El carácter excluyente del modelo neoliberal
Hace uno días, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) publicó el último Informe sobre Desarrollo Humano para el Perú.
Dentro de las conclusiones de este informe se reconoce los avances obtenidos por el país en un conjunto de indicadores relacionados al desarrollo humano. Sin embargo, también se llama fuertemente la atención con respecto a la persistencia de fuertes disparidades al interior del Perú, que al parecer la lógica del actual modelo económico no ha podido resolver. A continuación, pasamos a desarrollar un breve análisis de estas conclusiones en base al tópico de igualdad de oportunidades.
Lo primero que hay que tener en consideración es que el tema de igualdad de oportunidades tiene un extenso número de aproximaciones. El presente artículo se circunscribe al enfoque que plantea el economista Paul Romer (1998). De acuerdo a este autor, el bienestar de un individuo depende tanto de factores que están fuera de su control (circunstancias) como de factores que están bajo su control (esfuerzos).
Para el caso peruano, el tema ha sido abordado por un estudio de Maldonado y Ríos (2006). Estos autores encuentran evidencia empírica que les permite caracterizar a las últimas décadas de la historia económica del país como un proceso de movilidad social frustrado. De acuerdo al estudio, esto significa que en el Perú se ha venido incrementado la injerencia de las “circunstancias”1 sobre el nivel del ingreso laboral que percibe un individuo.
Los resultados obtenidos por Maldonado y Ríos van en línea con los de un estudio de Martin Benavides (2002). Este estudio concluye que en los últimos años no se han producido cambios sustanciales en las relaciones económicas y sociales entre los individuos. Lo cual ha generado que la actual estructura de clases2 mantenga perenne un carácter clasista entre los sectores altos y bajos de la sociedad. Una segunda conclusión del estudio de Benavides es la presencia de procesos importantes de movilidad social horizontal o ascendente de corto alcance entre los sectores intermedios y bajos de la sociedad peruana. Sin embargo, estos movimientos no afectan a las diferencias estructurales entre las clases altas y bajas.
Al respecto, basta con revisar el cálculo de índices del ingreso laboral para distintos individuos realizado por el profesor Félix Jiménez. De acuerdo a dicho ejercicio, los ejecutivos de la minería ganan entre 23 veces más y los ejecutivos del sector financiero 17 veces más que un obrero. Mientras que el salario de obreros y sueldos de empleados públicos tienen niveles muy próximos entre ellos (ver gráfico).
Gráfico: Sueldos promedio de ejecutivos 2007
(Salario de obreros =100)
Fuente: Profesor Félix Jiménez.
Elaboración: Otra Mirada.
Para finalizar, de acuerdo a los estudios revisados queda claro que el actual modelo económico tiene un carácter excluyente. Esto debido a que no promueve una estructura socio-económica en aras de la igualdad de oportunidades entre los sectores extremos de nuestra sociedad, sino más bien que reproduce estas diferencias.
Por lo tanto, ¿De qué cambios estructurales hablan los defensores del actual modelo? La presencia de movilidad social entre los sectores bajos e intermedios no ha remecido la lógica excluyente de las relaciones sociales subyacentes en el país. En ese sentido, urgen alternativas a la lógica de los programas sociales. Alternativas que busquen repensar el carácter distributivo y productivo en nuestra sociedad. Alternativas cuyo objetivo central sea la promoción de una verdadera igualdad de oportunidades en el país y de esta forma romper con el círculo vicioso de lo que el profesor Andre Gunder Frank denominaba “el desarrollo del subdesarrollo económico”.
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