Los non sequiturs de Ricardo Lago
Acabo de recibir la réplica del economista español Ricardo Lago a mi artículo Acerca del debate sobre el modelo neoliberal que rápidamente comento.
1) Lago dice que este artículo es la réplica a sus comentarios sobre el artículo de Waldo Mendoza publicado en El Comercio. Esta afirmación no es correcta. Mi artículo es una crítica a la peculiar lectura que él hace de otro artículo mío donde analizo la defensa del neoliberalismo de Waldo Mendoza. Yo no reacciono ante sus comentarios al artículo de Waldo Mendoza sino ante su singular lectura de mi artículo sobre los argumentos de Waldo Mendoza.
2) Lago se pregunta de dónde saco que él defiende el modelo primario exportador, que para mi es extractivista, desindustrilizador, que no genera empleo sostenible y que afecta al medio ambiente. El buen lector notará en mi artículo en cuestión, que no digo que él defiende sus secuelas, sus «aberraciones». Pero insisto que él defiende ese modelo. Que él no crea que esas son sus consecuencias, es otra cosa. Ahora bien, ¿por qué digo que él defiende el modelo primario exportador? Porque él defiende la especialización asociada al libre comercio y en Perú el modelo primario exportador es su resultado. Su defensa de la especialización asociada al libre comercio la hizo, cuando, refiriéndose a México, escribió que «con el NAFTA las exportaciones más que se triplican….Claro que suben la importaciones....y las exportaciones, de eso se trata de especializarse en lo que uno es más eficiente». Si Lago cree que el modelo primario exportador, restaurado por el neoliberalismo, no existe en el Perú, que lo demuestre. Lago debe saber que esta caracterización no sólo es mía, sino de otros economistas y también, ahora, de M. Porter.
3) Lago es un cultor del libre comercio bajo ventajas comparativas y se proclama por eso defensor de los consumidores, de la soberanía del consumidor. Está convencido que la especialización que resulta del libre comercio es óptimo. Si esto no es verdad, entonces que diga que está en contra de los tratados de libre comercio, por sus asimetrías y porque estos más bien son tratados de protección a la inversión extranjera que le quita soberanía al Estado, y, por supuesto, que no toma en cuenta a los consumidores y productores nacionales. Pero, a Ricardo Lago hay que decirle que no es verdad que la teoría moderna del comercio exterior sea aquella de las ventajas comparativas. Según esta teoría los países comercian porque son diferentes entre sí, es decir, porque tienen distintas especializaciones y que, por lo tanto, pueden beneficiarse del comercio si cada uno produce y vende lo que sabe hacer relativamente mejor. «De eso se trata», dice Lago. Sin embargo, con un poco de análisis no es difícil comprender que el libre comercio basado en el patrón de especialización, en economías en proceso de crecimiento, generaría más pérdidas que beneficios si al abrir el comercio la especialización existente no era la óptima. Además, la abundante literatura surgida en los años setenta y ochenta, muestra que el libre comercio, en ciertas condiciones, puede no ser la mejor opción y resultar incluso una opción inferior a la autarquía (Parrinello, Levy, Krugman, Ros). Por último, Lago tiene que saber que hay una nueva teoría del comercio que abandona los supuestos de la teoría de las ventajas comparativas (rendimientos constantes a escala, elasticidades ingreso de la demanda uniformes, etc.) y según la cual los países comercian para aprovechar la presencia de economías a escala.
4) Lago dice «Estoy a favor de una economía de mercado en que todos los sectores de actividad son igualmente meritorios, en que florecen la inversión y la generación de empleo, se reduce la pobreza y se protege el medio ambiente, en que el Estado dispone de una administración honesta, competente y eficaz» (sic). Este es otro non sequitur, con pésima sintaxis. En respuesta, le vuelvo a decir que yo estoy a favor de la expansión sostenida de la inversión privada nacional, del desarrollo de una economía nacional de mercado que integre la demografía y la geografía del país y que estoy convencido de que en esta tarea no solo debe participar el Estado sino el sector privado (con infraestructura que permita ordenar el territorio económica y ecológicamente, y con mecanismos de financiamiento basados en el mercado de capitales en soles para expandir la inversión privada nacional). Y que esto no tiene nada que ver con el estatismo, pero si con un nuevo Estado que recupere su soberanía frente al capital transnacional y su capacidad de hacer políticas sociales de calidad (salud, educación, seguridad social), que ponga los recursos naturales al servicio del desarrollo nacional, que sea democrático y restituya sus derechos a los trabajadores. Le pido a Lago que me diga si esta propuesta coincide con la suya. Si dice que sí habrá aceptado que hay un estilo de desarrollo distinto al neoliberal y cuyo origen (solo su origen, su antecedente) se remonta a fines del siglo XVIII.
5) En su defensa del neoliberalismo, Lago se pregunta: «¿Y el 8% de países que el Perú ha adelantado en el Índice de Desarrollo Humano de la ONU entre 1991 y 2009? ¿Y el 20% de peruanos que han sobrepasado la línea de pobreza, casi 3% de la población por año? ¿Y la Lima de los Reyes, de los Chávez, de los Quispe que describe Rolando Arellano? ¿No decía Antonio Gramsci que “la verdad es revolucionaria”?» Lago no dice toda la verdad. Él sabe que una golondrina no hace verano. Esos datos no describen lo que realmente ha ocurrido en los últimos veinte años. Que Lago diga si no es verdad que las inversiones efectuadas en las dos últimas décadas no han modificado los bajos niveles de productividad que se registran desde fines de los años ochenta y que tampoco han servido para superar el largo estancamiento de la relación capital/trabajo, importante indicador de modernización. En todo el período neoliberal no hemos tenido proceso alguno de modernización ni de cambio técnico que impacte al conjunto de la economía. Y, claro, esto tiene que ver también con el notable deterioro de la educación en todos sus niveles, pues se redujo el gasto del Estado afectando la calidad de la educación, de salud, etc. Y en esta economía de los Reyes, de los Chávez y de los Quispe, el 71.7% de la PEA de de14.7 millones, trabajan en actividades de servicios y el 77% (11.7 millones) en empresas de 1 a 10 trabajadores donde el ingreso mensual es 600 soles. Las actividades de servicios, de bajísima productividad, generan el 61% del PBI. Toda esta es la información que no menciona Lago. Al respecto, la frase que realmente le pertenece a Gramsci no es la que él menciona, sino esta: «Decir la verdad –afirmaba Gramsci—es siempre revolucionario».
6) Lago dice que es un insulto decirle que su defensa del libre mercado es deleznable. Según él he dicho que es «despreciable». Como soy de los que respetan las creencias de las personas, solo le pido que lea las otras acepciones de la palabra deleznable y utilizando como sujeto su defensa del neoliberalismo elija cual calza mejor. Las otras acepciones son: algo que se rompe o deshace fácilmente, algo que es inconsistente y también algo que es frágil. Que el lector diga, después de leer estas notas y las de Lago, si no es cierto que sus argumentos son inconsistentes y frágiles. Una sociedad libre y libre del odio, no es aquella donde las personas monologan con su propia imaginación. J. S. Mill decía «No hay piedra de toque para el juicio como aplicarnos a nosotros mismos la ley que a los demás queremos imponer».
7) Desafortunadamente Lago sigue discutiendo con lo que él imagina acerca de lo que yo pienso. Dice, refiriéndose a mi propuesta de planes quinquenales de infraestructura: «Moderación con los “planes quinquenales”…Las utilizaban profusamente los burócratas del Gosplan…para avalar…sus “planes quinquenales” de inversión y producción. Planes que suplantaban la soberanía del consumidor y decidían por nosotros sobre nuestras vidas». ¿A quien le dirige Lago este consejo? ¿Se está proyectando o es que él realmente imagina que yo adhiero a la ideología del Gosplan? Difícil debatir así. En el tema de infraestructura y en otros, mi país merece un gobierno contrario a la improvisación para involucrar al sector privado en la tarea (con planes y proyectos) de conectar la economía con la demografía y geografía, y de ordenar el territorio económica y ecológicamente. La improvisación de este gobierno neoliberal está exacerbando la actual anomia social y política.
8) Finalmente, Lago pervierte el debate con insinuaciones. ¿Qué insinúa Lago cuando afirma: «La cita del encabezado: Se hace duro pensar cuando el mundo entero tiene miedo del pensamiento o la verdad, es del escritor norteamericano Howard Fast …militante del partido comunista de los EEUU que aceptó…el Premio Stalin de la Paz …Tremendo escritor, pero la cita se las trae. Lo que a la mayoría en el mundo entero nos da, ya no miedo, sino pavor es el pensamiento de “los del monopolio de la verdad”». Lago quiere invalidar mis argumentos creando sospecha. Si él cree que no, entonces es un ignorante de la obra de Fast, es decir, aclaro para que no se crea insultado, Lago desconoce la obra de Howard Fast. Fast no solo escribió Espartaco y La Pasión de Saco y Vanzetti, sino muchas otras obras, como Moisés, Príncipe de Egipto y El Dios Desnudo. Esta última, publicada en 1957, es una crítica al totalitarismo de Stalin y un canto a la libertad. En esta obra, Fast dice «El mañana pertenece a aquellos que rompen las paredes de la prisión que encierra la mente humana, no a aquellos que sostienen esas paredes». Estoy seguro que Lago no sabe de dónde saqué la cita del encabezado de mi artículo al que él se refiere.
AUTOR : FELIX JIMENEZ
FUENTE : ACTUALIDAD ECONOMICA DEL PERU
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