CAOS

 Por Raúl Wiener


Lo que LA PRIMERA dijo hace dos días, lo confirmó ayer el diario Correo a su manera (lo soltó como aparente novedad), acerca de que se estaría preparando un relevo en la presidencia de PetroPerú para poner al frente de LA PRIMERA empresa del Estado a un representante de las transnacionales de la energía y el agua, vinculado al proyecto Camisea.
Claro que lo interesante aquí es que el personaje que están buscando mantiene lazos directos con el director del diario de la Derecha Bruta y Achorada, con el que fue compañero de viaje a Tailandia cuando su empresa Suez Energy estaba en plena campaña por conseguir un compromiso del Perú para tender un gasoducto hacia el norte de Chile donde tienen sus grandes plantas que deben abastecer energía a las empresas mineras de nuestro vecino del sur, y varios medios, entre ellos aquel al que nos estamos refiriendo, se declararon partidarios de esta propuesta.

César Augusto Ortiz Sotelo es el nombre del funcionario de la empresa franco-belga que habría sido propuesto a Ollanta Humala para la toma de PetroPerú por el sector transnacional de la economía.

Por las iniciales de su nombre y apellido a Ortiz Sotelo lo rebautizaron como CAOS desde su infancia y tal vez la misión que le esté esperando en esta ocasión sea precisamente caotizar el plan de fortalecimiento de PetroPerú que ha venido impulsando la actual gestión de Humberto Campodónico y eliminar a la empresa estatal como factor equilibrante y contrapeso al poder de las grandes empresas extractivas.

En este caso, a diferencia de otros, Humala no tiene la excusa de los escándalos, las huelgas u otras anormalidades significativas para cambiar a la cabeza de la institución.

Si Campodónico se va, sería exclusivamente porque el copamiento del gobierno por la tecno-burocracia comandada por Castilla ha llegado demasiado lejos y vienen ahora por los últimos espacios desde los cuales se podía aspirar a una política medianamente nacionalista.

Quizás la clave de lo que pasa está en la derrota del gobierno (autoderrota se puede decir, por falta de ganas de reclamar lo que es justo) en relación al intento de cobranza de Perupetro de las regalías dejadas de pagar por el Consorcio Camisea por el desvío de barcos en alta mar para obtener mejores mercados sin abonar las obligaciones correspondientes al mayor ingreso.

Luego vino lo de cambiar el gasoducto sur andino por un hipotético gasoducto costa sur, dejando sin provisión de Gas Natural a Cusco, Puno y Arequipa y los alargamientos para aprobar el plan de PetroPerú referido a la modernización de la Refinería de Talara y a la asociación con los operadores petroleros cuyas concesiones estaban cerca del vencimiento para regresar a la extracción del recurso.

CAOS no tiene nada que ver con eso. Su presencia en PetroPerú sonaría a la venganza de la Suez por la rebelión arequipeña en contra de la privatización del 2002. De la mano con Humala estaría regresando la única empresa que tuvo que devolver lo privatizado en nuestro país.

Y el dato no deja de ser interesante, porque parte de la trayectoria de Ortiz Sotelo se cumplió en Bolivia, donde se privatizó el agua potable y se desató la guerra del agua en Cochabamba de donde tuvieron que salir corriendo los de la Bechtel, la Suez y otras compañías que se habían propuesto lucrar con el elemento más vital para la vida de la población.

Porque hay que saberlo muy bien: el mejor modo de sembrar el caos en un país es vendiendo sus recursos estratégicos y dejando a las transnacionales poner los precios. El presidente Ollanta debe meditar antes de tomar una decisión de la que tenga que arrepentirse.

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