Refinerías cobran enormes sobreprecios



Hay varias cosas completamente erradas en la política de precios de los combustibles. Una de las más importantes, no la única, es la política que establece que los precios internos de los combustibles se rige por la oferta y la demanda, es decir, por los precios internacionales.

En teoría, las refinerías que operan en el Perú no podrían vender sus productos por encima de estos precios porque, en ese momento, un importador traería gasolinas del extranjero y les quitaría el negocio. A eso se llama el Precio de Paridad de Importación. Osinergmin lo calcula y publica todas las semanas, simulando el “costo eficiente” de importar combustibles desde EEUU (Golfo de México).

Es a partir del precio PPI que el Ministerio de Energía establece, semanalmente también, la banda de precios del Fondo de Estabilización de los Combustibles. El problema es que esa metodología toma como base los precios vigentes en EEUU, los cuales son muy superiores a los que pagan las refinerías. Esto, solo en el 2008, provocó una sobreestimación de US$ 306 millones. Veamos por qué.

Las refinerías La Pampilla, Talara y Conchán procesan petróleo importado y nacional para obtener los combustibles (el 70% del precio de la gasolina, antes de impuestos, proviene del petróleo usado para producirlo). El volumen de petróleo procesado en el 2008 fue 55.4 millones de barriles (MMB), de los cuales se importaron 35.5 MMB, a un precio promedio de US$ 95.27/barril, según el Anuario de la Dirección General de Hidrocarburos.

Pero sucede que la metodología del PPI no toma en cuenta ese precio, sino el mayor precio del crudo West Texas Intermediate (WTI), que en promedio fue US$ 99.57/barril en el 2008. La diferencia entre el precio teórico del PPI y el precio real pagado por las refinerías fue de US$ 153 millones en el 2008. ¿Por qué? Porque el 58% del crudo importado viene del Ecuador (de los lotes de Repsol-La Pampilla) y ese petróleo tiene un menor precio que el WTI (y también paga menos flete porque no viene de EEUU).

Con el crudo nacional las diferencias son aún mayores. El petróleo del Lote 8 y del Lote 1 AB se vendió a las refinerías a precios mucho menores que los del WTI (ver cuadro). Sin embargo, por la metodología del PPI igual se les imputa US$ 99.57/barril. Luego viene el crudo de Talara (de mejor calidad), con un precio promedio de US$ 94/barril en el 2008. En total, el crudo nacional está sobrevalorado en US$ 154 millones.

La diferencia de US$ 306 millones es en verdad mayor, porque el precio del WTI no incluye el flete marítimo hasta el Perú, lo que sí está incluido en el precio real pagado de US$ 95.27/barril. Si se agrega el precio del flete (US$ 3/barril) al precio WTI, entonces la diferencia llegaría a US$ 468 millones.

¿Quién se beneficia con este esquema? Las refinerías, tanto Repsol-La Pampilla como Petroperú. ¿Quién pierde? Los consumidores, porque tienen que pagar precios más altos. Pero como el Fondo de Compensación compensa a las refinerías para que no cobren el íntegro del PPI, esa diferencia se cubre con los impuestos, que todos pagamos.

La solución, como hemos dicho aquí antes, pasa por regular el mercado de los combustibles, uno de cuyos elementos centrales es la eliminación de la metodología PPI y su sustitución por una nueva, que tome en cuenta los costos reales en que incurren las refinerías para adquirir el crudo que procesan. Pero, ¿quién le pone el cascabel al gato?


AUTOR : HUMBERTO CAMPODONICO

FUENTE : CRISTAL DE MIRA

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