficit fiscal como la deuda pública estén a niveles europeos[vi].
Pero, al final de cuentas, ¿quién tendrá la razón, los recesivos o los expansivos?
[i] Muchos países emergentes han comenzado a retirar los estímulos fiscales y monetarios ante las evidencias de recuperación. En las últimas semanas, los bancos centrales de India, Brasil, Corea, Tailandia, Malasia y Perú han aumentados sus tasas de interés, en una tendencia más contractiva de sus políticas monetarias.
[ii] Las bolsas mundiales, medidas por el MSCI World Index de 24 países desarrollados, sufrieron pérdidas de 9.5% en la primera mitad del 2010; mientras que las inversiones en bonos, medidas por el Bank of America Merrill Lynch Global Broad Market Index tuvieron ganancias de 4.2% en el mismo período, una diferencia de más de 13 puntos porcentuales, el margen más amplio desde el 2001.
[iii] Aunque contradictoriamente, Alemania es considerada por muchos como el mayor éxito keynesiano de recuperación económica de la última crisis recesiva (tema a tratarse en próxima nota).
[iv] La inflación norteamericana actual, excluyendo alimentos y energía, se encuentra cerca del 1% anual, por debajo de la meta de la FED de 1.5% a 2% (El Comercio, Lima, Perú, The Wall Street Journal of the Americas, 14-07-2010).
[v] Sobre todo en cuanto a políticas monetarias, en las actuales circunstancias de tasas de interés cercanas a cero.
[vi] A los EE.UU., por ser el país emisor de la principal moneda de reserva internacional, les depara el privilegio de poder seguir endeudándose, casi sin límites, gracias a China y otros países superavitarios que siguen invirtiendo en Bonos del Tesoro norteamericanos.
AUTOR : Luis Gamero Russo, economista
FUENTE : ACTUALIDAD ECONOMICA DEL PERU
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