Los ganadores y perdedores
La quiebra de General Motors Corp. se sentirá a lo largo de toda la industria. A continuación, una mirada a los afectados y cómo saldrían librados:
Inversionistas
Ellos serán los mayores perdedores en términos de dinero. Qué tanto pierdan dependerá si su dinero está en acciones o bonos.
Los tenedores de bonos saldrán ligeramente mejor librados. La semana pasada, al quedar con pocas opciones a medida que la quiebra se hacía inminente, la mayoría accedió a condonar US$27.000 millones en deuda y prometieron no oponerse a la reorganización en la corte, a cambio de una participación en la nueva empresa. Los tenedores de bonos obtendrán 10% de las acciones de GM y garantías que les permitirían incrementar esto a más de 20%.
Para los accionistas, la situación es menos alentadora. Incluso sin una quiebra, el plan de GM los habría dejado con tan sólo un 1% de la empresa. En la quiebra se quedarán sin nada. El precio de la acción de GM, que se cotizaba a menos de US$1, no tiene mucho más a donde caer. Hace nueve años, la misma acción superaba los US$90.
Sindicato de trabajadores, United Auto Workers
El sindicato de trabajadores automotrices enfrenta la quiebra con el respaldo de la empresa y el gobierno.
Un juez de bacanrrota podría anular el acuerdo laboral modificado del sindicato con GM, pero el respaldo hace que esto sea poco probable. El sindicato probablemente será tratado como un acreedor preferencial. A diferencia de algunos tenedores de bonos, el UAW podría ser presentado como un socio en el proceso de reducción de costos en vez de un obstáculo.
Después de la bancarrota, el UAW, el sindicato más rico de Estados Unidos por activos, estará en buena forma financiera, con sus salarios y beneficios de salud sin mayores cambios y una gran participación en GM a través de un fideicomiso que controlará. Sin embargo, en el futuro se podrían tener que ajustar a recortes de beneficios y empleos. Como parte del acuerdo, UAW accedió a no declarar una huelga como mínimo hasta 2015.
Competidores
La quiebra de la mayor automotriz del país ofrece una oportunidad a corto plazo para que sus rivales ganen participación de mercado, pero algunos analistas dicen que una GM reestructurada y recapitalizada con ayuda del gobierno tendría una ventaja injusta.
Por ejemplo, su rival doméstico, Ford Motor Co., la única automotriz estadounidense que no necesitó un rescate del gobierno, ganó participación de mercado este año, a medida que las de GM y Chrysler cayeron y se cree que continuará con un buen desempeño a futuro. La empresa se ha reestructurado agresivamente, recortando su carga de deuda, reduciendo costos laborales y recaudando US$1.400 millones en una venta de acciones.
Sin embargo, cuando GM salga de la quiebra con una carga de deuda y una base de costos sustancialmente reducidas, Ford tendrá que depender del mercado para obtener capital. El principal tema para Ford "es el pago de su deuda", dice David Cole, presidente del Centro de Investigación Automotriz.
Mientras tanto, el principal rival extranjero de GM, Toyota Motor Corp., está flaqueando. Después de años de crecimiento, Toyota reportó su primera pérdida anual en 59 años y espera un cambio gerencial en su asamblea de accionistas, la cual también será la inauguración del nuevo presidente Akio Toyoda. Toyota ha perdido terreno frente a empresas como Hyundai Motor Co., que han aprovechado los problemas de las automotrices estadounidenses para fortalecer su reconocimiento de marca y ganar clientes.
Proveedores
Los fabricantes de autopartes que dependen de GM ya están pasando apuros con volúmenes más bajos, créditos más estrictos y un incremento en los cierres de plantas que reducen la demanda por partes. La quiebra sólo profundizará sus dolencias.
GM probablemente le pedirá a la corte que le permita seguir pagando a los proveedores para mantener su suministro de partes. Eso será un alivio para los proveedores que sean elegidos. Significa que probablemente recuperarán al menos parte del dinero que se les debe y continuarán haciendo negocios con la nueva GM.
Esto siempre y cuando puedan sobrevivir los próximos meses. La última vez que GM le pagó a sus proveedores fue a finales de mayo. Con la producción a la baja y el control de la compañía bajo el control de un juez de bancarrota, podría pasar mucho tiempo antes que los proveedores vean su próximo cheque. Los analistas dicen que aquellos con estados de cuenta fuertes que logren mantenerse a flote hasta que se reinicie la producción podrían beneficiarse de una quiebra que acelere la caída de sus rivales.
Este sería un escenario beneficioso para proveedores como Magna International Inc. y Johnson Controls Inc. Es posible que aquellos proveedores en apuros reciban ayuda del gobierno a través de GM en la forma de más pagos a proveedores de lo que es usual en una quiebra. Una fuente al tanto de las negociaciones en el Departamento del Tesoro cree que más proveedores se acogerán a la ley de protección de bancarrota y dijo: "Apoyaremos a GM y Chrysler para tratar de hacerlo ordenadamente".
AUTOR :Kate Linebaugh, Matthew Dolan, Sharon Terlep and Andrew Grossman
FUENTA : WALL STREET JOURNAL
Inversionistas
Ellos serán los mayores perdedores en términos de dinero. Qué tanto pierdan dependerá si su dinero está en acciones o bonos.
Los tenedores de bonos saldrán ligeramente mejor librados. La semana pasada, al quedar con pocas opciones a medida que la quiebra se hacía inminente, la mayoría accedió a condonar US$27.000 millones en deuda y prometieron no oponerse a la reorganización en la corte, a cambio de una participación en la nueva empresa. Los tenedores de bonos obtendrán 10% de las acciones de GM y garantías que les permitirían incrementar esto a más de 20%.
Para los accionistas, la situación es menos alentadora. Incluso sin una quiebra, el plan de GM los habría dejado con tan sólo un 1% de la empresa. En la quiebra se quedarán sin nada. El precio de la acción de GM, que se cotizaba a menos de US$1, no tiene mucho más a donde caer. Hace nueve años, la misma acción superaba los US$90.
Sindicato de trabajadores, United Auto Workers
El sindicato de trabajadores automotrices enfrenta la quiebra con el respaldo de la empresa y el gobierno.
Un juez de bacanrrota podría anular el acuerdo laboral modificado del sindicato con GM, pero el respaldo hace que esto sea poco probable. El sindicato probablemente será tratado como un acreedor preferencial. A diferencia de algunos tenedores de bonos, el UAW podría ser presentado como un socio en el proceso de reducción de costos en vez de un obstáculo.
Después de la bancarrota, el UAW, el sindicato más rico de Estados Unidos por activos, estará en buena forma financiera, con sus salarios y beneficios de salud sin mayores cambios y una gran participación en GM a través de un fideicomiso que controlará. Sin embargo, en el futuro se podrían tener que ajustar a recortes de beneficios y empleos. Como parte del acuerdo, UAW accedió a no declarar una huelga como mínimo hasta 2015.
Competidores
La quiebra de la mayor automotriz del país ofrece una oportunidad a corto plazo para que sus rivales ganen participación de mercado, pero algunos analistas dicen que una GM reestructurada y recapitalizada con ayuda del gobierno tendría una ventaja injusta.
Por ejemplo, su rival doméstico, Ford Motor Co., la única automotriz estadounidense que no necesitó un rescate del gobierno, ganó participación de mercado este año, a medida que las de GM y Chrysler cayeron y se cree que continuará con un buen desempeño a futuro. La empresa se ha reestructurado agresivamente, recortando su carga de deuda, reduciendo costos laborales y recaudando US$1.400 millones en una venta de acciones.
Sin embargo, cuando GM salga de la quiebra con una carga de deuda y una base de costos sustancialmente reducidas, Ford tendrá que depender del mercado para obtener capital. El principal tema para Ford "es el pago de su deuda", dice David Cole, presidente del Centro de Investigación Automotriz.
Mientras tanto, el principal rival extranjero de GM, Toyota Motor Corp., está flaqueando. Después de años de crecimiento, Toyota reportó su primera pérdida anual en 59 años y espera un cambio gerencial en su asamblea de accionistas, la cual también será la inauguración del nuevo presidente Akio Toyoda. Toyota ha perdido terreno frente a empresas como Hyundai Motor Co., que han aprovechado los problemas de las automotrices estadounidenses para fortalecer su reconocimiento de marca y ganar clientes.
Proveedores
Los fabricantes de autopartes que dependen de GM ya están pasando apuros con volúmenes más bajos, créditos más estrictos y un incremento en los cierres de plantas que reducen la demanda por partes. La quiebra sólo profundizará sus dolencias.
GM probablemente le pedirá a la corte que le permita seguir pagando a los proveedores para mantener su suministro de partes. Eso será un alivio para los proveedores que sean elegidos. Significa que probablemente recuperarán al menos parte del dinero que se les debe y continuarán haciendo negocios con la nueva GM.
Esto siempre y cuando puedan sobrevivir los próximos meses. La última vez que GM le pagó a sus proveedores fue a finales de mayo. Con la producción a la baja y el control de la compañía bajo el control de un juez de bancarrota, podría pasar mucho tiempo antes que los proveedores vean su próximo cheque. Los analistas dicen que aquellos con estados de cuenta fuertes que logren mantenerse a flote hasta que se reinicie la producción podrían beneficiarse de una quiebra que acelere la caída de sus rivales.
Este sería un escenario beneficioso para proveedores como Magna International Inc. y Johnson Controls Inc. Es posible que aquellos proveedores en apuros reciban ayuda del gobierno a través de GM en la forma de más pagos a proveedores de lo que es usual en una quiebra. Una fuente al tanto de las negociaciones en el Departamento del Tesoro cree que más proveedores se acogerán a la ley de protección de bancarrota y dijo: "Apoyaremos a GM y Chrysler para tratar de hacerlo ordenadamente".
AUTOR :Kate Linebaugh, Matthew Dolan, Sharon Terlep and Andrew Grossman
FUENTA : WALL STREET JOURNAL
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