¿Podrá salvarse algo de la productividad perdida?




Autoridades de todo el mundo que revisan los escombros de la Gran Recesión no tardan en encontrar agujeros enormes en la forma de producción económica perdida.

La pregunta que deben considerar de inmediato es si algo de esa producción podrá salvarse una vez que el crecimiento se reanude. La situación vuelve a colocar al crecimiento potencial, definido como la capacidad de una economía de crecer sin inflación, al centro del debate.

Para los europeos, una gran pérdida de crecimiento potencial por los próximos dos años, o incluso más, significaría que la producción perdida durante la recesión quizá no regrese. Los funcionarios ya reflexionan sobre una "década perdida" como la que atravesó Japón en los años 90 y América Latina en los 80. En cambio, una productividad mayor en Estados Unidos le da a ese país una mayor posibilidad de recuperar al menos algo de su producción, con la ayuda del banco central.

Es más que un tema académico. El crecimiento potencial afecta los estándares de vida, y pocas décimas de un punto porcentual se acumulan con rapidez en términos de ingresos y riqueza nacional.

Varios factores afectan el potencial: se debilita la productividad; las empresas recortan demasiado sus inversiones para mejorar la eficiencia; trabajadores desalentados dejan la fuerza laboral para siempre; sus destrezas quedan ociosas y, tras las crisis bancarias, los mercados financieros ya no canalizan con efectividad los ahorros hacia inversiones productivas.

En un informe el mes pasado, la Comisión Europea advirtió que una década entera podría perderse, lo que delineó un escenario en el que el crecimiento potencial en Europa tardaría 10 años en volver al nivel previo a la crisis. En tal circunstancia, "la producción perdida durante la crisis se pierde para siempre", señaló.

Comparada con EE.UU., Europa no ha soportado un gran golpe en su mercado laboral, en especial Alemania, su mayor economía, donde el desempleo de hecho cayó durante los últimos cuatro meses. Eso sugiere que la productividad es mucho más baja. Economistas de UBS consideran que la productividad en Europa se contraerá 1,4% este año, mientras en EE.UU. se expandiría 2,3%.

Funcionarios del Banco Central Europeo también son pesimistas. En su momento se asumió que el crecimiento potencial estaba en el rango de 2% o un poco más, pero funcionarios han citado estimaciones que muestran que está por debajo de 1% este y el próximo año. Eso significa que incluso un crecimiento lento podría presionar los precios, lo que mantendría al BCE en tensión.

"La pregunta que nos apremia es si lograremos convertir esta débil tendencia al alza en una dinámica más fuerte de crecimiento, o si tendremos el mismo problema que enfrentó Japón, el de una década perdida", señaló el último viernes el miembro del Consejo de Gobierno del BCE, Ewald Nowotny, quien encabeza el banco central de Austria. "Es un peligro que no descartaré".

Economistas de J.P. Morgan no creen que haya perdido tanto. Aun así, creen que la recesión reducirá el nivel de producción potencial en la zona euro en 3,4% para fines de 2011. Eso implica que la producción será de decenas de miles de millones de euros menos que si la región hubiera continuado en el camino previo a la crisis. Esa pérdida es "en cierto sentido permanente", afirmó Malcolm Barr de la oficina de Londres del banco. También ve un gran efecto sobre la economía en Reino Unido, Suecia y, en menor medida, Suiza.

J.P. Morgan no estimó el potencial de EE.UU. como hizo para la zona euro. Pero según Barr, "a primera vista, el hecho de que EE.UU. haya soportado más despidos sugiere que la debilidad en la producción podría ser más transitoria".

Desde hace mucho se piensa que el potencial de EE.UU. se ubica en poco menos de 3%, gracias a alzas anuales de 2% a 2,5% en la productividad y medio punto porcentual o más de crecimiento de la fuerza laboral por año. Eso significa que un crecimiento sólido del PIB no ejercería una presión ascendente sobre la inflación ni haría necesario un aumento de la tasa de interés, un escenario sostenido por una explosión de 9,5% en la productividad del tercer trimestre, a una tasa anualizada. Eso facilita intentar recuperar producción perdida sin arriesgarse a soportar un aumento de la inflación.

Los europeos tienes algunos motivos para esperanzarse. En países como Alemania, apuestan a que al mantener a las personas en sus empleos y retrasar la clase de ajuste pronunciado que hubo en EE.UU., los trabajadores mantendrán sus destrezas y su motivación. El capital humano es, después de todo, la clave del crecimiento a largo plazo.

Existe un riesgo patente: mientras más se preocupen las autoridades sobre si el crecimiento es fundamentalmente más débil después de la crisis, más probable es que lo sea. En medio de una crisis, los pasos hacia un crecimiento potencial no importan, todos necesitan estímulo, no importa qué tan rápido o lento crean que pueden crecer.

AUTOR :BRAIN BLACKSTONE
FUENTE : WALL STREET JOURNAL

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