El desempleo en EE.UU. genera migración a la inversa




Con la tasa de desempleo en 10% y pocas perspectivas de encontrar trabajo en Estados Unidos, los profesionales extranjeros que llegaron al país en busca de mejores oportunidades laborales y prosperidad ahora se están yendo.

Empresas de otros países, en especial en Asia, están aprovechando el panorama laboral en EE.UU. para atraer ex residentes de vuelta a su tierra. Esto, a la vez, es un alivio para los profesionales que han pasado por despidos, subempleos y problemas de visa.

Vivek Wadhwa, un investigador de la Facultad de Derecho de Harvard que ha estudiado estas tendencias, dice que las frustraciones sobre la falta de oportunidades de progreso en EE.UU., donde el congelamiento de los salarios y los ascensos se han convertido en la norma, son un factor importante en la decisión de los profesionales extranjeros de regresar a sus países.

La encuesta Expat Explorer de 2009 de HSBC Bank International halló que 23% de los expatriados que se encuentran en EE.UU. está considerando volver a su país, comparado con 15% en otras partes del mundo. La razón más citada fue la disminución de las perspectivas laborales, según el sondeo de más de 3.100 expatriados mayores de 18 años.

Mejores oportunidades

Muchos de estos trabajadores ven mejores posibilidades en su país o en otras partes del mundo donde han habido grandes avances económicos en la última década. Además, los reclutadores aseguran que, en la mayoría de los casos, los salarios serán equivalentes o mejores a los de EE.UU., de acuerdo a los costos de vida de cada país.

La alemana Regina McAnally se mudó a EE.UU. en 1985 pero decidió volver a su país en 2007 luego de que la firma donde trabajaba de contadora tuvo dificultades y sus oportunidades de avanzar disminuyeron.

McAnally, que nunca visitó su país durante sus 22 años en EE.UU., ahora trabaja de analista financiera en una empresa automotriz en Colonia. Se llevó a su hijo, que tenía 15 años, consigo a Alemania.

McAnally dice que en EE.UU. no podía encontrar un empleo pese a numerosas postulaciones. En Alemania es otra cosa. "Desde que llegué, cazatalentos me llaman al trabajo tratando de contratarme", cuenta y agrega que su nuevo empleador pagó por su mudanza a Alemania.

Michael Burda, un profesor de economía de la Universidad de Humboldt en Berlín, señala que, aunque el desempleo en el país es de 7,6%, la mayoría de los desempleados son trabajadores no especializados.

"Siempre les digo a mis amigos en EE.UU. que tienen que buscar un trabajo aquí; no hay escasez de empleos si tienen un título universitario", dice McAnally.

Margaret Morand dejó Australia por Nueva York hace siete años y trabajó para L'Oreal S.A. Tres años atrás, dejó la empresa de cosméticos para trabajar por su cuenta como especialista en colores. Pero a fines de 2007, comenzó a tener menos trabajo y, para abril, se volvió mucho más difícil conseguir empleo.

En agosto, volvió a Australia. Dice que extrañará la energía de Nueva York, las cuatro estaciones y el Parque Central. "Es triste", se lamenta.

Aun así, con la tasa de desempleo en 5,7% en Australia, Morand cree que las oportunidades laborales en su país son mejores. "Comparado con Nueva York [el panorama] no parece tan crítico", señala.

Más allá de la diferencia de oportunidades, Wadhwa, de Harvard, afirma que los empleados que tienen visas H-1B —permisos para profesionales extranjeros especializados para que trabajen en EE.UU.— pueden ser tratados de manera injusta. "Al empleador no le preocupa que lo deje, porque es difícil obtener trabajos de H-1B. Así que le dan aumentos salariales más bajos y peores trabajos", explica Wadhwa.

Los trabajadores desplazados con visas H-1B no tienen más remedio que volver a casa, dice Michael Wildes, de Wildes & Weinberg PC, un estudio de abogados en Nueva York que se especializa en inmigración. Wildes señala que no hay un período de gracia después de que son despedidos, por lo que deben encontrar otro empleo de inmediato, algo muy difícil hoy en día. La única opción legal para estos trabajadores, dice, es regresar a casa o cambiar su estatus a visitante, que en general tiene un límite de estadía de seis meses.

AUTOR : Dana Mattioli
FUENTE : WALL STREET JOURNAL

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